Espacio para los pasajeros y maletero
Aunque la carrocería del Polestar 4 tiene cierto aire de cupé (salvando las distancias), el acceso al habitáculo no es dificultoso en ninguna de las plazas. Aquellas personas que tengan una estatura superior a la media quizá tengan que agachar un poco la cabeza para no golpearse contra el marco superior al entrar a la parte trasera, pero no es algo que suponga un problema. Una vez dentro, el espacio disponible es muy generoso.
Hemos medido nada menos que 81 centímetros de espacio para las piernas, que es más de lo que disponen modelos como el Mercedes-Benz EQE (tanto la berlina como el SUV), el Jaguar I-PACE, el Tesla Model Y o el Ford Mustang Mach-E. También la anchura entre puertas y la altura libre al techo son buenas (140 y 94 centímetros), si bien a este respecto no destaca ni para bien ni para mal frente a sus alternativas. Eso sí, hay dos detalles mejorables a este respecto: apenas hay hueco para meter los pies por debajo de los asientos delanteros cuando éstos están en su posición más baja y la postura que han de adoptar los ocupantes no es del todo natural porque las rodillas quedan más elevadas de lo normal con respecto al pecho.
Estas mismas plazas tienen ajuste en inclinación del respaldo (mediante unos botones que hay en el reposabrazos central), una pequeña pantalla entre los dos asientos delanteros desde donde se puede manejar el climatizador (es independiente del de las plazas delanteras), la calefacción de los asientos o el sistema de sonido (entre otros), un par de tomas USB de tipo C y varios huecos portaobjetos y redecillas. Además, el piso es casi plano (hay una pequeña protuberancia en la parte central que apenas sobresale un par de cm), por lo que el paso de un lado a otro es muy sencillo.
El Polestar 4 tiene la misma capacidad de carga en las dos versiones disponibles (uno o dos motores). Hay un total de 541 litros que están distribuidos en dos maleteros: uno trasero de 526 l al que se accede mediante un portón de apertura automática y otro delantero de solo 15 que está ubicado bajo el capó y cuya finalidad principal es guardar los cables de recarga (que caben perfectamente). El maletero posterior tiene un piso que se puede colocar a dos alturas distintas y un doble fondo bastante profundo.
Modelos de características similares como el Maserati Grecale Folgore, el Lexus RZ, el Mercedes-Benz EQE SUV o el BYD Tang tienen maleteros de menor capacidad, si bien las diferencias no son especialmente abultadas (listado de SUV eléctricos de entre 4,8 y 4,9 metros de longitud, ordenados por volumen de maletero).
Plazas delanteras y algunos detalles de equipamiento
Los asientos delanteros del Polestar 4 son confortables y sujetan bien el cuerpo, al menos con el coche en parado (por el momento no lo hemos conducido). El salpicadero, como en otros modelos de la marca, es tremendamente minimalista, en el sentido de que apenas tiene botones repartidos por el mismo. Para manejar la mayor parte de las funciones del vehículo se ha interactuar con una pantalla de 15,4 pulgadas que está colocada en horizontal (la del Polestar 2, por ejemplo, es vertical) y que funciona bajo el sistema operativo Android Automotive. Es compatible con Android Auto y Apple CarPlay sin cables y está permanentemente conectada a internet, por lo que puede recibir actualizaciones inalámbricas (OTA, siglas de Over-The-Air) para mantener el sistema al día y resolver posibles fallos sin necesidad de tener que acudir a un concesionario.
La calidad de las imágenes que muestra y la estructuración de los menús recuerda a los de otros modelos de la marca: muy buena resolución, facilidad de manejo y rapidez a la hora de interactuar con ella. Una pantalla de calidad, a fin de cuentas, con la que uno se encuentra cómodo al poco tiempo y sin necesidad de estudiar concienzudamente su funcionamiento. Con todo, se echan en falta algunos botones físicos para activar o desactivar funciones de uso habitual, especialmente el climatizador (se puede hacer mediante comandos vocales). Hay otra pantalla detrás del volante, de 10,2 pulgadas, que hace de instrumentación (ahí se ve la velocidad, el estado de la batería y la autonomía) y un Head-up Display con una superficie de proyección de 14,7 pulgadas.
Un detalle singular del diseño de la carrocería es que no hay luna posterior, algo que ya adelantó el prototipo Precept, por lo que la visibilidad hacia el exterior en esa zona es sencillamente inexistente. A pesar de ello, el retrovisor central es de tipo pantalla y muestra las imágenes que capta una cámara montada en la parte final del techo. En parado no admite tacha, pero en marcha puede que la situación sea distinta; cuando probemos el coche en profundidad daremos una opinión más extensa a este respecto.
De serie hay un techo solar de grandes dimensiones que se extiende hasta la parte final del techo (llega hasta más allá de la cabeza de los ocupantes de las plazas posteriores) y que opcionalmente puede tener una función de oscurecimiento automático. Otro detalle llamativo de la carrocería es que las ventanillas no tienen marco, como algunos cupés.
Los materiales de recubrimiento del Polestar 4, como en otros modelos de la marca, son de tipo «ecológico» y reciclables. Su aspecto general es bueno, quizá un punto superior al Polestar 2, aunque para confirmarlo de manera categórica aún tenemos que probar el coche detenidamente y durante más tiempo. Los ajustes entre las piezas, al menos en parado, parecen sólidos (no se escuchan ruidos al presionar con fuerza las distintas piezas) y están bien encajados entre sí.