Llama la atención la diferencia de calidad y calidez que hay entre Škoda Enyaq iV y un Volkswagen ID.4. Parecen coches que no tuvieran nada que ver entre sí. El habitáculo del Enyaq iV es más acogedor, no tiene un diseño tan frío y sencillo como el del ID.4 y causa una sensación de calidad claramente por encima de la del Volkswagen.
En el salpicadero y en las puertas delanteras hay zonas amplias tapizadas en piel o en tela, mientras que la mayoría de los plásticos que quedan a la vista tienen un ligero acolchado. Además, muchos de los huecos portaobjetos tienen un fondo de goma o de moqueta para que los enseres depositados no hagan ruido con el movimiento. Los ajustes entre las distintas piezas son precisos y en marcha no se escuchan crujidos. He probado una unidad tapizada con tela y otra con cuero, y la tela me ha parecido preferible por la sensación de calidad y el tacto tan agradable que tiene (imagen e imagen).
Como suele ser habitual en los modelos de Škoda, el habitáculo del Enyaq iV es amplio, práctico y está bien ordenado. De acuerdo con nuestras mediciones, en las plazas traseras hay un poco más de espacio para las piernas, más altura y mucha menos anchura que en un Kodiaq, un modelo de dimensiones similares e igualmente con carrocería de tipo SUV (ficha comparativa de mediciones). Frente a otros modelos de tamaño similar, el Enyaq iV se encuentra en una posición muy favorable en cuanto a espacio en sentido longitudinal y en una posición desfavorable en anchura (tabla comparativa). De entre los modelos eléctricos comparables, el Mercedes-Benz EQA tiene menos espacio en todas las cotas y el Volkswagen ID.4 es prácticamente idéntico al Enyaq.
El acceso a las plazas posteriores, aun siendo cómodo, es ligeramente peor que en el Kodiaq porque las puertas liberan un hueco más pequeño y la carrocería describe una curvatura ligeramente descendente en ese punto (hay que agachar un poco más la cabeza para no golpearse contra el marco superior). Una vez dentro, los pasajeros tienen a su disposición un buen número de elementos que hacen más sencilla la vida a bordo: generosos huecos en cada una de las puertas, cortinillas para las ventanillas, un par de tomas USB de tipo C, un enchufe de 230 voltios, unos mandos para ajustar la temperatura y el caudal de aire de esa zona, unos bolsillos diseñados para dejar un teléfono móvil en la parte posterior de los asientos delanteros (imagen) o un reposabrazos tras el respaldo de la butaca central que esconde un par de posavasos y un pequeño hueco portaobjetos.
Lo que no puede tener el Enyaq iV es una banqueta posterior con ajuste longitudinal, un elemento muy práctico que permite adecuar el espacio para los pasajeros o para el maletero en función de las necesidades y que sí puede tener el Kodiaq (y otros modelos de tamaño similar, como el Nissan X-Trail), aunque ninguno de propulsión eléctrica. Los respaldos traseros no se pueden ajustar en inclinación.
El maletero tiene 585 litros de capacidad, un dato muy bueno que, no obstante, es sensiblemente inferior al del Kodiaq de cinco plazas (650 litros). En cualquier caso, sus formas homogéneas y la diversidad de accesorios de fijación y orden de que dispone, hace que su aprovechamiento sea muy sencillo. Hay ganchos escamoteables en las paredes laterales, tiradores para abatir los respaldos de los asientos posteriores, una toma de 12 V, un botón para extraer la bola de remolque de manera automática (está escondida bajo el paragolpes y es opcional) y un doble fondo compartimentado con un hueco muy profundo y aprovechable donde se puede guardar, por ejemplo, el cable de carga (imagen). La iluminación del espacio principal corre a cargo de dos pequeños plafones de ledes situados en la cara interna del propio portón que proporcionan una luz tenue; lo bueno que tienen es que siempre iluminan el espacio, mientras que una luz en el lateral del maletero puede quedar tapada por objetos fácilmente. El portón tiene un sistema de apertura y cierre automáticos con función manos libres.
El cable de recarga tiene un espacio para ser almacenado en el doble fondo del maletero (imagen). Si se viaja con el maletero cargado, hay que sacar el equipaje para poder acceder al cable; en otros coches eléctricos, hay un segundo maletero más pequeño en la parte delantera de la carrocería que resulta muy útil para guardar ahí los cables y evitar este problema. Junto con el cable de carga, Škoda proporciona un accesorio para limpiar el cable cuando se recoge.
Al abatir los respaldos de los asientos traseros, el volumen de carga del maletero aumenta hasta los 1710 litros y la superficie resultante queda plana, aunque en ligera pendiente. El respaldo central posterior tiene una trampilla que permite conectar el habitáculo con el maletero y que resulta útil para, por ejemplo, transportar una alfombra o unos esquís.
El salpicadero del Enyaq iV tiene un diseño similar al del nuevo Octavia y como en este, Škoda ha recurrido a una pantalla de grandes dimensiones para ajustar, activar y desactivar la mayoría de las funciones del vehículo, incluidas las más habituales (climatizador o selección de emisoras de radio, por ejemplo; imagen). Bajo dicha pantalla hay una superficie táctil que sirve para modificar el volumen del sistema de sonido o el zoom del sistema de navegación. En el salpicadero, al lado izquierdo del volante, hay una pequeña guanterita ideal para guardar unas llaves.
En España, todos los Enyaq iV llevan de serie un sistema multimedia con pantalla táctil de 13 pulgadas (en otros países también estará disponible con una de 10 pulgadas). No siempre funciona de manera fluida (por ejemplo, llega a tardar hasta 25 segundos en arrancar) y la navegación por los menús no es tan intuitiva como en un Ford Mustang Mach-e, pero es cierto que una vez aprendes dónde está cada cosa no despista tanto.
No obstante, esta pantalla es, sin lugar a dudas, lo que menos me gusta del habitáculo y creo que puede ser un auténtico quebradero de cabeza para alguien que no esté acostumbrado al manejo de pantallas en automóviles. Tras muchos días de pruebas, no he conseguido evitar sentir «pereza» cada vez que he tenido que usarla porque no he conseguido localizar lo que buscaba sin tener que pararme a pensar durante un instante en cómo llegar hasta ello. Por ejemplo, para accederal menú de la climatización hay que presionar un botón físico que queda a la derecha de la consola, retirado del conductor, y luego navegar entre tres «modos de climatizador» diferentes. El primero de ellos, el que se activa por defecto, muestra una serie de configuraciones automáticas (AC Inteligente), como por ejemplo «Aire fresco», pero muchas veces, cuando la temperatura es incómoda, lo que uno quiere es aumentar el caudal de aire y subir o bajar la temperatura lo más rápido posible. Esto se puede hacer en el modo «AC Clásico». En esta imagen se puede apreciar el aspecto de los menús de la climatización. En definitiva, que para cuando estás regulando el caudal de aire, has tenido que fijarte en varios lugares diferentes y el nivel de irritación ha hecho subir aún más la temperatura. He echado de menos unos botones y ruletas físicos.
La instrumentación también se muestra en una pantalla, aunque en este caso es una mucho más pequeña, de solo 5,3 pulgadas (como la del un ID.3 y un ID.4). Se ve bien y muestra información esencial como la velocidad y las indicaciones del sistema de navegación en caso de llevar una ruta activa. Quizás alguien eche en falta mayor capacidad de personalización de la información y el diseño, pero yo me he sentido cómodo con su simplicidad y creo que la información que muestra es suficiente.
En opción hay disponible un sistema de información proyectada en el parabrisas con realidad aumentada (superpone indicaciones sobre la calzada relativas al navegador y los asistentes a la conducción). No funciona igual de bien que el otro sistema similar que he probado, el de un Mercedes-Benz Clase S, porque no se proyecta en una superficie tan grande ni las animaciones alcanzan el mismo nivel de precisión.