Toyota Avensis D4 Sol Wagon (2000) | Suavidad y fuerza sí, economía y silencio no
A diferencia del motor de inyección directa de Mitsubishi, éste de Toyota prácticamente no funciona con mezcla pobre. Es decir, no aprovecha la inyección directa para gastar menos. Ello se debe a que Toyota no usa en Europa el tipo de catalizador que elimina el exceso de óxidos de nitrógeno que produce un motor con ese tipo de mezcla. Ese catalizador (trampa de NOx) se deteriora con el azufre de la gasolina europea. En consecuencia, el motor del Avensis D4 tiene un rendimiento comparable al de cualquier otro motor normal (pincha aquí para ver más información sobre éste motor).
Sus prestaciones son buenas, aunque no sea de los más rápidos entre las berlinas de esta potencia. Comparativamente, es mejor en aceleración que en recuperación, es decir, responde mejor si se apuran las marchas hasta un régimen alto. La velocidad máxima está limitada a 213 km/h (5.800 rpm en 5ª), aunque el motor pasa de sobra de ese régimen en cualquier otra marcha.
Es un motor muy suave de funcionamiento. En ciudad es muy agradable, porque apenas vibra en parado o a velocidad y régimen muy bajo. Para quien use el coche en ciudad con marchas más bien largas y regímenes por debajo de 2.000 rpm (cuando es posible) es muy recomendable. Al acelerar desde regímenes muy bajos, responde sin vibraciones ni tirones.
Por debajo de unas 4.000 rpm es también silencioso, pero el ruido del motor cambia a partir de ese régimen. En fuertes aceleraciones o cuando se sostiene un régimen en carretera superior a esas 4.000 vueltas, suena mucho.
No es un motor particularmente económico. En un recorrido por autovía con frecuentes rampas y pendiente pero sin mucho tráfico, con una velocidad de crucero en torno a 150 km/h y media real de 140 km/h, sin pasar nunca de 4.000 rpm en 5ª, ha gastado 9,9 l/100 km. Para bajar de esa cifra, o una velocidad más baja, o una carretera más llana, pero en cualquier caso será difícil que baje de 8 l/100 km. En conducción rápida (media de 170 km/h en el mismo recorrido que antes) ha gastado 15,9 l/100 km, que es mucho. Tiene un ordenador de viaje que indica el consumo en km/l (no en l/100 km) y que marca un poquillo más de lo que realmente consume el coche. El resto de la instrumentación es muy precisa.