Es un prototipo que muestra una técnica de turboalimentación que aún no está en ningún coche del mercado.
Consiste en emplear dos turbocompresores que pueden funcionar individualmente o en serie. Uno de ellos es un turbocompresor pequeño que genera una presión muy alta; como tiene muy poca inercia, hace que el motor pueda generar mucha fuerza desde un régimen muy bajo (da 400 Nm desde 1.400 rpm).
Cuando el motor funciona en un régimen alto, el aire lo comprime un turbocompresor grande de baja presión, capaz de dar un caudal que no puede dar el pequeño. Con este turbocompresor el caudal de aire es lo suficientemente grande para que el motor alcance una potencia máxima muy alta (212 CV). La potencia específica es 112 CV/litro, no hay muchos motores de gasolina que lleguen a tanto y es más de lo que consigue cualquier Diesel del mercado (78 CV/l da el Mercedes C30 CDI AMG y 91 el futuro BMW 535d).
En regímenes intermedios, actúan los dos turbocompresores en serie: primero se comprime el aire en el grande y luego en el pequeño. La proporción en que trabajan conjuntamente los dos turbocompresores es variable. Al usar los dos conjuntamente, el motor puede dar mucha fuerza en un margen de régimen amplio (mantiene los 400 Nm de par hasta 3.600 rpm).
Según Opel, este sistema de sobrealimentación se puede utilizar bien para conseguir una potencia máxima muy alta, o bien para mejorar el margen en el que el rendimiento del motor es bueno.
Con este motor, el prototipo Opel Vectra OPC podría acelerar de 0 a 100 en 6,5 s (más que cualquier Vectra y lo mismo que un BMW 330i), con un consumo medio de 6,0 l/100 km (una décima más que un Vectra 2.0 DTi de 101 CV). La velocidad máxima está limitada a 250 CV. Cumple la norma de emisiones de Euro 4, y necesita para ellos un filtro de partículas (sin mantenimiento).
Opel ha fabricado casi todos los prototipos «OPC» (de «Opel Perfomance Center) que ha presentado. Es posible que fabrique algo semejante a este Vectra, aunque no está decidido.