Porsche 911 Carrera Cabriolet (2005) | Con el techo puesto
La sensación que he tenido al circular con el 911 Cabriolet con la capota cerrada es que llevaba un coche normal, no descapotable. No recuerdo haber llevado nunca un coche cuya capota sonara tan poco a velocidad elevada. Seguro que hay diferencia de ruido en el interior entre el 911 Carrera carrozado y el Cabriolet, pero por lo que recuerdo no me parece significativa. El ajuste de la capota es perfecto, no hay ruidos de ningún tipo al circular por carreteras de mal piso y tampoco ruidos aerodinámicos al circular a velocidad elevada. Me ha sorprendido. Una indicación del buen trabajo aerodinámico es que el coeficiente de penetración aerodinámico de las dos carrocerías es prácticamente el mismo.
Los motores del Porsche 911 cambian notablemente de sonido por encima de 5.000 rpm. El cambio de sonido es diferente entre la unidad menos potente y la más potente, si bien ambas cambian. Este cambio de sonido, salvo en las dos primeras marchas, sólo se aprecia en plenitud con la capota puesta. Con la capota quitada, el ruido aerodinámico apaga el ruido del motor, por lo que salvo en primera o segunda queda muy mitigado.
A pesar de los reparos que menciono, la sensación general es de muy buena calidad y de un cuidado esmerado en los detalles. El asiento posterior es poco utilizable porque el respaldo queda completamente vertical; la espalda no aguanta en esa posición más qué unos pocos minutos.