La gama Saab 9-5 para 2006 está a la venta con una gama de cuatro motores de gasolina y un Diesel, carrocería de cuatro puertas o familiar, un precio entre 32.540 y 45.550 €, y cambios de aspecto de la carrocería (inspirados en el prototipo Saab 9X). No es un coche completamente nuevo, sino una actualización del modelo que lanzó en 1997.
Es ligeramente más largo (4.827 mm frente a 4.836) y bajo (1.448 mm frente a 1.475) que el actual. La anchura y la batalla son las mismas.
Las versiones de gasolina son todas de cuatro cilindros. Hay un 2,0 l de 150 CV y tres variantes del motor de 2,3 l de cilindrada, con 185, 220 ó 260 CV de potencia. En algunos países estará disponible un motor que funciona con etanol o gasolina indistintamente. Denominado 2.0t BioPower, da 180 CV, 30 CV más que el 2.0t de gasolina exclusivamente.
En Diesel hay un motor de 1,9 l y cuatro cilindros que tiene el 9-3 (más información) y ciertos modelos de Opel y Alfa Romeo. Da 150 CV de potencia. Tiene filtro de partículas sin mantenimiento y puede llevar caja de cambios manual de seis relaciones o automática de cinco.
El consumo medio con este motor es 6,5 l/100 km (6,7 el familiar) y con él, el 9-5 alcanza los 100 km/h desde parado en 9,8 s. El consumo medio homologado es 6,4 l/100 km. Son unos valores de prestaciones y consumo normales para un coche de estas características.
Con este motor, el Saab 9-5 es la alternativa más asequible entre los turismos Diesel de su tamaño y potencia (relación de ellos según su precio).
Se han realizado modificaciones en la suspensión, con nuevas especificaciones para los muelles, amortiguadores y barras estabilizadoras (más información). Ahora, la vía trasera es 6 mm más ancha (1.528 mm); la delantera permanece igual. Con una breve toma de contacto con la nueva versión Aero con 260 CV (10 más que el anterior Aero) basta para verificar que los cambios en el bastidor tienen un efecto muy positivo (al menos, en esta versión).
La suspensión no es la que se podría suponer en una versión deportivo, pero me parece muy efectiva para contener los movimientos de la carrocería y para aislar a los ocupantes de las irregularidades del pavimento. Me parece que también ha ganado motricidad, algo que siempre viene bien en los Saab más potentes; la unidad que he conducido tenía neumáticos Continental ContiSport Contact 2.
Lo que no soy capaz de decir es si esos 10 CV suplementarios se notan o no, pero creo que es irrelevante en este caso porque el motor anterior ya le daba al coche unas prestaciones sobresalientes. Lo más singular de este motor (un cuatro cilindros con bloque de hierro que, en versión con turbocompresor, se empezó a usar en 1991) es su fuerza a bajo y medio régimen.
Tiene el empuje que daban los motores con turbocompresor de finales de los 80 y principios de los 90, pero sin el retraso de respuesta que era común entonces.
En el interior hay cambios de diseño que afectan al cuadro de instrumentos, sistema de sonido y navegación, mandos de la climatización (ha desaparecido la pantalla digital) y al volante (parecido al del 9-3).
Los mandos de calefacción y ventilación de los asientos, que antes estaban en la parte inferior de la consola, se han reagrupado con los del climatizador. La pantalla del ordenador ahora se encuentra en el cuadro de instrumentos. También hay nuevos tonos para las inserciones de madera y metálicas.
Todas las versiones llevan ABS, control de estabilidad y tracción, airbags frontales de doble etapa, laterales delanteros de cabeza y tórax y reposacabezas activos. En las plazas traseras no lleva airbags.
No lleva ningún elemento de equipamiento novedoso. Entre los que tiene destacan los faros de xenón para cortas y largas y los asientos delanteros con ventilación. Hay nuevos equipos de sonido y navegación disponibles, con lector de MP3 y conexión manos libres para teléfono (no Bluetooth).