Con la carrocería de cinco puertas, el Grand Vitara es un coche amplio para sus dimensiones y con un maletero suficiente. Hay diversos huecos repartidos por el habitáculo que hacen de él un coche práctico y funcional en el día a día.
Además de la guantera del salpicadero, en la consola hay un pequeño cajón con tapa, dos posavasos (en los que cabe una botella de agua de 1,5 l) y un cajón profundo bajo el apoyabrazos; las bolsas rígidas de las puertas tienen espacio suficiente para guardar un mapa de carreteras grueso y un botellín de agua.
El acceso a las plazas delanteras es sencillo, ya que el piso no está excesivamente alto. La posición al volante es la característica de un todo terreno, con la banqueta elevada y el cuerpo menos tendido que en un turismo.
El volante sólo es regulable en altura; a pesar de ello, todos los que lo hemos conducido hemos encontrado una posición en la que íbamos a gusto. En cualquier caso, no estaría de más que Suzuki ofreciese la posibilidad de regularlo en profundidad.
Subir a las plazas traseras no es tan cómodo porque hay poco espacio entre el marco de la puerta y la banqueta para pasar las piernas. Además, la puerta no acaba tan cerca del techo como en otros todo terreno.
Los asientos tapizados de cuero perforado que llevaba el coche que hemos probado dan poca sujeción. Los delanteros tenían un sistema de calefacción, muy útil en días fríos.
Detrás, hay casi el mismo espacio para las piernas que en un Honda CR-V y más que en un Jeep Cherokee. La banqueta trasera no tiene casi definida la forma de las plazas, por lo que un tercer pasajero ocasional no tendrá muchos problemas para acomodarse (ya que no hay un abultamiento que moleste). Además, el túnel de transmisión apenas sobresale del piso. La banqueta está divida en dos partes. La inclinación de los respaldos puede variarse.
Al maletero se accede mediante un portón de apertura lateral. Como ocurre en RAV4, este portón está pensado para mercados donde se circula por la izquierda (como Japón). Donde se circula por la derecha tiene el inconveniente de que dificulta el acceso desde la acera cuando el coche está aparcado a la derecha.
Para sujetarlo cuando está abierto hay un amortiguador que resulta insuficiente si aparcamos el coche en una pendiente (tanto longitudinal como transversal), algo que puede ocurrir con frecuencia si se usa el coche por el campo.
La bandeja que oculta el equipaje tiene una parte sólida y otra flexible en el lado de los respaldos. La parte sólida se puede plegar sobre sí misma, facilitando el acceso a los objetos que haya al fondo del maletero.
El maletero tiene formas muy aprovechables y una capacidad suficiente (400 l hasta la bandeja). Debajo del piso tiene un doble fondo de pequeña capacidad. En el lateral derecho hay un hueco donde se puede meter una botella de agua de 1,5 l; en el portón hay otro casi del mismo tamaño.
Los materiales de recubrimiento presentan un buen aspecto y son sencillos. Suzuki no ha utilizado plásticos blandos en el habitáculo, excepto el que ocupa la parte superior del panel de las puertas.
Nuestra unidad, la versión más equipada, tenía elementos decorativos simulando aluminio (puertas, consola, cuadro de instrumentos, salidas de ventilación laterales y en el volante) o madera (parte inferior de la consola, pomo del cambio y en las puertas).
A pesar de que el ajuste entre todas las piezas del habitáculo es muy bueno a la vista, lo cierto es que en la unidad que hemos probado se podían oír diversos ruidos provenientes de desajustes.
Algunos, como el del asiento del conductor o el del salpicadero podrían ser debidos a un uso anterior no apropiado del coche.
Otros, como el de la tapa que cubre la rueda de repuesto, es evidente que se debe a un mal diseño de sus anclajes: va sujeta únicamente por dos pestañas de plástico en su parte superior y un anclaje metálico en la inferior, lo que le permite vibrar notablemente en marcha. El anclaje metálico tiene un agujero para poder pasar un candado y evitar el robo de esa cubierta. La rueda de repuesto lleva un tornillo antirrobo.
Los mandos del sistema de ventilación y calefacción, que antes eran por palanca, se han sustituido por unas ruletas; están bien situados y se manejan con facilidad. Otros están distribuidos de una forma poco lógica: los antiniebla delanteros se conectan con un pulsador en el salpicadero y el trasero desde la palanca de las luces.