Dinámicamente, el 3008 es uno de los SUV que menos diferencia presentan en comparación con un turismo. Al volante no se siente un coche pesado, alto ni torpe. Tampoco es un coche incómodo a pesar de que la suspensión es más bien firme. Un Hyundai Tucson, por ejemplo, tiene una suspensión más blanda y es un poco más cómodo, pero también menos ágil.
La dirección, aunque tiene tres vueltas de volante entre topes, es rápida. El volante gira mucho porque las ruedas también lo hacen. Es una característica que hay que tener en cuenta si se aparca en garajes complicados, dado que puede suponer una ventaja frente a muchos otros.
El motor de 181 CV (versión Puretech 180) tiene un funcionamiento suave y da unas prestaciones buenas. Hemos medido 5,5 segundos en la prueba de aceleración de 80 a 120 km/h. Es 0,9 s más rápido que un Honda CR-V Hybrid, 1,1 s que un Lexus UX 250h (ambos híbridos de 184 CV) y 1,4 más que un Kia Sportage (185 CV).
Sin haber probado el 3008 con el motor de 131 CV, por la experiencia en otros modelos como el 3008, me atrevería a decir que el menos potente es suficiente para la mayoría de situaciones, además de gastar menos combustible. El de 181 CV puede compensar (hay unos 1800 € de diferencia) si se valora el tener una reserva de potencia más grande para circular cargado o adelantar con más seguridad. También si se disfruta de un coche de mejores prestaciones (ficha comparativa).
El consumo de combustible en nuestra prueba de referencia —un trayecto de autovía, de 144 kilómetros, con un puerto de montaña— ha sido de 8,0 l/100 km. En ese mismo trayecto, el Kia Sportage de 185 CV gastó 7,2 l/100 km y un Volkswagen Tiguan Allspace de 180 CV, 9,0 l/100 km. En ciudad, donde los cambios de velocidad son constantes, el consumo es mayor.
El cambio automático de ocho relaciones es de convertidor de par. Su funcionamiento es correcto, sin más, y más orientado a una conducción confortable que a una deportiva, incluso con el modo Sport seleccionado. Este es uno de los ajustes posibles. Cuando se elige, la respuesta del motor es mucho más inmediata y enérgica. Además, se emite un sonido en el interior del coche que simula el de un motor más potente; es un efecto bien conseguido y que no me parece molesto.
Para todas las versiones con motor de combustión y cambio automático, el selector de modos de conducción es de serie. En las variantes híbridas enchufables, el selector ofrece también la posibilidad de cambiar al uso sólo del motor eléctrico o de un funcionamiento híbrido (Electric, Hybrid, Sport y 4WD, este último sólo para la versión Hybrid4 de 300 CV).