De acuerdo con nuestras mediciones, el interior del 911 Cabriolet tiene practicamente el mismo espacio que la variante con techo cerrado, siendo la única diferencia reseñable la anchura en las plazas posteriores, que es 4 centímetros menor.
En las plazas delanteras hay sitio más que suficiente para que dos personas de generosa estatura quepan sin que la cabeza les roce en el techo y sin que sus respectivos codos rocen entre sí. Las traseras, en cambio, son de dimensiones muy reducidas y además tienen el respaldo en una posición muy cercana a la vertical, por lo que son muy incómodas y solo resultan útiles en caso de emergencia para llevar a un niño durante poco tiempo. Sí resultan adecuadas para llevar, por ejemplo, unos abrigos, unas mochilas o incluso una maleta pequeña (debidamente sujeta).
La capota de lona del 911 Cabriolet 2019 se quita y se pone de manera automática mediante un mecanismo hidráulico distinto al del modelo anterior. Ahora tarda 12 segundos en completar el proceso —un segundo menos— y se puede activar a velocidades de hasta 50 km/h —como antes— mediante dos botones destinados a tal fin, situados entre los dos asientos delanteros (uno para abrir y otro para cerrar; imagen) o bien desde el mando de apertura de vehículo. La estuctura sobre la que se apoyan las capas de lona está fabricada en magnesio y aluminio.
La calidad de construcción de la misma me ha parecido muy buena, ya que no se escuchan ruidos al circular por superficies en mal estado y tanto el ajuste como la estanqueidad parecen bien resueltos (tras media hora de lluvia intensa no había rastro de agua en el interior). El resvestimiento interior está compuesto por varios paneles rígidos que cubren la mayor parte de la superficie de lona (solo queda a la vista este material en los pilares posteriores), por lo que la sensación es la de estar sentado en un vehículo con el techo convencional, al menos en las plazas delanteras.
Con el techo sobre la carrocería, el aislamiento acústico es bueno, aunque los ruidos del exterior (especialmente el producido por el tráfico) llegan con más claridad al interior que en la variante con carrocería cerrada, especialmente por la parte posterior del habitáculo. Descapotado, y siempre que se haga uso del deflector aerodinámico (que es de serie e inhabilita las plazas posteriores; imagen), tanto el ruido como las corrientes de aire no resultan incómodas hasta velocidades superiores a las establecidas por la ley en España. Lógicamente es necesario elevar el tono de voz para mantener una conversación fluida con el acompañante, pero está mejor resuelto que, por ejemplo, en un Audi R8 Spyder (que ya es bueno en este aspecto).
El Porsche 911 Cabriolet no tiene salidas de aire caliente a la altura de la nuca, un elemento que aumenta el confort de marcha de manera notable en días fríos y que sí está disponible en modelos de menor precio, como por ejemplo el Audi TT Roadster o un Mercedes-Benz SLC. Sí que puede tener asientos delanteros calefactables y con ventilación.
El maletero está situado bajo el capó delantero y tiene unas dimensiones idénticas a las de la variante Coupé. Los 145 litros de capacidad son suficientes para llevar una maleta de tipo cabina de avión, una mochila adicional y poco más. Su acceso es bueno, pues el borde de carga está situado muy bajo y el hueco que libera el capó es amplio.
El aspecto del salpicadero es completamente distinto al del modelo anterior y guarda un gran parecido con el de los modelos más recientes de Porsche, como el Macan, el Cayenne o el Panamera (imagen del modelo actual e imagen del modelo precedente). Uno de los cambios más importantes está en la pantalla del sistema multimedia, que es mucho más grande (de 10,9 pulgadas, en lugar de 7 pulgadas) y tiene un sistema operativo más moderno e intuitivo (imagen). La instrumentación también cambia, pues ahora tiene una pantalla a cada lado del cuentarrevoluciones (que sigue estando en posición central) desde las que se pueden visualizar los datos del ordenador de viaje, las indicaciones del sistema de navegación, el funcionamiento de las ayudas electrónicas o el estado del motor (imagen). Tanto la resolución como el contraste de estas dos pantallas no admiten tacha alguna, sin embargo quedan parcialmente ocultas por las manos y el aro de volante y, por lo tanto, obligan a mover la cabeza para buscar la información requerida.