Toyota Avensis D4 Sol Wagon (2000) | El control de estabilidad le viene muy bien
Todos los Toyota de tracción delantera, salvo el Celica, son coches que sobreviran en cambios de carga (fuerte frenada en recta o desaceleración en curva); este Avensis también es así. Otra forma de decirlo es que es un coche "ágil"; esto es, que tiene facilidad para cambiar de dirección (aunque no es exactamente lo mismo).
En frenada es estable, al menos si la carretera es lisa. Además, tiene un tacto de frenos muy bueno y la resistencia adecuada a un coche que normalmente irá más veces cargado que uno que no sea familiar.
A partir de un cierto límite, por encima de una conducción normal o en caso de error del conductor, si se desacelera en curva o si se entra frenando, se nota cómo el coche experimenta un sobreviraje (en ese caso, la dirección parece hacer fuerza para el lado contrario a la curva y el asiento "empuja" los riñones).
El control de estabilidad que tiene el Avensis (que es de Toyota, no de Bosch) avisa de dos maneras de que entra en funcionamiento. Una, al principio, se enciende un testigo en la instrumentación. La otra, cuando la pérdida de adherencia ha sido muy grande, suena también un aviso acústico. Este control de estabilidad funciona muy bien, pero incluso con él se nota que el Avensis es sobrevirador cuando otros coches no lo son. Se puede desconectar, pero no se me ocurre para qué (salvo para eliminar el control de tracción que está asociado, si hay una rueda fuera de la cuneta, por ejemplo).
Aunque sobrevirador con cambios de carga, reacciona mejor que otros coches cuando -en carreteras rápidas- está en un fuerte apoyo y pisa alguna irregularidad. En esas condiciones, al moverse verticalmente la carrocería, no hay una sacudida del coche que lo desvíe de la trayectoria (hasta cierto punto, claro; lo que no hace es volar).