El Altea XL tiene una estabilidad y tacto buenos: de entre todos los monovolúmenes similares, el Altea XL es el que tiene más tacto de turismo y menos de coche alto (otros monovolúmenes estables son el Volkswagen Touran y el Ford C-Max, aunque quizá no lo son tanto como el Altea XL). La diferencia que hay dinámicamente con relación a un Altea normal y a un Toledo no es claramente apreciable, salvo que se conduzcan uno a continuación de otro.
Los montantes, más el izquierdo, restan visibilidad sobre todo en carreteras lentas con curvas cerradas o circulando por ciudad. En algunas ocasiones hay que echar el cuerpo hacia adelante para poder ver la trayectoria de la carretera o lo que hay a la vuelta de la esquina.
Hay dos tipos de suspensión para el XL, una más blanda para las versiones Reference y Stylance, y otra más dura para las versiones Sport-up. La diferencia entre la suspensión normal y la deportiva es clara, pero no se puede decir que una de ellas sea mejor que la otra. La normal nos parece más recomendable para la mayoría de las personas, porque es más capaz de absorber las pequeñas ondulaciones de la carretera sin transmitirlas a los pasajeros.
La suspensión deportiva contiene mejor los movimientos de la carrocería pero hace que el coche sea ligeramente incómodo, principalmente cuando circula sobre baches. Además, con ella parece que entra en las curvas con más facilidad.
El motor Diesel 1.9 TDI de 105 CV mueve con soltura al Altea XL, dentro de lo que cabe esperar por su potencia. Es suficiente para viajar a buen ritmo por carretera y afrontar las subidas normales en quinta velocidad (si no se circula muy cargado) y en ciudad sale bien desde parado (no hay que acelerarlo mucho para comenzar la marcha). Eso sí, es un coche ruidoso por motor, especialmente por carretera a una velocidad alta (a partir de unos 140 km/h).
El Altea XL 1.8 TFSI resulta agradable de conducir porque tiene un motor suave, silencioso y con mucha fuerza (Tiene unas prestaciones rápidas para su potencia: según nuestras mediciones, acelera ligeramente más que un Altea FR de 170 CV, que es más ligero).
En ciertas condiciones, como al acelerar a bajas revoluciones, es un motor más suave y menos ruidoso que el motor 1,4 l TSI (con doble compresor, uno volumétrico y otro turbo) del Volkswagen Touran. Como otros motores con turbocompresor, tiene cierta tendencia a pararse al iniciar la marcha (aunque en menor medida que muchos motores Diesel con turbo).
En esta versión, el sonido del motor sólo se oye al acelerar con decisión o cuando se lleva muy alto de vueltas. En autovía o autopista prácticamente no se percibe, puesto que los ruidos de aerodinámica y rodadura son mayores. Atendiendo exclusivamente al ruido del motor, a 120 km/h es difícil distinguir si se está circulando en cuarta o en sexta. Cuando el velocímetro marca 140 km/h, el motor gira a 3.000 rpm.
Con este motor el SEAT Altea XL destaca frente a modelos de potencia similar de otras marcas por consumo y prestaciones (comparativa), aunque no se puede decir que tenga un consumo bajo. En recorridos por autopista a velocidades legales en España gasta alrededor de 8,5 l/100 km; en utilización mixta por vías de circunvalación y circulación urbana sin atascos, el consumo está sobre los 10 l/100 km. El dato de consumo del ordenador de a bordo es muy preciso (tiene menos del 2% de error).
Esta versión es recomendable para quien aprecie la suavidad, el silencio del motor y las prestaciones frente a otras características, o para quien no vaya a recorrer muchos kilómetros. Si se busca economía de utilización, aunque con unas prestaciones claramente menores, la versión TDI de 140 CV puede ser más recomendable.