El Toyota Corolla Verso no es el monovolúmen más estable de entre los de su tipo pero puede ser una alternativa muy recomendable si no se busca la máxima agilidad en carreteras lentas. En este sentido están como referencia el Ford Focus C-Max, el Seat Altea o el Volkswagen Touran (con la opción de suspensión deportiva).
Me ha gustado especialmente su suspensión porque, sin ser dura (aunque sí más que en otros casos), está muy bien ajustada para limitar convenientemente los movimientos de balanceo o cabeceo que tiene la carrocería de muchos otros coches de este tipo.
No estoy seguro de si el Corolla Verso va mejor que un Renault Mégane Scénic desde el punto de vista del agarre lateral o agilidad, lo que es evidente es que el Renault Megane Scénic, el Focus C-Max o el Opel Zafira, tienen un balanceo más acusado, unos movimientos verticales más amplios y menos controlados cuando pasa por encima de determinadas irregularidades (como badenes o cambios de rasante) y más rebotes de suspensión. Un Altea va mejor en este sentido.
El Corolla Verso no es un coche que se note ligero, porque tiende a subvirar y no reacciona rápidamente al volante, pero tampoco da la sensación al conductor de ir en un coche alto y voluminoso.
Desde el punto de vista de la seguridad activa, el Corolla Verso está a la altura de los mejores. Tiene control de estabilidad (de serie y no desconectable), que tiene muy poco trabajo en sobreviraje porque es un coche complicado de descolocar. Lo normal es que actúe en subviraje con una eficacia intermedia entre los mejores controles de estabilidad y los peores.
El motor de 177 CV, el mismo que lleva el Avensis, tiene poco empuje por debajo de 2.000 rpm, pero inicia más fácilmente la marcha al arrancar desde parado que otros turbodiésel. Superado ese régimen mueve con agilidad el vehículo. Con este motor, el Corolla Verso D-4D es por ahora el monovolumen más potente Diesel que se vende en España, conjuntamente con el Renault Espace (que mide 301 mm más de largo).
El motor de 136 CV no destaca ni por consumo ni prestaciones sobre otros monovolúmenes similares, pero sí por suavidad y sonoridad del motor.
Ambas versiones llevan la misma caja de cambios manual de seis relaciones; sólo varía el desarrollo de la sexta, que es más largo con el motor de 177 CV.