He podido conducir la versión con cambio automático que se distingue de la manual, además de por el cambio, por el motor, la suspensión y el sistema de tracción. El motor de 186 CV, de origen Mercedes-Benz, agrada por su suave funcionamiento y porque se oye poco desde el interior. Mueve con cierta soltura al Rexton II y le da una aceleración normal. Desde principios de 2012 tiene ligeras modificaciones para que consuma algo menos. Da 7 CV menos (179 CV).
La caja de cambios automática tiene cinco velocidades. Hace los cambios sin sacudir a los ocupantes, tanto los ascendentes como los descendentes, y es suficientemente rápida. Es de origen Mercedes-Benz y se monta en Corea. Tiene dos programas de funcionamiento: «Winter» y «Sport»; el primero, que suaviza las reacciones del motor, se utiliza sobre nieve.
Además de un funcionamiento completamente automático, se puede seleccionar la marcha más larga a utilizar. Esto se puede hacer mediante unos pulsadores sobre el volante o con un pequeño interruptor que hay en el lado izquierdo del pomo de la palanca de cambio. Este último sistema es más práctico en carreteras lentas, donde hay cambiar la posición de las manos para girar el volante, ya que los botones giran con el mismo y es difícil encontrarlos.
La dirección me ha parecido un aspecto mejorable porque es poco directa —hay más de 3,5 vueltas de volante— y no transmite mucha información. Con este motor tiene un sistema de asistencia variable con la velocidad: para mi gusto, es demasiado asistida a poca velocidad.
En carreteras más rápidas, cuando se traza una curva, si se intenta girar algo más el volante se nota que no ofrece nada de resistencia al principio del giro —uno o dos grados de movimiento— y repentinamente se endurece en exceso. Además, el diámetro del volante es muy grande.
La suspensión, sin haber podido probar el coche en profundidad, me ha parecido mejor para vías rápidas que en zonas con curvas lentas. Además, me ha dado la sensación de que no absorbe bien algunos baches, sobre todo en el eje trasero.
Fuera de carretera sólo lo he podido conducir por una pista en, más o menos, buen estado. Me ha parecido que filtraba bien los baches pequeños pero no los grandes; al menos no lo hace igual que un Jeep Grand Cherokee o un Toyota Land Cruiser. Además, el eje trasero hacia topes con facilidad al pasar rápidamente por algunos baches.