Renault Clio (2013) | Renault Clio GT
La versión GT del Renault Clio se diferencia del resto de la gama principalmente por tres motivos: su aspecto, el motor y el cambio de marchas.
El motor es de gasolina de cuatro cilindros, 1,2 litros y 120 CV. El diámetro y la carrera de los cilindros son los mismos que en el tricilíndrico de 90 CV. Ambos están sobrealimentados pero una diferencia importante en el sistema de alimentación es que el de 120 CV tiene inyección directa en vez de indirecta (ficha técnica comparativa). El cilindro adicional reduce las vibraciones y mejora, junto con el resto de cambios, la respuesta a muy bajas revoluciones. Por ejemplo, en el Clio de 90 CV hay que coger cierta velocidad (o hacer patinar el embrague) para subir las rampas de los garajes si está conectado el compresor del aire acondicionado, en el de 120 CV esto no ocurre.
El Clio GT es un coche que permite ir rápido por carreteras de curvas sin poner complicaciones a quien lo conduce, sin reacciones bruscas. Pero no es un modelo deportivo porque no tiene las reacciones vivas que se puede esperar de un coche clasificado así. Tampoco lo es porque la respuesta del motor cuando se acerca al último cuarto de su velocidad de giro máxima no es brillante —da la potencia máxima a un régimen relativamente bajo, a 4900 rpm—. De hecho, ha sido más rápido recuperando de 80 a 120 km/h en 4ª que acelerando en 3ª.
En la suspensión hay cambios en la firmeza (la amortiguación delantera es un 40% más dura que en otros Clio menos potentes) debidos al mayor peso del motor y la caja de cambios. Esta mayor firmeza se nota pero la diferencia no es grande y es un coche que se puede clasificar como cómodo. La dirección permite guiar con precisión el coche pero su tacto no deja lugar a dudas de que es una dirección eléctrica.
Quien quiera un Clio deportivo deberá recurrir a la versión Renault Sport (más información del Clio RS modelo 2013), que tiene 200 CV y cuesta casi 6000 euros más (ficha comparativa). El Clio GT está disponible desde 19 100 € (precio, equipamiento y ficha técnica). Es un precio superior al de otros turismos de cinco puertas de tamaño y potencia similar (listado ordenado por precio de turismos de entre 3,8 y 4,1 m con motor de gasolina de 110 a 145 CV), si bien el Clio es el único con caja de cambios automática. Con cambio automático solo hay otros dos: el Audi A1 Sportback y el MINI Cooper Countryman, notablemente más cosotosos del Clio y de mayor calidad (listado ordenado por precio de turismos de entre 3,8 y 4,1 m con motor de gasolina de 110 a 145 CV y cambio automático).
El cambio automático del Clio GT es de doble embrague (EDC, de «Efficient Dual Clutch») y seis velocidades. Selecciona las marchas automáticamente y también da la posibilidad al conductor de hacerlo por sí mismo mediante unas levas que hay fijas tras el aro del volante. Engrana las marchas con rapidez pero no parece que sea tanta como otros cambios del mismo tipo (la comparación inmediata que me viene a la mente es del DSG que usan SEAT en el Ibiza y Volkswagen en el Polo) y desde luego su programación no persigue la deportividad, simplemente es un buen cambio automático rápido. También es suave haciendo los cambios y permite avanzar a muy baja velocidad sin tirones, lo que es de agradecer al maniobrar en lugares con poco espacio entre la carrocería y los obstáculos más próximos.
La alternativa más similar que hemos probado es el Ford Fiesta 1.0 Ecoboost 125 CV. En nuestra medición de aceleración, el Fiesta ha sido considerablemente más rápido que el Clio GT. Mientras que el Fiesta tarda 6,9 segundos en acelerar de 80 a 120 km/h, el Clio emplea 8,7 (es un 26 por ciento más). Las recuperaciones también son mejores con el Fiesta, a pesar de tener una ligera desventaja en los desarrollos (el desarrollo de la marcha más larga del Fiesta es 42,8 km/h cada 1000 rpm y en el Clio, 41,0). En esas marchas, recuperar de 80 a 120 km/h en el Fiesta requiere 12,5 segundos mientras que en Clio se necesitan 14,0 s. Otra posible alternativa es el Volkswagen Polo 1.2 TSI 110 CV que, en la medición de aceleración de 80 a 120 km/h ha necesitado 7,1 segundos y por lo tanto también ha sido claramente más rápido que el Renault Clio TCe 120 EDC.
El Clio GT tiene un consumo medio homologado de 5,2 l/100 km. No es un gasto de carburante alto pero no llega a ser tan bajo como el de un Ford Fiesta con el motor 1.0 EcoBoost de 125 CV. Un KIA Rio de 109 CV o un SEAT Ibiza de 105 CV consumen parecido al Clio GT (listado comparativo). En nuestra prueba de consumo por autovía (un recorrido de ida y vuelta de 143,3 kilómetros con varias pendientes fuertes y a una media de 120 km/h) ha gastado 7,2 l/100 km, solo una décima más que la versión de 90 CV. En el mismo recorrido, el Volkswagen Polo 1.2 TSI 110 CV consumió 6,8 l/100 km y el Ford Fiesta 1.0 EcoBoost de 100 CV y cambio automático Powershift, 7,3 l/100 km.
Entre los asientos hay un botón («R.S. Drive») que permite modificar la respuesta del pedal del acelerador, de la caja de cambios y la dirección, en función de dos programas: «Normal» y «Sport». Es similar al que tiene el Clio RS, pero más sencillo ya que actúa sobre menos dispositivos del coche.
Los elementos exteriores que son diferentes son los paragolpes, la parrilla y las llantas de aleación —de 17 pulgadas—. También cambia la ubicación de las luces de día, que pasan de la parrilla (imagen) a los extremos de los paragolpes (imagen). Hay una salida doble de escape (imagen), las carcasas de los retrovisores van pintadas de color gris (imagen) y hay un anagrama con las letras «GT» en la parrilla (imagen) y el portón del maletero (imagen). Puede elegirse con una pintura específica de color «Azul Malta» (galería de imágenes).
En el habitáculo hay diferentes molduras decorativas de color gris, negro brillante y cromado. Son específicos los asientos, que sujetan mejor el cuerpo que los de los Clio menos potentes y opcionalmente se pueden tapizar de cuero, el volante, los pedales —tienen recubrimiento metálico— y algunos detalles de la instrumentación.
Tiene de serie elementos de equipamiento como el dispositivo «R-Link», acceso y arranque sin llave —«Tarjeta manos libres Renault»—, equipo de sonido con Bluetooth y conexión USB para fuentes de sonido externas y climatizador, entre otros. Puede tener un sistema de telemetría («R.S. Monitor 2.0»), accesible desde la pantalla táctil del sistema multimedia «R-Link». El Clio RS también lleva un dispositivo parecido (imagen).
El Clio GT se fabrica en la planta que Renault tiene en Bursa (Turquía), una de las dos donde se produce la gama Clio junto a la de Flins (Francia).