Uno de los coches que Renault mejor sabe hacer es el pequeño deportivo, y con el Clio Sport 2.0 se ha superado a sí misma. El Clio Sport tiene un motor de 2 litros de cilindrada y 169 CV (124 kW) que encaja perfectamente en un bastidor profundamente modificado. Puede parecerlo, pero no son demasiados caballos.
Las diferencias externas son fácilmente visibles: faros dobles, un paragolpes que integra un enorme faldón, amplias tomas de aire en la parte delantera para admisión y refrigeración, aletas más anchas (siguen siendo de un plástico llamado Noryl), estribos más sobresalientes, unas llantas de 15 pulgadas marca OZ, escape de acero inoxidable y un alerón trasero no muy prominente. Es más ancho que un Clio normal, pero no más bajo. Interiormente está decorado también con un aire deportivo: tapicería de cuero y Alcantara, instrumentación con fondo blanco, pomo de aluminio y unos revestimientos especiales en el salpicadero y puertas. Los asientos son Recaro.
El motor es una versión modificada del 140 CV que tiene el Laguna. Es también es un ejemplo de lo que se puede conseguir de un 2 litros, si se busca una potencia máxima muy alta y también a medio régimen. Tiene, por una parte, elementos tomados de la competición; además de una relación de compresión muy alta (11 a 1 un este caso), los conductos de la culata los mecaniza un antiguo fabricante de motores de Fórmula 1 (Mecachrome), las válvulas son también de competición (hechas con níquel y titanio) y el colector de escape está hecho con acero inoxidable.
Tiene un sistema de distribución variable, que es lo que hace posible que el motor tenga buen rendimiento en un margen muy amplio de régimen. El régimen de potencia no es muy alto (6.250 rpm); eso quiere decir que llega a 169 CV más por que tiene buen par motor que por su capacidad para subir de vueltas. No obstante, el régimen máximo sí es muy alto y, además, variable. En primera y segunda velocidad corta a 7.250 rpm, en las otras tres marchas lo hace a 7.000. Esto compensa el hecho de que el motor, en marchas cortas, cae más de vueltas al cambiar que en marchas largas. También se utiliza este sistema de corte de inyección variable para proteger al motor: cuando todavía está frío, corta la inyección en un régimen más bajo que cuando ya se ha calentado. La caja de cambios tiene sólo cinco velocidades, algo que a estas alturas parece poco en un deportivo.
Las suspensiones son las mismas que las de un Clio normal, pero con diferentes muelles, amortiguadores y barras estabilizadoras. Sobre todo la trasera es más gruesa, para limitar más el balanceo sin comprometer la motricidad. Los soportes de las ruedas son distintos y le dan más anchura de vías (27 mm delante y 14 detrás) y una alineación diferente. La dirección es asistida hidráulicamente, tomada del anterior Clio 16v y los frenos delanteros son del Laguna (discos de 280 mm); atrás también lleva discos. El ABS es equipo de serie, e incorpora repartidor de frenada electrónico. Lo que no tiene, lamentablemente, es control de estabilidad.
El Clio Sport es un coche relativamente ligero (1.035 kg), lo que repercute positivamente en prestaciones, consumo, estabilidad y frenada. Comparado con un Ibiza 1.8 T de 156 CV, el Clio no es mucho más rápido en velocidad máxima, pero sí en aceleración. Pero lo verdaderamente positivo del Clio Sport es que no es un coche delicado: no reacciona bruscamente en carreteras lentas y mantiene muy bien la trayectoria en las rápidas.
El Clio Sport está ya a la venta; cuesta 2.995.000 ptas. (18.000,31) con un equipamiento de serie muy completo y sin ninguna opción. Hasta agosto, sólo está disponible en plateado (el color en estas fotos), luego vendrá con otros colores.