El Porsche 718 Boxster —un descapotable biplaza con techo de lona y tracción trasera— es el sustituto del Porsche Boxster 2012. Aunque su aspecto no varía mucho, tiene cambios mecánicos importantes, en especial en los motores: ahora llevan turbocompresor, son de menor cilindrada y tienen mayor potencia.

En la actualidad hay cuatro versiones: 718 Boxster (299 CV), 718 Boxster S de (349 CV), 718 Boxster T (de 299 CV, que tratamos por separado en este artículo) y 718 Boxster GTS (de 366 CV, más información en este artículo). Está disponible desde 69 634 euros (todos los precios de la gama Porsche 718 Boxster). De serie, el cambio de marchas es manual de seis relaciones, aunque opcionalmente también se puede pedir con uno automático de doble embrague.

La última novedad en llegar a la gama, en noviembre de 2022, son los 718 Boxster Style Edition (sólo en combinación con el motor de 299 CV), que según Porsche están dirigidas a los clientes que dan especial importancia a un diseño diferenciador para su vehículo. Uno de los colores más distintivos de estas versiones es el color Ruby Star Neo. Otros detalles son las salidas de escape deportivas negras y las letras Porsche en plata brillante en la parte trasera. Opcionalmente se pueden elegir franjas decorativas en el capó delantero y la palabra Porsche en los laterales, así como acabados de pintura de alto brillo en blanco o negro para las llantas (imágenes exteriores e interiores).

El 718 Boxster, como ya ocurría con su antecesor, es un vehículo que admite sin ningún problema un uso diario porque la visibilidad no es mala, maniobra en poco espacio y porque la suspensión, aunque dura, no resulta especialmente incómoda para los ocupantes. Lógicamente tiene algunos de los inconvenientes habituales en vehículos deportivos de este tipo —acceso algo incómodo, poco espacio para dejar la impedimenta y ruido proveniente del motor y la rodadura algo elevados—, pero no resulta insufrible en casi ninguna circunstancia. 

Como deportivo, en cambio, prácticamente no tiene rival. Por sus reacciones al volante y por la precisión con que funcionan el motor, la suspensión y los frenos, el 718 Boxster es un vehículo especialmente indicado para aquellas personas que busquen sensaciones intensas al volante y una experiencia de conducción muy directa. En las maniobras de esquiva y eslalon (ISO 3888-2), la carrocería apenas balancea y los cambios de apoyo se suceden de manera casi instantánea, ayudando a completar los ejercicios a una velocidad elevada. Más información en las impresiones de conducción.

Los 718 Boxster y 718 Boxster S estrenan una nueva generación de motores de menor cilindrada y con turbocompresor (con álabes de geometría variable en la variante de mayor potencia) con los que son claramente más veloces y consumen menos combustible que sus antecesores (más información en el apartado Información técnica). Son motores con una forma distinta de entregar la potencia, marcada por un empuje muy contundente a medio régimen, y con un sonido distinto, aunque agradable. Según nuestras mediciones, el motor de la versión 718 Boxster S (que es la que hemos probado con más detenimiento), proporciona unas prestaciones muy buenas —mejores incluso que las de muchos vehículos más potentes— y además es muy eficiente en el uso del combustible.

Hay tres tipos de suspensión disponibles: la de serie y otras dos opcionales (PASM y PASM deportiva). La primera de las opcionales deja la carrocería 10 mm más cerca del suelo y tiene amortiguadores de dureza variable. Porsche dice que la diferencia de dureza entre el ajuste más blando y el más duro es mayor que en el modelo precedente. La segunda, es exclusiva para el 718 Boxster S y deja la carrocería 20 mm más cerca del suelo que la de serie. Las llantas de ambas versiones pueden ser de hasta 20 pulgadas de diámetro.

Porsche dice haber reconfigurado por completo la puesta a punto del chasis para mejorar la eficacia en curva. La dirección —con asistencia eléctrica, como en el Boxster 2012— es ahora un 10% más directa y el sistema de frenos es más potente

Hay algunas diferencias de diseño respecto a los Boxster y Boxster S de 2012. Los principales cambios están en los faros, los pilotos y los parachoques de ambos extremos, que son distintos. No cambian, sin embargo, el parabrisas, la capota de tela y su mecanismo, ni el volumen de los maleteros (tiene dos, uno delante —imagen— y otro detrás —imagen—, de 130 y 150 litros respectivamente).

El interior también tiene pequeños cambios. Entre otras cosas, tiene el nuevo sistema multimedia que estrenó el 911, cuyo funcionamiento nos ha parecido bueno en términos generales (imagen). El volante también es similar al que tiene el 911 y tiene un mando circular con el que se pueden cambiar los programas de conducción. Más información sobre estos y otros detalles en el apartado Impresiones del interior.

La capota tiene accionamiento completamente automático y tarda nueve segundos en plegarse, uno menos que el Audi TT Roadster. Además, el proceso se puede hacer en marcha, siempre que el vehículo no circule a velocidades de más de 50 km/h. Cuando está colocada sobre la carrocería, el aislamiento térmico y acústico es correcto; con ella quitada (es decir, guardada en su compartimento), el ruido y las corrientes de aire son perfectamente soportables hasta unos 120 km/h, momento en el que los golpes de viento comienzan a ser molestos y requieren elevar el tono de voz para mantener una conversación fluida.

La denominación 718 fue utilizada por Porsche en un modelo de competición participó en diversas carreras a partir del año 1957. Este modelo también tenía un motor bóxer de cuatro cilindros, aunque sin sobrealimentación.

Según nuestro comparador de seguros, la póliza a todo riesgo sin franquicia con mejor relación entre calidad y precio para un Porsche 718 Boxster S con cambio automático PDK cuesta 1219 euros al año y la ofrece la compañía Mapfre. El tomador es una mujer de 40 años, con 15 de carné, que utiliza el coche los fines de semana, reside en Bilbao y aparca en una plaza de garaje individual.