El SEAT Altea Freetrack es un Altea XL con algunas modificaciones que facilitan circular con él fuera de la carretera. De este modo, todos los Altea Freetrack tienen una altura libre sobre el suelo un poco mayor que un Altea XL, diversos elementos de plástico sin pintar que protegen ciertas zonas de la carrocería y hay versiones con tracción a las cuatro ruedas.
Aun con ello, el Freetrack no da el mismo resultado fuera del asfalto como Suzuki Grand Vitara o un Toyota RAV4. Sí que es una alternativa a modelos como el Škoda Scout o el Subaru Outback.
El Altea Freetrack está disponible con tres motores, dos Diesel (140 ó 170 CV) y uno de gasolina (200 CV), todos sobrealimentados. Los tres van acoplados a un cambio de marchas manual y un sistema de tracción total; el menos potente (140 CV) lo está también con tracción delantera.
El Freetrack tiene unas prestaciones y un consumo ligeramente peores que las versiones equivalentes del Altea XL. Esto es debido a que tiene una mayor resistencia aerodinámica y un peso superior. Además en su variante de tracción a las cuatro ruedas, tiene menos maletero por el espacio que resta el sistema de tracción y la suspensión trasera (que es distinta al resto de los Altea); en cambio, en estas versiones el depósito de gasolina tiene 5 l más de capacidad.
El Freetrack más asequible (2.0 TDI 140 CV DPF 2WD) cuesta 26 092 € (incluyendo el descuento vigente de 1.000 € en el momento de escribir esta información). Con tracción total lo hay desde 26 900 € (precio de todas las versiones)
El Altea Freetrack responde en carretera mejor que casi cualquier todoterreno ligero (incluso aquellos que están entre los más estables como el Citroën C-Crosser y sus variantes, Mitsubishi Outlander y Peugeot 4007).
También es uno de los monovolúmenes que hay con mejores reacciones, si no el mejor, sobre asfalto y, aunque es más alto y pesado que un Altea XL (unos 100 kg con el motor Diesel de 170 CV), no es claramente más torpe.
La altura extra libre al suelo del Freetrack con respecto a un Altea XL se puede apreciar en que con el primero es más difícil tocar con los bajos de la carrocería en el suelo. A pesar de ello, el Altea Freetrack no está pensado para superar obstáculos complicados dado que no está provisto de muchos elementos importantes para avanzar por este tipo de sitios, como una suspensión con mayor recorrido, una reductora o un control de velocidad en descensos.
Un inconveniente importante para la utilización del Freetrack fuera del asfalto son las ruedas. Las que lleva el Altea Freetrack son unas 225/50 R17 de la marcha y modelo Pirelli PZero Rosso, que son exclusivas para circular por carretera.
La única diferencia de estas ruedas con respecto a las que lleva cualquier otro Altea XL con llanta de 17 pulgadas, es que el perfil es de una medida mayor (50 en lugar de 45).
Los desarrollos de transmisión en todas las marchas son prácticamente idénticos en el Altea XL y en el Altea Freetrack. Como no tiene reductora, al Altea Freetrack le hubiera venido bien una primera marcha más corta para avanzar a baja velocidad por zonas agrestes sin utilizar mucho el embrague.
Los pasos de rueda están protegidos con un material plástico sin pintar, el mismo material que SEAT ha utilizado para hacer los paragolpes y las molduras protectoras de la parte inferior de los laterales de la carrocería.
El Altea Freetrack con el motor 2.0 TDI de 140 CV resultará más que suficiente para quien no busque una gran capacidad de aceleración. Además, el consumo de este motor es contenido con lo que la autonomía es grande apesar de que el deposito de combustible sólo tiene 55 l de capacidad. Como en todos los modelos que hemos conducido con este motor, nos ha parecido áspero en su funcionamiento y ruidoso, sobre todo con el motor frío.
Tanto con el motor Diesel de 170 CV como con el gasolina de 200 CV, el Altea Freetrack es un coche rápido en cualquier circunstancia.
El habitáculo es similar al de cualquier otro Altea XL, salvo por el conjunto de cuatro compartimentos para el techo, para guardar gafas y documentos. En el compartimento más cercano a las plazas traseras tiene una pantalla TFT de 7”, a la que puede conectarse un reproductor de DVD, una videoconsola o un reproductor MP3, entre otros dispositivos (imagen). Tanto los compartimentos como la pantalla TFT son de serie.
El equipamiento de serie es abundante: seis airbags, control de estabilidad (ESP), climatizador de dos zonas, control de velocidad, ordenador de viaje, cortinillas parasol en los cristales laterales traseros, conexión automática del limpiaparabrisas y de las luces, control de aparcamiento trasero, radio con lector de CD (compatible con discos MP3), indicador de la presión de los neumáticos y llantas de aleación de 17”.
Opcionalmente, puede tener un navegador con pantalla en color, conexión «Bluetooth» para teléfono móvil y faros bixenón adaptativos, entre otros elementos.