SEAT León 1.6 16V (2000) | Motor: mejores impresiones que resultados
El motor de 105 CV que tiene el León parece que va a dar una buena aceleración, pero no es así, por lo que hemos podido medir. En adelantamiento no es lento, está casi al nivel de coches como el Mégane 1.6 o el Honda Civic 1.6, y por detrás de un Xsara 1.6. En recuperación, en cambio, hay más diferencia con otros coches semejantes. El León pesa mucho y el motor 1,6 no es particularmente elástico; aunque los desarrollos son más bien cortos, no recupera rápidamente.
Lo que sí tiene este motor es algo que lo hace agradable al ir rápido, y que no se ve ni en las prestaciones ni en la curva de potencia: rapidez de respuesta. Es de esos coches en los que un toque al acelerador tiene un efecto inmediato en el motor, lo que facilita un cambio rápido de carril o el comienzo de un adelantamiento. Luego no acelera mucho más que otros (y sí menos que algunos), pero en ese primer instante responde bien. Curiosamente, en vacío le cuesta mucho acelerar; entre eso y lo separados que están los pedales, resulta muy difícil hacer punta tacón.
En una carretera de sentido único con frecuentes desniveles y tráfico no muy fluido, ha gastado 11,0 l/100 km a una media real de 150 km/h. El consumo máximo, si se usa frecuentemente la máxima aceleración que puede dar el coche en carreteras lentas, es unos 13,5 l/100 km. En conducción normal, alternando ciudad y carretera, ligero pero sin ir a tope, ha gastado 9 l/100 km.
Lo que me parece peor del motor es un ruido ronco que se nota al acelerar a fondo y también si se mantiene una velocidad constante alta.