Tata Vista con motor de gasolina
El Tata Vista con motor de gasolina (75 CV) es un coche agradable de conducir, incluso muy agradable si uno no se pone muy pejiguero con algunos detalles. Sin embargo, con el cronómetro de árbitro, no hay motivos que justifiquen esa sensación agradable. Voy a intentar explicarlo.
El motor de gasolina del Tata Vista, un motor de origen Fiat, permite salir con fluidez de los semáforos, encadenando marchas (el tacto del cambio es adictivo, buenos, las marchas entran y salen con mucha precisión y rapidez) y se adapta muy bien a la circulación por ciudad. Al ralentí es un motor silencioso y aunque no tiene fuerza a bajas revoluciones en recuperaciones de las marchas largas, sí permite salir de los semáforos con agilidad, sin necesidad de acelerar en exceso. En cambio, para circular por carretera, es necesario recurrir al cambio con asiduidad y aun así tiene dificultades para adelantar porque la aceleración a partir de 80 km/h es muy baja.
De todos los coches que hemos medido en km77.com, es el que más tiempo ha tardado en pasar de 80 a 120 kilómetros por hora (listado comparativo). Para pasar de 80 a 120 km/h, la forma más rápida consiste en empezar en tercera y pasar a cuarta más o menos a 100 km/h. La zona roja del cuentarrevoluciones empieza en 5500 rpm aunque la potencia máxima se alcance a 6000 rpm. En la aceleración he respetado esa zona roja, porque así lo indica el fabricante y también porque el motor no parecía tener mucha fuerza a esas alturas. En la aceleración desde 80 hasta 120 km/h en cuarta (recuperación en cuarta), se tarda poco más que si se empieza en tercera.
Es un coche poco apto para realizar adelantamientos, casi en cualquier circunstancia. Sin más carga que la del conductor, la maniobra de adelantamiento es lenta a cualquier velocidad, salvo que se llegue lanzado. Con el coche cargado y en subida, mejor olvidarse de esa maniobra. En carretera de curvas, sin tráfico, se puede mantener el ritmo con menos dificultad, porque el paso por curva no es malo. El coche se inclina notablemente y los asientos no sujetan bien lateralmente pero, salvo si se frena con el coche ligeramente en apoyo, la respuesta en curva es correcta. Al frenar con el coche ligeramente apoyado, como no tiene sistema de control de estabilidad, se puede descolocar y tiene que ser el conductor el que ponga remedio, pero tampoco es lo normal en una conducción cotidiana. La carencia de ESP, del que no se puede disponer ni opcionalmente, es posiblemente el aspecto que impide recomendar abiertamente la compra de este coche a quien tenga un presupuesto bajo y necesite imperiosamente un automóvil para moverse.
No hemos podido medir la cifra de consumo en nuestro recorrido habitual por autovía debido a que el coche carece de ordenador de viaje. El dato que hemos obtenido durante toda nuestra prueba no es significativo, porque incluye la medición de prestaciones, recorridos con aceleraciones máximas constantemente y tráfico urbano. Con tanta variedad de situaciones, no tengo datos fiables para afirmar si es un consumo alto o bajo. En un recorrido por carretera de unos doscientos kilómetros, a velocidad de crucero de 120 km/h obtuve un consumo de 7,2 litros al rellenar el depósito hasta el límite en las dos ocasiones, pero son pocos kilómetros y el error sólo por diferencias de llenado puede ser elevado.
En nuestra unidad, el velocímetro marcaba menos velocidad que la real al circular por debajo de 90 km/h y más velocidad de la real al circular a más de 90. Es necesario medirlo bien en cada unidad, porque si esta peculiaridad se repite, cuando la aguja señala 130 km/h en nuestro coche íbamos a unos 132 km/h, velocidad a la que los radares disparan el mecanismo de denuncia cuando el límite está situado en 120 km/h. En la mayoría de coches, al circular a 130 de marcador, la velocidad real se sitúa alrededor de 125 km/h.
La velocidad máxima que anuncia Tata para este coche es de 170 km/h. Una velocidad irreal para las posibilidades de nuestra unidad, que no era capaz de llegar a 160 ni en cuarta, porque el motor sobrepasaba la potencia máxima, ni en quinta.
Nuestra unidad de pruebas del Tata Vista de gasolina giraba mucho más hacia la izquierda que hacia la derecha. El diámetro de giro era alrededor de un metro más corto al girar hacia la izquierda que al girar hacia la derecha. Al preguntar a Tata sobre esta cuestión me han asegurado que se trata de que los topes de la dirección estaban mal calibrados en nuestra unidad de pruebas, pero que era un problema único de nuestro coche. Conduje otro Tata vista unos días después y no tenía ese problema. El diámetro de giro era el mismo hacia los dos lados.
No me di cuenta de que giraba más hacia un lado que hacia el otro hasta que no medí las vueltas del volante entre topes. Desde la posición de la dirección recta, al girar hacia la izquierda el volante giraba casi 1,5 vueltas. Hacia la derecha poco más de 1,2. Ni en carretera ni en ciudad hay diferencia alguna de tacto. Nada cambia. El único inconveniente que yo advertí es la diferencia de radio de giro hacia un lado y hacia otro. Por lo tanto, aunque se repitiera este fallo en otras unidades, no me parece relevante como factor a tener en cuenta en la decisión de compra. En la segunda unidad que he probado el coche giraba casi 1,5 vueltas en los dos sentidos.
Tata Vista con motor Diesel
El Tata Vista Diesel (95 caballos) acelera mucho más que el modelo de gasolina. Segun nuestras mediciones, el tiempo mínimo para pasar de 80 y 120 km/h ha sido 10,2 segundos, mientras que en la versión de gasolina de 75 caballos fue de 17,0 segundos. Pero las diferencias son aún mayores si comparamos los datos de recuperación desde marchas largas. Así, en quinta velocidad, el modelo Diesel ha necesitado 12,7 segundos para pasar de 80 a 120 km/h, mientras que el modelo de gasolina ha necesitado 28,7 segundos, mucho más del doble. Estos tiempos dan una idea clara de la capacidad de uno y otro para moverse en la carretera. En ciudad, no hay mucha diferencia entre circular entre con uno u otro Tata Vista, pero fuera de los núcleos urbanos, el Diesel es muy superior, más aún si se circula con carga.
Si se va a utilizar el Tata Vista exclusivamente por la ciudad, quizá la mejor compra sea el modelo de gasoilna. Primero por motivos económicos, porque en la ciudad no se suelen hacer muchos kilómetros. Pero sobre todo, porque el motor de gasolina es más silencioso (especialmente en frío) y con él el Vista sale con más facilidad desde parado. El motor Diesel tiene poca fuerza hasta unas 2000 rpm y, cuando aún no ha alcanzado la temperatura de funcionamiento, le cuesta subir las rampas de los garajes. Una vez que está caliente, tiene más fuerza en el momento de la arrancada y el traqueteo que produce se hace más suave.
El Tata Vista Diesel tampoco tiene ordenador de viaje, con lo cual no hemos podido medir el consumo de la forma habitual. Lo que hice al poco de ir a buscarlo fue repostar su depósito hasta el cuello y lo mismo cuando dimos por concluida la prueba, 528 kilómetros después. Durante este tiempo, la utilización ha sido de todo tipo, tanto por estilo de conducción como por tipo de vías. La mayor parte de los kilómetros recorridos han sido por fuera de la ciudad y a un ritmo normal. En ocasiones, he pisado el acelerador a fondo repetidamente (por ejemplo, para medir las prestaciones) y también he recorrido varias decenas de kilómetros por la ciudad con tráfico especialmente denso. El consumo medio que he medido ha sido 6,9 l/100 km. Aunque no puedo comparar este dato con el de ningún otro modelo, creo que es elevado para el tipo de coche, tamaño y potencia. Aunque no gaste muy poco, el precio del Tata es tan bajo que económicamente sigue compensado su adquisición frente a modelos de menor consumo pero mucho más costosos.
Uno de los motivos por los que quizá este modelo no consuma muy poco es porque los desarrollos de transmisión son muy cortos. De hecho, en quinta velocidad, llega a su velocidad máxima (170 km/h) muy por encima del régimen de potencia máxima (4000 rpm). Eso es una rareza en el actual panorama automovilístico, donde la inmensa mayoría de los coches van muy largos de desarrollo. Los cortos desarrollos de cambio también son los responsables de que la respuesta en marchas largas del TATA Vista Diesel sea tan buena.