La versión que hemos probado (Luxe Privilege) tiene un aspecto interior muy bueno. He encontrado pocos fallos de ajuste, y los que hay son cosas como paneles no del todo bien ajustados en el salpicadero. Esta versión tiene algunas piezas acabadas con una lámina adhesiva transparente, que le da un tacto suave y no parece muy difícil de desprender (lo estaba en el pomo del cambio).
Con todo, los defectos que he visto en el Mégane son menores que en otros coches cuando acaban de llegar al mercado. No hay plásticos con borde afilado, la sujeción de los distintos elementos interiores parece buena y los materiales son de más calidad de lo corriente en esta clase de coches. El plástico duro y poco tratado superficialmente queda en las partes menos accesibles a la vista y al tacto. Muchos de los huecos para dejar cosas tienen el fondo tapizado con tejido.
Para la tapa de la guantera del apoyabrazos central delantero hay una pieza metálica con un aspecto muy sólido (cada vez es más raro ver metal dentro de un coche).
Esta versión tenía distintos automatismos, que funcionan muy bien en general. Para muchas personas, el más llamativo es el que permite abrir la puerta y conectar el arranque sin tener que abrir previamente el coche.
Para ello hay un mando a distancia (Renault lo llama «tarjeta», aunque es mucho más grueso y amplio que una verdadera tarjeta) que se puede llevar en el bolsillo. Si el coche detecta este mando, al meter la mano entre la puerta y el tirador exterior se desbloquean automáticamente las cerraduras. Igualmente sin necesidad de pulsar ningún botón de este mando ni de introducirlo en una ranura, se puede arrancar el motor con un botón (sólo si se pisa el freno o el embrague).
Me parece que es un sistema muy cómodo y eficaz; hasta el punto de que, después de dejar de conducir el Mégane, apretar el botón del mando a distancia para abrir cualquier otro coche me parecía un engorro. Creo que sería aún mejor si este mando fuera un poco más pequeño (lo ideal sería una verdadera tarjeta, que cupiera en la cartera). Un posible fallo es que, si hay un sistema para evitar alejarse con el mando mientras el coche está en marcha, en nuestra unidad de pruebas no funcionaba.
Otros automatismos que tiene esta versión son la conexión de luces, del limpiaparabrisas y el cierre de los seguros de las puertas (comentario sobre estos automatismos).
En las plazas delanteras hay unas trampillas de unos tres litros de capacidad. Pueden ser útiles para llevar cosas que no se necesitan mientras se conduce, especialmente si están cubiertas con alfombrillas. El cierre parece bueno, he echado un poco de agua sobre ellas y lo de dentro no se ha mojado, así que supongo que tampoco ocurrirá si se entra con los zapatos mojados.
No encuentro ninguna ventaja al freno de estacionamiento de tipo asa, como no sea que deja más espacio para la guantera central que uno de empuñadura. Tampoco le encuentro inconveniente, aunque a alguno de mis compañeros les parece que requiere más fuerza que uno normal.
El manual de instrucciones es siempre una lectura recomendable. Es el del Mégane hay algunas informaciones bien explicadas, como las de los elementos de seguridad (comentarios sobre el manual).
La boca de llenado sin tapón de rosca me parece muy cómoda. Habrá que ver si la pieza de goma que tapa la boca aguanta bien el paso del tiempo.