El habitáculo del 718 Boxster es prácticamente idéntico al del Boxster de 2012, por lo que las impresiones del interior que dimos en su día siguen estando plenamente vigentes en la mayoría de los aspectos. Las principales diferencias se encuentran en el sistema multimedia, que ahora tiene una pantalla táctil de mayores dimensiones (es el mismo sistema que tiene el 911 Carrera o el Macan) y en el volante, que incorpora un mando circular con el que se pueden seleccionar tres modos de conducción predefinidos —Normal, Sport, Sport+— más uno personalizable —Individual— (imagen).
El proceso de apertura y cierre de la capota del 718 Boxster es completamente automático, dura nueve segundos (uno menos que un Audi TT Roadster) y se puede realizar a velocidades de hasta 50 km/h pulsando dos botones dispuestos a tal efecto en la consola (uno para abrir y otro para cerrar) o mediante el mando a distancia del vehículo. Cuando está colocada sobre la carrocería, el aislamiento acústico que proporciona es bueno, aunque los ruidos provocados por el resto de vehículos o por el viento llegan con más claridad que en un vehículo con carrocería cerrada.
Con el techo alojado en su compartimento (es decir, con el coche descapotado) y el deflector de viento colocado en su posición de servicio, las corrientes de aire y el ruido no se hacen demasiado molestos hasta, aproximadamente, unos 120 km/h. Por encima de esa velocidad, los golpes de viento, sobre todo los que provienen de la parte posterior del vehículo, se hacen incómodos, el ruido que llega al habitáculo es elevado y cuesta más mantener una conversación fluida con el pasajero, incluso elevando el tono de voz. Un Audi TT Roadster, por ejemplo, protege de manera similar a los ocupantes, mientras que un Mazda MX-5 está peor resuelto en este aspecto.
El ajuste y la calidad de fabricación de la capota, tanto en su parte exterior como en la interior me ha parecido muy elevado, ya que no produce ruidos al circular por carreteras en mal estado y no deja a la vista ningún elemento del mecanismo que la abre y cierra. Además, la estanqueidad también parece muy buena: tras lavar el vehículo en dos ocasiones en un túnel de lavado, no había restos de agua en el habitáculo.
De acuerdo con nuestras mediciones, en el interior del 718 Boxster hay sitio suficiente para que dos ocupantes de hasta dos metros de altura se acomoden sin problemas de espacio (mediciones del interior y de los maleteros). Hay alternativas mejor resueltas en este aspecto —un Audi TT Roadster, por ejemplo—, pero en ningún momento se percibe sensación de agobio por falta de espacio o por cercanía con el pasajero.
Lo que sí cuesta más de lo normal es acceder y salir del habitáculo, ya que los asientos están situados muy cerca del suelo (a 44 cm concretamente) y, por lo tanto, obligan a doblar mucho el cuerpo y a realizar un esfuerzo extra con las piernas para completar la maniobra.
Otro aspecto mejorable es la falta de espacio destinado a depositar los objetos cotidianos que normalmente llevamos en los bolsillos, como un teléfono móvil, una cartera o unas llaves. Los más grandes (y no lo son mucho) son los que están situados en cada una de las puertas y la guantera (que tiene cerradura con llave; imagen). También hay sendos receptáculos bajo el reposabrazos central y tras la palanca de cambios, pero su tamaño es muy reducido. En la parte posterior de cada uno de los asientos hay una percha donde se pueden colgar prendas de ropa o un bolso, por ejemplo (imagen) y frente al pasajero, dos portabebidas ocultos por una moldura decorativa (imagen).
El 718 Boxster tiene dos maleteros, uno en la parte delantera (de 150 litros de capacidad) y otro en la trasera, tras el espacio destinado al motor y a la capota (de 130 litros). El delantero es mucho más profundo que el trasero y en él se encuentran el kit de reparación de neumáticos en caso de pinchazo, un juego de herramientas básicas y los tapones del líquido de frenos y del limpiaparabrisas (imagen). El trasero tiene menos capacidad, pero como la anchura es mayor, permite colocar una maleta de viaje mediana con cierta holgura (imagen). En él se encuentran los tapones del líquido refrigerante y del aceite. Ambos maleteros están completamente tapizados, cuentan con un plafón de iluminación y se pueden abrir desde dos mandos eléctricos independientes situados en la base de la puerta del conductor (imagen) o desde el mando a distancia del vehículo.
El puesto de conducción está muy bien resuelto. El asiento, como hemos comentado anteriormente, está colocado en una posición muy baja (incluso en su posición más elevada), el volante queda casi perpendicular al suelo y el conductor puede llevar las piernas estiradas casi por completo. Además, el apoyo para el pie izquierdo es amplio y sólido y los mandos más importantes (palanca y levas de cambio o pedales, por ejemplo) están situados en el lugar justo para que la conducción, especialmente si es deportiva, se convierta en una experiencia muy agradable.
Los asientos de la unidad que hemos probado eran los opcionales «Deportivos Plus» (cuestan 2085 €), que tienen una apariencia muy similar a los de serie («Deportivos», a secas) pero cuentan con unos laterales más prominentes con los que consigue sujetar el cuerpo de manera más eficaz (y además son cómodos; imagen). Porsche también ofrece unos de tipo baquet, cuyo precio y agarre lateral son aún mayores (3596 €). Todos ellos tienen el reposacabezas integrado en el respaldo y, por lo tanto, no se pueden regular, pero quedan bien situados casi con independencia de la altura de la persona que vaya sentada en ellos. Opcionalmente también pueden ir calefactados y ventilados, dos funciones especialmente aconsejables en un vehículo de este tipo.
El cuadro de instrumentos del 718 Boxster, como ya ocurría con el Boxster 2012, proporciona mucha información al conductor. Está compuesto por dos esferas con indicadores de agujas convencionales (velocímetro y cuentarrevoluciones) y una tercera en la que hay una pantalla que muestra los datos recogidos por el ordenador de viaje (con indicador de presión de la sobrealimentación y temperatura del aceite, entre otros), la fuente de sonido seleccionada, el teléfono móvil asociado, las indicaciones del sistema de navegación, un medidor de la aceleración longitudinal y transversal o un cronómetro (imagen e imagen).
Todo el habitáculo está recubierto de materiales de calidad y el ajuste entre las distintas piezas es sobresaliente, incluso en aquellas zonas que no están a la vista. Además, los mandos y botones funcionan con una precisión exquisita y todos los huecos portaobjetos tienen un fondo de goma o están tapizados, evitando que los objetos depositados hagan ruido al moverse de un lado a otro. La única excepción a la magnífica sensación de calidad que proporciona el habitáculo está en el mando selector de modos de conducción que hay en el volante, ya que parece fabricado con un plástico de menor calidad y su precisión no es tan buena (imagen).