La nueva gama Scénic tiene tres carrocerías: Scénic, Grand Scénic (por 900 € más) y Grand Scénic de siete plazas (por 700 € más que el de cinco).
Renault ha simplificado las versiones. Ya no hay diferentes combinaciones de equipamiento y acabado, sino cuatro versiones: Authentique, Expression, Dynamique y Privilege. No todas estas versiones están disponibles con cualquiera de los ocho motores que hay en la gama.
El precio del Scénic es algo mayor que el de un SEAT Altea y algo menor que el de un Ford Focus C-Max (relación de monovolúmenes de cinco plazas entre 4,1 y 4,6 m, con motor Diesel de 120 a 140 CV). Entre los monovolúmenes de siete plazas, el Grand Scénic está entre el Opel Zafira y el Toyota Corolla Verso, con diferencias pequeñas entre ellos (relación).
El Grand Scénic de cinco plazas es nuevo, hasta ahora sólo estaba disponible con siete. Este Grand Scénic de cinco plazas tiene algunas diferencias con el de siete, además de perder los dos asientos.
En el Scénic de siete plazas la segunda fila de asientos estaba elevada para que los pasajeros de la última fila pudieran meter los pies bajo la segunda. En el Grand Scénic de cinco plazas el asiento está 20 mm más bajo (hay más altura libre en la segunda fila) y lleva los cajones bajo los asientos que pierde la versión de siete plazas.
Lo que puede hacer recomendable al Grand Scénic con cinco asientos es que tiene más volumen de maletero que la versión de siete plazas con los asientos traseros plegados, por dos razones: primera, en la versión de cinco plazas el plano de carga del maletero queda más bajo (no hay asientos que ocupen espacio). Segunda, el maletero del cinco plazas tiene un doble fondo más grande. Sea en la versión que sea (de cinco o siete plazas), lo que no cambia es la posición de la seguna fila de asientos; por lo tanto, tampoco cambia el espacio destinado a los ocupantes de estas plazas.
La nueva gama Scénic y Grand Scénic tiene ligeros cambios de aspecto en los paragolpes delanteros, la parrilla y los faros (con proyectores elipsoidales para luces halógenas de corto alcance). Los pilotos ahora tienen diodos luminosos en lugar de bombillas (es el primer Renault con pilotos de diodos).
Existe la posibilidad de que toda la superficie de los paragolpes, así como las molduras de las puertas, sean del mismo color que el resto de la carrocería. Hay una nueva gama de llantas de aleación.
El portón trasero ahora se puede abrir en dos niveles, uno que deja una altura por debajo de 1,80 y otro que deja 10 cm más.
Renault ha modificado algunos mandos interiores, como las palancas para ajustar el asiento delantero o para abatir los traseros. Hay un accesorio que puede ser muy útil para llevar a niños entre seis y diez años, que les sujeta la cabeza si se duermen y los mantienen alejados de la puerta. Ha cambiado el sistema de ventilación para que enfríe más rápido y haga menos ruido.
También hay disponibles nuevos elementos de equipamiento, como un navegador con DVD (permanece el de CD, con un precio menor) y conexión para elementos auxiliares de sonido con una entrada analógica o con USB. Es posible poner la opción de conexión Bluetooth sin tener que instalar ninguno de los dos navegadores.
No hay cambios en la gama de motores, que está compuesta por cuatro motores de gasolina y cuatro Diesel. Los de gasolina son un 1,4 l de 98 CV; un 1,6 l de 113 CV; un 2,0 l de 136 CV; y un 2,0 l con turbo y 163 CV.
En Diesel hay dos variantes de un bloque de 1,5 l, con 85 y 105 CV; este último es el motor Diesel que más se vende en el Scénic. Además, hay un 1,9 l de 130 CV y un 2,0 l de 150 CV. Estos dos motores Diesel tienen filtro de partículas.
He conducido las dos versiones Diesel más potentes, el 1,9 l de 130 CV y el 2,0 l de 150, ambos con cambio automático. La diferencia de prestaciones es palpable ya en una conducción suave, pero lo que más los distingue es la suavidad. Creo que, a poco que se valore que el motor sea suave, merece la pena pagar los 1.250 € de diferencia por el motor de 2,0 y la caja de seis velocidades.
La caja de cambios automática del 1,9 l tiene cuatro velocidades, la del 2,0 tiene seis. El funcionamiento es muy distinto, en parte porque la caja de cuatro marchas es de engranajes epicicloidales y convertidor de par hidráulico, y la de seis es una caja manual (pares de engranajes y embrague multidisco).
La caja de cuatro marchas funciona muy bien; es suave y no es de esas cajas que selecciona marchas largas cuando no debe (en retención o frenada). El inconveniente es que sólo tiene cuatro marchas y, en ciertas circunstancias, el salto entre segunda y tercera puede ser demasiado grande (en carreteras lentas, principalmente).
La caja automática de seis velocidades también tiene un funcionamiento satisfactorio. Como otras cajas de este tipo, hay veces que tarda un poco más de la cuenta en seleccionar una marcha corta cuando se requiere aceleración.
Como en el Mégane, Renault ha cambiado la barra de la dirección, que ya no tiene una junta elástica en medio sino que es una columna telescópica.
Eso y el cambio del proveedor de todo el sistema ha soluciona en gran medida el tacto impreciso que tenía, principalmente al empezar a girar el volante.
El Scénic sigue sin ser un monovolumen tan ágil como un Altea o un C-Max, pero no lo es claramente menos que un Zafira o un Corolla Verso.
Renault espera vender en España un 60 por ciento de Scénic y un 40 por ciento de Grand Scénic; de este último, la mitad serán de cinco plazas.