El Insignia Sports Tourer es una buena alternativa para quien necesite un turismo familiar de gran tamaño a un precio inferior al de un Audi A6 Avant, un Mercedes-Benz Clase E Estate o un BMW Serie 5 Touring. Estos tres modelos son mucho más costosos —entre 8000 y 16 000 euros de diferencia—, pueden tener un equipamiento más lujoso y, en general, son más refinados, pero todos miden prácticamente lo mismo que el Opel (ficha técnica comparativa).
La diferencia en dimensiones está en la distancia entre el eje delantero y el trasero, que es entre 83 y 146 mm menor. Eso da lugar a que los voladizos del Opel sean más grandes. Esta diferencia se suele notar en el espacio para las piernas que tienen los pasajeros de la segunda fila, pero tampoco es el caso. El volumen del maletero también es comparable. Por tanto, el espacio en el Insignia Sports Tourer está bien distribuido.
Hay varios modelos que sí compiten con el Insignia en precio, pero son ligeramente más pequeños: el Ford Mondeo Sportbreak, el Mazda 6 Wagon y el Skoda Superb Combi. Todos son más baratos, pero la diferencia es mucho más pequeña que con la comparación del párrafo anterior (entre 2000 y 4000 euros; ficha comparativa). Miden entre 119 y 186 mm menos y son casi igual de anchos.
A todos ellos, el Opel los supera en anchura a nivel de hombros, tanto delante como detrás y, por el contrario, es el que tiene menos altura libre al techo en todas las plazas (tabla comparativa de mediciones de interior). Aunque dos adultos de 1,85 m de estatura no rozan con el techo si se sientan atrás, la menor altura puede ser una incomodidad si hay que poner y quitar con frecuencia una o dos sillas infantiles (imagen). El Superb tiene más espacio para las piernas atrás que todos.
En comparación con el Insignia berlina, que no tenía techo eléctrico, hay que tener en cuenta que pierde cinco centímetros de altura libre al techo delante, aunque gana uno detrás. La anchura y el espacio para las piernas son idénticos (mediciones comparativas entre la berlina y el familiar).
El Insignia nos ha dejado la impresión de que Opel ha puesto más atención en los acabados que con la anterior generación. Enrique Calle lo describe muy bien en este artículo sobre el turismo de cinco puertas. No es el más lujoso, pero durante la marcha no hay crujidos ni siquiera al pasar sobre firmes adoquinados. Es señal de que todo está ajustado con solidez.
El puesto de conducción tiene los mandos de uso habitual bien distribuidos y al alcance de la mano, a excepción de los que sirven para encender las luces, incluidas las antiniebla, que ocupan un rincón que queda oculto por el volante (imagen). Poner el antiniebla más a la vista sería útil para no distraer la atención al conducir.
Tampoco están en un sitio fácil de intuir los botones para configurar la información proyectada en el parabrisas. Este sistema es útil durante la conducción y es «de los de verdad» (proyecta la imagen en el parabrisas, no en una lámina de plástico o cristal), aunque la nitidez no es tan buena como la de los mejores —como el de un BMW Serie 5 (imagen) o un Audi A4 (imagen)—. Los datos que muestra son la velocidad, los símbolos del programador de velocidad activo, la emisora seleccionada, las órdenes del navegador y las señales de tráfico detectadas.
A nuestro modo de ver, el sistema multimedia tope de gama de Opel (Navi 900 IntelliLink) está más cerca de los mejores (Audi o BMW) que de los más farragosos (Peugeot, Renault, Lexus, Honda). Es fácil intuir dónde se encuentran las funciones porque los menús están bien ordenados, aunque a veces hay demasiados iconos aglutinados en la pantalla. Los gráficos del navegador son sencillos en comparación con los sistemas que muestran la información en tres dimensiones o con Google Maps (imagen).
El nivel de equipamiento de la unidad que probamos es el más alto disponible (Exclusive), con el que están incluidos muchos elementos opcionales de confort, como los asientos delanteros con calefacción y ventilación (imagen), el del conductor con memorias de posición y funciones de masaje (imagen), los asientos traseros con calefacción (imagen) o una pantalla central para la instrumentación (imagen).
El maletero tiene 560 litros de capacidad, una cifra intermedia entre sus alternativas. Las formas son fácilmente aprovechables: el suelo es totalmente plano y queda enrasado con el borde de la boca de carga, pero no con los respaldos si estos se abaten, porque quedan ligeramente inclinados (imagen). Con los asientos traseros abatidos, el volumen de carga es de 1640 litros, 100 l superior a la del anterior Insignia Sports Tourer (más información). Opel dice que, en esas condiciones, la longitud de la superficie resultante es de 2,00 m (9,7 cm más que en el modelo precedente). Según nuestras mediciones, esta cota varía entre 1,88 y 2,16 m, dependiendo de la posición de los asientos delanteros. También hemos constatado que el nuevo Insignia Sports Tourer es más ancho por dentro que el antiguo, pero que tiene menos altura libre.
Hay una luz de buena intensidad en el lado izquierdo, dos huecos grandes a los lados (el de la derecha con red), unos raíles para colocar sujeción para la carga y, bajo el suelo, la mayor parte del espacio lo ocupa el altavoz de graves del equipo de música (imagen), junto al kit de reparación de pinchazos y una bandeja para esconder bultos pequeños (imagen).