El habitáculo del Twingo RS es muy similar al del resto de versiones de la gama (más información).
El cambio más importante, porque no es meramente decorativo, es que los asientos delanteros tienen un diseño distinto, que da más sujeción al cuerpo de los ocupantes. Los cinturones de seguridad, de color naranja, contrastan con el tapizado de color oscuro. Los pedales son de aluminio y el volante es de cuatro radios, forrado en piel perforada, con un aro grueso que se adapta muy bien a la mano.
El cuentarrevoluciones va colocado justo detrás del volante. Tiene dos peculiaridades. Una, lleva un indicador luminoso que se enciende cuando el motor está alcanzado su límite de giro (imagen) y que apenas se ve durante el día, pero sí es muy útil por la noche, en conducción deportiva. Dos, sus números son más grandes a medida que indican un mayor régimen de giro el motor. Al igual que en los demás modelos de la gama Twingo, el cuentarrevoluciones está situado en la parte alta de la columna de la dirección. Al ajustar el volante (únicamente en altura), el cuentarrevoluciones también cambia su posición.
La información del estado del motor y de sus líquidos es sencillamente insuficiente para un coche de las características del Twingo RS; no hay termómetro de agua, ni indicadores del estado del aceite (presión y temperatura).
Tiene de serie unos asientos traseros deslizantes y abatibles. Son muy útiles porque permiten configurar a conveniencia el espacio destinado a los ocupantes de las plazas traseras y el maletero.
Si se colocan en la posición más retrasada posible, queda mucho sitio para dos pasajeros; más que en casi cualquier utilitario del tamaño del Twingo. Además, estos asientos opcionales vienen con reposacabezas, elementos no disponibles en los de serie.
El Twingo RS se puede personalizar con elementos como diferentes carcasas para las llaves, alfombrillas específicas o unos pedales parecidos a los que llevaba el prototipo del que deriva (imagen).