Porsche Cayenne (2002) | Impresiones en todo terreno
Porsche ha preparado el Cayenne para ser extraordinariamente eficaz también en el campo. Para conseguirlo ha puesto a punto un buen número de elementos y sistemas que permiten a este Porsche pasar por caminos de todo tipo, zonas trialeras o vadeos espectaculares.
Durante la presentación, lo hemos probado en una zona especialmente preparada para conocer sus aptitudes trialeras, con impresionantes cruces de eje y exigentes subidas y bajadas. El deslizante barro que había tras las intensas lluvias caídas los días anteriores dificultaban todavía más las cosas al Cayenne.
Vaya por delante que las unidades que hemos probado fuera del asfalto llevaban neumáticos de campo. En semejantes condiciones, los neumáticos convencionales de carretera que lleva el Cayenne apenas hubieran permitido acceder a unas zonas de barro arcilloso tan resbaladizo.
Un dispositivo muy interesante de este modelo es un mando situado junto a la palanca de cambios con la que se adaptan varios sistemas para que el coche vaya mejor por campo. Simplemente con pulsar dicho mando, conecta automáticamente la reductora, un programa distinto para el control electrónico del cambio automático y el diferencial central, adecua el funcionamiento del bloqueo electrónico del diferencial y el antibloqueo de frenos, y eleva la carrocería si el coche tiene suspensión neumática. Una segunda pulsación bloquea completamente el diferencial central y una tercera bloquea el diferencial trasero, si existe esa posibilidad (el bloqueo trasero no es de serie).
Su tracción total permanente, con bloqueo activo del diferencial central y el sistema de bloqueo electrónico del diferencial (EDS), que frena selectivamente las ruedas que pierden motricidad, permiten al Cayenne avanzar aunque tenga varias ruedas en el aire o con baja adherencia. El coche que hemos probado era un Cayenne S con muelle helicoidal y, como tampoco tiene un recorrido de suspensiones muy largo, era fácil dejar alguna rueda en el aire ante un cruce de ejes pronunciado, aunque la capacidad de tracción seguía siendo ejemplar.
El Cayenne tiene también un sistema de control de descenso similar al HDC (Hill Descent Control) utilizado por Land Rover y BMW en su X5. En bajadas con más de un 20 por ciento de inclinación, y siempre que se circule por debajo de 20 km/h y esté activado el control de estabilidad, el sistema frena las ruedas automáticamente para evitar que el coche se embale con la pendiente, y mantiene una velocidad baja y constante.
Lleva otro sistema que puede resultar muy útil en conducción todo terreno. Si detenemos el coche en medio de una cuesta y tenemos una marcha engranada, el Cayenne no se cae hacia atrás aunque soltemos el pedal de freno. Esto se consigue mediante un sistema mecánico que bloquea el cambio de forma automática hasta que volvemos a acelerar.
Tanto el bloqueo electrónico del diferencial (EDS), como el control de descenso y el servosistema antireculamiento, se accionan mediante la gestión electrónica del control de estabilidad (PSM). Dicho control de estabilidad tiene dos programas de funcionamiento distintos: para la carretera y el campo. Cuando se activa la reductora, automáticamente entra en funcionamiento el programa de campo. El PSM permite evitar posibles subvirajes o sobrevirajes en carretera, pero también ayuda a estabilizar la marcha en todo terreno (por ejemplo al bajar por una pendiente embarrada). El control de estabilidad del Cayenne es desconectable mediante un mando situado en el salpicadero.