SEAT Toledo 2.3 V5 20V (1999) | 170 CV que no lucen en el Toledo
El Toledo V5 es más lento en aceleración que otros modelos menos potentes que hemos medido, como el Alfa 156 Sportwagon 2.0 16V (155 CV), Ford Mondeo 2.0 16V (146 CV) y Toyota Avensis 2.0 D4 (150 CV). Para contrastar las prestaciones de nuestra unidad de pruebas con las oficiales, he medido una aceleración desde parado (algo inusual en km77) y también ha sido mucho más lento: 0 a 100 km/h en 9,9 s (8,6 s declarado) y 0 a 1.000 m en 31,3 s (29,4 s declarado).
La velocidad máxima de nuestra unidad de pruebas no ha superado 212 km/h, cuando la velocidad declarada por SEAT es 225 km/h. Cabe pensar que nuestra unidad de pruebas, que tenía 12.500 km en el momento de medir las prestaciones, no estaba en perfecto estado.
Así pues, el nuevo Toledo V5 no destaca por tener un empuje contundente; tampoco es un «botijo», pero al motor le falta algo más de brío. Donde mejor se mueve es a medio régimen. Entre 3.000 y 5.000 rpm es enérgico, pero por encima de dicho régimen no parece brillante (estira hasta 6.500 rpm). Este es probablemente el motivo por el cual el no ha sido rápido en las mediciones de adelantamiento y sí lo ha sido en las de recuperación, ayudado por unos desarrollos de transmisión adecuados.
El consumo, sin ser bajo, se mantiene dentro de unas cifras razonables para su cilindrada y potencia. En conducción normal por carretera y ciudad hemos medido un consumo medio de 10,4 l/100 km; viajando a elevada velocidad por carretera ha gastado 12,6 l/100 km; en conducción muy exigente por carretera de montaña no baja de 15 l/100 km.
Tiene un funcionamiento muy suave y equilibrado, con un sonido que resulta, incluso, agradable de escuchar en marcha.
El error del cuenta kilómetros es despreciable, mientras que el error del velocímetro es muy similar al que ya habíamos medido en el SEAT Toledo 1.9 TDI 150 CV: cuando marca 60 km/h va a 55; cuando marca 140 va a 131; y cuando marca 200 va a 189.