El Opel Frontera es un coche sencillo si nos fijamos en sus materiales de recubrimiento, ajustes entre piezas o equipamiento. Bajo mi punto de vista, el aspecto de su interior se asemeja más al de un Opel Corsa que al de otros SUV de esta marca como el Mokka o el Granland, que parecen más refinados y también tienen un precio de partida claramente inferior.
Hay multitud de detalles que revelan que estamos ante un coche hecho para ser económico, como que la mayor parte de los plásticos que están a la vista y al tacto son duros y algo bastos. Otros ejemplos son que la guantera tiene una tapa aparentemente fina y que cae bruscamente cuando se abre ya que no tiene ningún mecanismo que la frene o que los espejos de cortesía no tienen luz y están montados sobre unos parasoles de aspecto barato. No obstante, quizá la mayor seña de sencillez del Frontera es que las versiones básicas no tienen pantalla central. No he tenido oportunidad de probar esta versión y, por lo tanto, no se cómo se controlarán algunas de las funciones del sistema multimedia desde el teléfono móvil.
A pesar de todo, he viajado a gusto en este coche. Los Opel Frontera que he probado (que no eran los básicos) en la presentación tenían unos asientos delanteros que dan buen soporte a las piernas y a la espalda. Me han parecido cómodos en carreteras de pocas curvas y también en vías de montaña, al menos en desplazamientos de hasta dos horas (quizá también sean satisfactorios en viajes más largos, pero no lo he probado). Desconozco si la versión básica del Frontera tiene los mismos asientos o son más sencillos.
En el Opel Frontera se va sentado en una posición elevada, natural y claramente erguida. Es una buena posición de conducción, que mejoraría ligeramente si el apoyo para el pie izquierdo fuera más amplio. En las plazas delanteras se va sentado de la misma forma en el Opel Frontera híbrido y eléctrico, ya que la batería del eléctrico empieza justo por debajo de las banquetas de los asientos y se extiende hasta las traseras. El panorama en las plazas posteriores es muy distinto, pues el eléctrico tiene 10 centímetros menos de altura entre el piso y los asientos que el híbrido. Por ello, una persona de estatura media o normal irá más cómoda en el Frontera híbrido pues sus rodillas irán menos altas respecto al tronco. A diferencia de otros SUV, las plazas posteriores del Frontera van a la misma altura que las delanteras, por lo que los ocupantes no tienen la visibilidad hacia delante despejada sino interrumpida por los respaldos de los asientos.
De momento sólo hemos visto el interior del Frontera de cinco plazas, cuyo interior no es especialmente grande para el tamaño exterior de la carrocería (mediciones del interior). En la segunda fila de asientos, el espacio longitudinal es suficiente para que dos ocupantes de aproximadamente 1,80 metros de estatura vayan cómodos si delante se sientan otros similares. La altura al techo es grande y, lo menos favorable con diferencia, es la anchura entre puertas, que es más bien pequeña. El Fiat 500X tiene unas plazas posteriores con casi el mismo espacio a lo largo y a lo ancho, aunque dispone de menos centímetros a lo alto. El Hyundai Bayon tiene más anchura entre puertas y casi el mismo espacio en las otras dos cotas.
De momento no hemos tenido oportunidad de ver un Opel Frontera de 7 plazas, pero lo más probable es que la última fila tenga un espacio muy reducido para ocupantes. Por lo tanto, sólo resultarán útiles en situaciones muy concretas.
El maletero del Frontera de cinco plazas tiene 460 litros de capacidad, contando con el espacio que ocupa el doble fondo, tanto en versión híbrida como eléctrica. Debajo del piso no cabe ningún tipo de rueda de repuesto y tampoco hay sitio para llevar herramientas. En los coches de la presentación el kit de reparación de pinchazos iba situado en uno de los dos receptáculos que hay en la parte lateral del espacio de carga.