El Celerio es un modelo de Suzuki que reemplazó al Alto en el primer semestre de 2014. Es un turismo que destaca por su sencillez en todos los aspectos: su conducción es agradable y asequible a cualquier conductor, tiene un equipamiento suficiente para quien no requiera de lujo o no valore las posibilidades de personalización, y tiene un habitáculo y un maletero de los más capaces de entre las alternativas con las que compite con un coste bajo inferior a la media.
Tiene una carrocería de cinco puertas y 3,60 metros de longitud, lo que lo convierte en una alternativa al Hyundai i10, al KIA Picanto, al Renault Twingo o al SEAT Mii (listado de turismos de cinco puertas que miden entre 3,5 y 3,7 metros de longitud). Su motor es de gasolina y tiene 68 caballos.
Está en venta desde 8390 euros (con el nivel de equipamiento básico denominado GA). Esta versión no puede tener aire acondicionado ni como opción y sólo está homologado para cuatro pasajeros. El Celerio de equipamiento intermedio (GL), que tiene aire acondicionado, cinco plazas, más otras cosas como elevalunas eléctricos, cierre centralizado, conexión Bluetooth o toma USB, cuesta 9190 euros. El Celerio tope de gama (GLX) cuesta 10 190 euros e incluye, sobre los dos niveles de equipamiento anteriores, airbags de cabeza, espejos retrovisores con ajuste eléctrico o llantas de aleación de aluminio. Fichas con todos los precios y equipamiento.
El Celerio con equipamiento intermedio es, posiblemente, el más equilibrado de la gama por su relación entre precio y equipamiento. No es el coche más barato del mercado, pero casi lo es si consideramos los que pueden tener aire acondicionado; sólo le supera el Tata Vista y es más bajo que el del Toyota Aygo 5p x-play (modelo 2015; Listado comparativo de precio y equipamiento de estos tres modelos más el Fiat Panda).
Hay dos aspectos en los que sobresale el Suzuki Celerio: el espacio destinado para los pasajeros y la capacidad de su maletero. Los ocupantes de las plazas posteriores tienen más espacio para las piernas de lo normal en los coches de tamaño exterior similar y también más altura libre al techo. Suzuki consigue que la altura interior sea grande gracias a una carrocería que es alta (1,54 m), aunque no tanto como la de un Renault Twingo (1,55 m). Además de ser un coche amplio, la entrada y salida del habitáculo me ha parecido muy cómoda gracias a que las puertas son grandes y abren en un ángulo próximo a 90 grados.
El maletero tiene 254 litros de capacidad, un volumen grande para el tamaño del coche. Ninguna de sus alternativas tiene uno más capaz (listado comparativo). Este maletero no tiene rueda de repuesto. Debajo de la moqueta que hace de piso, hay un kit de reparación de pinchazos y sobran algunos huecos para guardar otras cosas como pueden ser herramientas.
Los materiales que recubren el interior son bastante sencillos y su aspecto no muy moderno. Todos los plásticos son duros, los de las puertas ceden con facilidad cuando se presionan, el techo no está bien unido al parabrisas y la tapicería no parece de buena calidad. Creo que esto puede pasar a un segundo plano para alguien que, ante todo, busque un vehículo económico, amplio y con un puesto de conducción con buena visibilidad, posición erguida al volante, mandos fáciles de encontrar y manejar (como los que hay en la consola central) y suficientes huecos para dejar objetos.
El Suzuki Celerio está disponible con un motor de gasolina de 1,0 litros de cilindrada (denominado K10B), tres cilindros y 68 caballos de potencia. Deriva del que tenía del Suzuki Splash, pero tiene algunos cambios para que cumpla una norma de emisiones más estricta (la Euro 6). Puede tener un cambio de marchas manual o uno automático, ambos de cinco relaciones —el automático es básicamente como el manual, pero con automatismos para accionar el embrague y el selector de marchas. Suzuki lo denomina AGS (Auto Gear Shift)—.
La impresión que me ha dado este motor es que mueve con agilidad al Celerio. Me parece suficiente para circular por la ciudad y sus alrededores, y no resulta escaso para desplazamientos interurbanos. Responde rápidamente a las solicitudes que el conductor hace con el acelerador y no hace falta llevarlo muy alto de régimen para circular al ritmo del resto del tráfico e incluso algo más deprisa. Lo que más me ha sorprendido es su bajo consumo de carburante. En un desplazamiento por vías de circunvalación de Madrid y vías interurbanas, a una velocidad de entre 80 y 120 km/h y sin practicar una conducción especialmente suave para favorecer el consumo, el ordenador ha indicado 5,2 l/100 km. En un recorrido similar pero conduciendo con mayor suavidad, el consumo ha sido 4,8 l/100 km. Según los datos oficiales, el consumo medio del Celerio es 4,3 l/100 km, que es un buen valor.
La suspensión aisla aceptablemente bien a los ocupantes del estado del piso (por ejemplo, es más confortable que la de un Peugeot 108) y no resulta excesivamente blanda. La impresión que tengo es que este coche reacciona bien pero invita a una conducción relajada. Por ejemplo, esa impresión no se tiene en un SEAT Mii o en un Ford Ka, que ofrecen mejor tacto de dirección y unas reacciones más certeras a las solicitudes que el conductor hace con el volante.
Asegurar a todo riesgo sin franquicia un Celerio con el nivel de equipamiento más alto (GLX) tiene un coste mínimo de 440 euros. Es una póliza de la compañía Balumba con una calidad normal (5,8 puntos) y una relación entre calidad y precio buena (7,55 puntos). En este ejemplo, el tomador es una mujer de 27 años, residente en Alicante, que recorre unos 15 000 km al año y aparca en la calle. Para realizar esta simulación hemos utilizado el comparador de seguros de km77.com.