El Peugeot 108 está homologado para transportar a cuatro personas. De acuerdo con nuestras mediciones, el espacio disponible para los ocupantes del 108 está en un término medio entre sus alternativas y no es muy distinto entre las versiones de 3 y 5 puertas (mediciones del interior del 108 3p y del 108 5p TOP!).
En el 108, dos personas de 1,80 metros de estatura caben sin agobios detrás de otras dos que viajen delante y midan lo mismo. El espacio para las piernas de la fila trasera es similar al que ofrecen el Fiat 500, Škoda Citigo y Volkswagen up!. Hay alternativas más espaciosas en esta medición, como el Chevrolet Spark y el KIA Picanto.
La altura libre al techo en la fila delantera es suficiente para que personas de hasta 1,95 m de estatura no lo toquen con la cabeza (excepto en las versiones con el techo de lona). La cota del techo es la medición que más puede limitar el confort de las personas que viajen detrás y superen el metro ochenta. Además, hay que tener en cuenta que el techo de lona retráctil de las versiones TOP! resta 3 centímetros de altura en la fila delantera y 2 cm en la trasera. El KIA Picanto es, de nuevo, una alternativa mejor para llevar a gente alta detrás, como también lo es el SEAT Mii. En esta fila están los dos anclajes ISOFIX de los que dispone el 108.
El acceso a la fila trasera es más cómodo en la versión de cinco puertas que en la de tres. Las puertas traseras del cinco puertas son pequeñas y no abren en un ángulo especialmente grande, pero se entra y sale sin dificultad (agachando un poco la cabeza para no golpear con el marco superior). En la versión de tres puertas hay que entrar y salir a través del hueco que queda entre el asiento delantero y el pilar central, que no es muy grande, aunque niños y personas ágiles no tendrán mayor inconveniente en encoger el cuerpo y agachar la cabeza. Un detalle positivo es que los asientos delanteros del 108 3p se desplazan lo más hacia delante posible cuando se abaten sus respaldos y regresan a su posición original cuando se vuelven a echar hacia atrás.
Las ventanillas traseras de las versiones de tres puertas son fijas, mientras que las de las versiones de cinco puertas se pueden abrir con un mecanismo de tipo compás.
Los asientos delanteros tienen un mullido firme, pero son cómodos y sujetan convenientemente el cuerpo en carreteras de curvas. Los reposacabezas están integrados y, por lo tanto, no se pueden ajustar en altura. Yo, que mido 1,85 metros de altura, he echado en falta esta regulación (si me estiraba, la parte posterior de la cabeza quedaba por encima del reposacabezas). Para el asiento del conductor hay reglaje de la altura —un elemento del que carecía el Peugeot 107—, pero no lo hay para el apoyo lumbar. Los cinturones no tienen regulación en altura.
La postura de conducción está condicionada por la ausencia de ajuste en profundidad de la columna de la dirección (solo lo tiene en altura). Para encontrar una postura adecuada, algunos conductores deberán acercar la banqueta y flexionar las piernas más de lo normal o retrasarla y estirar los brazos para llegar bien al volante. La mayor parte de los mandos quedan a mano y son fáciles de utilizar, salvo aquellos que sirven para pasar de una función a otra en el ordenador de viaje, situados en el propio cuadro de instrumentos y que obligan a apartar la vista de la carretera y soltar una de las manos del volante.
Como en el Peugeot 107, la cara interior de las puertas no está completamente cubierta, sino que hay una gran área en la que la carrocería queda a la vista. Es un recurso utilizado también en modelos como el Volkswagen up!, con el que se consigue dar un toque de color al interior (toque que depende del color de la carrocería). Opel no hace uso de esta solución en el Adam, ya que las caras internas de las puertas de este modelo están completamente cubiertas con plástico, lo que, a mi parecer, da una mayor sensación de calidad y cuidado. En el Opel Adam la nota de color se consigue con unos apliques de plástico (imagen).
Los plásticos que recubren el salpicadero y las puertas son duros, están correctamente enrasados entre sí y no hay filos cortantes. Para mí, en general, el Peugeot 108 transmite mayor sensación de calidad que el 107, pero sigue habiendo detalles que empobrecen está sensación, como que haya cabezas de tornillos a la vista (se ven en las puertas), el tacto endeble de algunos mandos (como el de la lengüeta que libera el ajuste en altura del volante o el de las palancas de los intermitentes y limpiaparabrisas) o los cables de recubrimiento y de las conexiones eléctricas que llegan al portón del maletero (imagen).
En el salpicadero no hay las dos habituales salidas de aire centrales que permiten dirigir el aire hacia el cuerpo o la mano derecha del conductor que sí tienen, por ejemplo, el Ford Ka, el Chevrolet Spark y el smart forfour. En su lugar, en la parte más alta del salpicadero, hay una rejilla que expulsa aire hacia arriba, que no se puede cerrar y cuyo flujo no se puede dirigir (como en el up!, Citigo y Mii). Este hecho no me ha resultado problemático, aunque no he conducido el 108 con un tiempo extremadamente caluroso o frío.
Hay dos sistemas de climatización: el aire acondicionado de serie (imagen) y el climatizador automático opcional (imagen; esta opción va ligada al encendido automático de luces y cuesta 240 €). Con el sistema de serie me ha costado mucho más encontrar el punto óptimo de temperatura y caudal de aire que necesitaba en cada momento, algo que no me ha sucedido con el climatizador.
En la parte superior del salpicadero hay una pantalla de 7,0 pulgadas (opcional en el nivel de equipamiento «Active» y de serie en «Allure TOP!»; imagen) desde donde se controlan las distintas funciones del sistema multimedia, la radio o la conexión Bluetooth para el teléfono móvil. En general, el funcionamiento del sistema es bueno, reacciona con rapidez a las pulsaciones y tiene unos menús sencillos y bien estructurados, aunque cuando la luz del sol incide directamente sobre la pantalla la información no se ve (más información en la sección Manejo sistema multimedia). Bajo la pantalla central están los mandos del aire acondicionado (o del climatizador automático opcional) y un poco más abajo, una toma de 12 voltios, una toma AUX y otra USB (imagen).
Para el Renault Twingo hay disponible un soporte de teléfono móvil que se ancla al salpicadero y permite utilizar el terminal (teléfono) como un navegador (imagen). Para el up! (Mii y Citigo) hay en opción un navegador portátil, que también tiene un punto específico de anclaje en el salpicadero (imagen). El Peugeot 108 no tiene ninguna de estas soluciones. Sí tiene una función, denominada «Mirror Screen», que permite ver en la pantalla algunos datos del teléfono móvil, como el navegador, la música o las aplicaciones compatibles.
El maletero del Peugeot 108 tiene un volumen de 196 litros, 66 más que el modelo al que sustituye (ficha comparativa). A pesar de dicho aumento, sigue siendo un volumen inferior al de algunas de sus alternativas, como el Hyundai i10 (252 l), el SEAT Mii (251 l) o el Fiat Panda (225 l). Sí que es mayor que el de un Fiat 500 (185 l) y un Opel ADAM (170 l). Abatiendo los respaldos de los asientos posteriores (en proporciones 50:50) el volumen aumenta hasta 780 l. Tiene unas formas muy regulares, pero carece de iluminación y el borde de carga queda a 78 cm del suelo, que es mucho. Bajo el piso del maletero puede haber un kit de reparación de pinchazos (de serie, imagen) o una rueda de repuesto de emergencia (cuesta 80 €, imagen).
Hay muchos huecos portaobjetos repartidos por el habitáculo, aunque ninguno de ellos tiene el fondo de goma. Frente a la palanca de cambios hay dos portabebidas y un hueco adicional donde poder dejar un teléfono móvil, unas llaves o una cartera. Frente al pasajero hay una guantera con tapa, aunque sin iluminación o ventilación. En la parte inferior de cada una de las puertas hay un pequeño hueco adicional.