El Suzuki Vitara mostrado en este artículo es una actualización del modelo con el mismo nombre que, originalmente, salió al mercado en 2015 (información).
Los cambios no son profundos y afectan sobre todo al aspecto (exterior e interior), al equipamiento y a la gama de motores, que ya no incluye ninguno Diesel. Los de gasolina siguen siendo equilibrados en consumo y prestaciones, funcionan de forma agradable y, según la combinación de motor y cambio, dan unas prestaciones correctas, buenas o justas.
Está a la venta desde 17 240 euros con un motor de gasolina (sobrealimentado) de 111 caballos de potencia, y desde 20 340 euros con uno de 140 caballos (también sobrealimentado; ya estaba disponible en el modelo anterior). Se pueden elegir tres niveles de equipamiento (GL, GLE y GLX), dos sistemas de tracción (delantera o total) y dos tipos de cambio de marchas (manual de cinco o seis marchas o automático, también de cinco o seis velocidades). En este enlace aparecen comparadas las cuatro combinaciones posibles con el motor menos potente, y en este con el más potente.
Tomando como referencia el precio del Vitara más económico, resulta que hay alguna alternativa claramente menos costosa, como el Citroën C3 Aircross o el Renault Captur. El Peugeot 2008 y el Opel Mokka X también son, en sus versiones de características parecidas, ligeramente más baratos. El Seat Arona es más caro. Listado de todoterrenos, de entre 4,1 y 4,3 metros de longitud, con motor de gasolina de entre 130 y 150 caballos de potencia, tracción delantera y cambio de marchas manual.
El motor más pequeño, de 1,0 litros y 111 caballos, es el mismo disponible en el Swift y en el S-Cross. Hemos conducido dos versiones de tracción total con este motor, una con cambio manual y otra con cambio automático, siempre de cinco marchas. Es un motor con una sonoridad moderada, que transmite pocas vibraciones al habitáculo y sólo cuando funciona a bajas revoluciones (una vez en marcha, es el ruido aerodinámico el que prevalece en el Vitara).
Pese a que los desarrollos de la transmisión son ligeramente más largos en la versión manual, esta es más agradable de conducir que la de cambio automático. La transmisión automática tiende a hacer funcionar al motor a bajo régimen con insistencia (incluso en el modo de conducción Sport, que se limita a apurar más las marchas mientras se acelera, pero engrana rápidamente la siguiente velocidad en cuanto se alivia presión del acelerador). Las prestaciones y el consumo medio homologado son claramente peores en el automático, y el par motor máximo es inferior aunque está disponible en un rango más amplio de revoluciones (ficha técnica comparativa).
El motor 1.0 tiene poca fuerza por debajo de unas 2000 rpm, razón por la que hay que conducir el Vitara siendo previsor. Con el cambio manual es fácil, pues basta con no pasar a una marcha superior en previsión de necesitar respuesta. Por ejemplo, al subir una pendiente. Con el automático, hay que compensar la pérdida de velocidad acelerando mucho y con frecuencia (es decir, obligando al cambio a ir en marchas cortas). Incluso así, no hay empuje suficiente para hacer un adelantamiento con rapidez si no es en llano o cuesta abajo. Se puede cambiar manualmente, usando las levas tras el volante, pero sirve de poco.
Por lo demás, el Vitara es un todoterreno ligero agradable de conducir por la sencillez de sus mandos, de reacciones muy progresivas y seguras. Tiene una suspensión tirando a blanda, que controla bien los movimientos de la carrocería. Procuraremos medir las prestaciones de un Vitara con motor 1.0 tan pronto como nos sea posible. El consumo de carburante, según nuestras primeras impresiones, parece moderado.
En este nuevo modelo, los paragolpes delanteros tienen distinto aspecto e incluyen embellecedores cromados, también es distinta la parrilla (imagen frontal-lateral del nuevo modelo e imagen del anterior) y los pilotos son de ledes. Hay nuevas llantas de aleación de 17 pulgadas de diámetro. Para la carrocería ocho combinaciones posibles con pintura bitono y cinco colores metalizados, dos de ellos nuevos (Solar Yellow Perlado Metalizado y Gris Azulado Metalizado; ambos aparecen en esta galería de exteriores). También hay dos paquetes de personalización denominados Rugged y Urban
Suzuki dice que ha mejorado la calidad del habitáculo utilizando un material más blando en el salpicadero, así como una tapicería distinta. En efecto, la impresión que genera el salpicadero al tacto ha mejorado, aunque visualmente es más difícil percatarse de la diferencia. Otra novedad es que, en las versiones más equipadas, la instrumentación incluye una pantalla a color de 4,2 pulgadas (imagen), cuyas funciones se manejan a través de dos pulsadores sitos en la propia pantalla de manera un tanto farragosa por su posición, y un nuevo reloj en la parte central del salpicadero (imagen).
Hay diversas mejoras en los sistemas de asistencia a la conducción, algunos de los cuales son novedad en Suzuki, como el de reconocimiento de señales de tráfico, el de detección de objetos en el ángulo muerto y la alerta de tráfico trasero (que avisa de la presencia de coches, por ejemplo, al salir marcha atrás de un aparcamiento en batería). Es nuevo en el Vitara el asistente por cambio involuntario de carril, la alerta por cambio involuntario de carril y el detector de fatiga. El sistema multimedia es compatible con Apple CarPlay y Android Auto.
El sistema de tracción total, como ya ocurría anteriormente, tiene tres modos de funcionamiento (Auto, Sport, Snow) y una función que bloquea el reparto de tracción al 50 % por cada eje (Lock), que se pueden seleccionar desde un mando en la consola. La tracción total la hemos probado en un trayecto corto por un camino con mucho barro y hierba húmeda, muy resbaladizo y con pendientes moderadas y dos vadeos, y ha sido más que suficiente para avanzar sin complicaciones empleando la función Lock y el modo Snow.
Dado que hemos probado brevemente el Vitara 2019, son válidas las afirmaciones que hicimos en el artículo del modelo anterior, donde dijimos que «La carrocería del Vitara es funcional porque resulta fácil entrar y salir de ella, la visibilidad es buena y el interior está bien aprovechado dadas las dimensiones exteriores» y que «es un coche al que uno se acostrumbra con facilidad pues, en general, los distintos mandos están bien organizados y son fáciles de utilizar y encontrar». Lo que no nos gustó, es la escasa calidad de la pantalla del sistema multimedia (de siete pulgadas) y de navegación, que sigue sin cambios. Más información en el apartado Impresiones del interior del Suzuki Vitara 2015 y en nuestra tabla de mediciones del interior.