Todas las versiones del Toledo tienen de serie seis airbags, control de estabilidad, anclajes «Isofix» y «Top Tether» en las plazas posteriores, conexión auxiliar para el equipo de sonido y elevalunas eléctricos delanteros. Los Toledo más equipados pueden llevar conexión «Bluetooth» para el teléfono y un sistema multimedia con navegador.
En octubre de 2015, SEAT intrudujo una serie de cambios en el habitáculo con el objetivo de mejorar la calidad visual. Son nuevos el cuadro de instrumentos, el volante (es el mismo que tiene el León) y los mandos circulares del climatizador. También tiene una serie de molduras decorativas para el salpicadero que no estaban disponibles con anterioridad a la fecha señalada y los elevalunas eléctricos cuentan con la función de un solo toque (ya no es necesario mantener el boton pulsado durante todo el proceso de apertura y cierre de la ventanilla).
Además, desde esa misma fecha, SEAT intrudujo una nueva generación de sistemas multimedia con pantallas táctiles de hasta 6,5 pulgadas (antes tenía una de 5 pulgadas; imagen) y conectividad Full Link (Apple Car Play, Android Auto y Mirror Link), que permite utilizar la pantalla del sistema como si fuera la del teléfono para algunas aplicaciones.
En general, el manejo de este sistema multimedia es sencillo y agradable porque tiene unos menús bien estructurados, una calidad gráfica buena y un responde con rapidez y precisión a las pulsaciones que se realizan con los dedos. Además, cuando la luz incide directamente en la pantalla, las imágenes proyectadas siguen viendose aceptablemente, algo que no suele ser muy habitual en otros sistemas multimedia de otras marcas.
La consola del Toledo no tiene muchos botones, y los que hay, están ordenados y se encuentran con facilidad. Es uno de esos coches en los que, al poco de montarse en él, parece que todo queda bajo control. Es un aspecto a tener en cuenta por aquellas personas que buscan sencillez de manejo (la tendencia en la automoción parece que apunta a llenar la consola de cosas que manejar) antes que una imagen impactante.
En general, la calidad de acabado es correcta, sin lujos, pero sin grandes carencias. En cuanto a los asientos delanteros (imagen), mi opinión ha cambiado considerablemente después de probar varias unidades del Toledo. La primera vez que lo conduje dije que estaban poco cuidados, que eran muy blandos y que no sujetaban bien el cuerpo. Ahora que he probado un Toledo con más tiempo, me han parecido mejores. Sin ser unos asientos muy cuidados, creo que dan un correcto apoyo al cuerpo y pueden ser hasta cómodos en desplazamientos largos. En todo caso, me parece indispensable que cada uno los pruebe antes de tomar una decisión.
Salvo por pequeñas diferencias de equipamiento, el interior del SEAT Toledo es muy parecido al del Škoda Rapid, por ello a continuación reproduzco, con pequeños cambios, el texto que publicamos de este coche:
Está bien aprovechado por dentro. Por ejemplo, tiene casi el mismo espacio para los ocupantes que un Mazda6 y más que un Renault Talisman o un Audi A4. Un Citroën C5 solo es superior porque tiene más altura libre al techo en las plazas posteriores. Precisamente, la altura libre al techo en las plazas posteriores es el valor de espacio menos favorable del SEAT Toledo; si atrás se sientan personas de más de 1,80 metros y se colocar erguidas, entonces su cabeza roza con el tapizado.
El dato de anchura exterior del Toledo es 1,7 metros, por lo tanto es inferior a la que tienen la mayor parte de los coches de su longitud. Ese valor, sin embargo no repercute en que el interior sea especialmente estrecho entre puertas. En esta tabla se pueden comparar las dimensiones de interior del Toledo con otros modelos.
Con 550 litros de volumen, el maletero del Toledo es mayor que el de cualquier otro coche de similar tamaño, e incluso mayor (por ejemplo, el de un Peugeot 508 tiene 473 litros). Además, es muy fácil de cargar primero por sus regulares formas y segundo porque se accede a él a través de un gran portón, solución que lo hace diferente a muchos de sus rivales, como el Hyundai Elantra, Chevrolet Cruze o el Citroën C-Elysee (que tienen tapa de maletero).
Además, es un maletero con unas formas muy aprovechables. El piso tiene cien centímetros de anchura y otros tantos de profundidad y la altura disponible hasta la bandeja es de unos 57 centímetros. A ambos lados quedan unos compartimentos abiertos muy útiles, por ejemplo, para guardar los chalecos, un botiquín o alguna herramienta (imagen). Por debajo del piso hay una rueda de repuesto del mismo tamaño que las otras cuatro (imagen), y a su alrededor, aún quedan huecos para guardar otras cosas. Cuando se carga el maletero hasta el techo, la bandeja que lo cubre puede quedar adosada al respaldo de las plazas posteriores (ahí casi no molesta ni ocupa. También es posible colocar redes de distintas maneras para sujetar convenientemente la carga (imagen).
Cuando se abaten los asientos posteriores no queda una superficie de carga completamente enrasada, sino con un escalón importante.
El portón es de grandes dimensiones y deja un hueco de acceso muy grande. Cuando está completamente abierto, el extremo de la cerradura (imagen) queda a 1,85 metros del suelo. Es decir, una persona de esa estatura o superior debe tener cuidado para no golpearse cuando está cargando el maletero. Cuando está mojado por la lluvia y se abre, no deja que nada entre al interior, un destalle nada desdeñable.