El GT X Experimental es un prototipo de SUV con el que Opel muestra algunos rasgos del diseño que tendrán futuros modelos de producción, especialmente en la parte frontal y posterior del vehículo.
Su carrocería mide 4,06 metros de longitud, 1,83 m de anchura y 1,53 m de altura, por lo que tiene unas proporciones similares a las de un Ford EcoSport, un Renault Captur o un Volkswagen T-Cross. Las cuatro puertas laterales se abren en un ángulo máximo de 90 grados (que es mucho), aunque las traseras lo hacen en sentido contrario a las delanteras, una configuración que coloquialmente se denomina «de apertura suicida» y que Opel ya utilizó en la segunda generación del Meriva.
Del sistema de impulsión Opel se limita a decir que es eléctrico, aunque no cita si tiene uno o varios motores ni la potencia de los mismos. Sí dice que la batería es de iones de litio, que tiene una capacidad de 50 kWh y que se puede recargar mediante inducción magnética (además de mediante un enchufe, como es habitual). Según Opel, el GT X tiene un nivel 3 de conducción autónoma, el mismo que un Audi A8 año-modelo 2018.
El habitáculo está diseñado para transportar a cuatro personas y tiene varios detalles curiosos. Los altavoces del sistema de sonido, por ejemplo, van anclados a los respaldos de cada uno de los asientos (y se pueden extraer del habitáculo), en los extremos del salpicadero hay una pantalla que muestra las imágenes captadas por dos cámaras que hacen las veces de espejos retrovisores y las salidas de ventilación están ocultas tras la pantalla que hace las veces de instrumentación.
La carrocería del GT X Experimental está pintada en dos tonos: Night Blue para el techo y el capó y Light Grey para el resto.