El habitáculo del Omoda 5 tiene un aspecto moderno, pero la calidad de los materiales empleados y sus correspondientes ajustes son muy dispares. Hay zonas y detalles realmente buenos, como por ejemplo los parasoles (tapizados y con una iluminación potente que permite incluso cambiar la temperatura del color; imagen), las ventanillas laterales delanteras (laminadas), la superficie de carga inalámbrica (bien tapizada y con ventilación para el teléfono móvil; imagen) o el sistema de cámaras perimetrales (tienen una calidad excepcional y muchas vistas distintas; ejemplo y ejemplo). También son buenos los plásticos empleados en la parte superior del salpicadero y las puertas (las cuatro), con un ligero mullido que los hace agradables al tacto.
En cambio, hay otros detalles que, sin ser especialmente malos, bajan notablemente la sensación de calidad del conjunto y empeoran la experiencia de uso. Las principales responsables son las pantallas que sirven para manejar el sistema multimedia y para ver la instrumentación. A pesar de ser grandes (de 10,25 pulgadas las dos; imagen) y de tener una resolución correcta, no funcionan de manera fluida (en la instrumentación se nota especialmente porque las agujas del velocímetro y el cuentarrevoluciones se mueven con pequeños saltos) y los menús no están completamente traducidos (alterna el inglés y el español sin mucho criterio). Tampoco el sistema de reconocimiento de comandos vocales funciona bien, pues no admite el manejo de muchas funciones y normalmente es necesario repetir las frases varias veces.
A pesar de todo, con esas luces y sombras, la sensación general no es mala ni peor que, por ejemplo, la de un MG HS o un Renault Arkana y es superior a la de un Dacia Duster o un KGM Korando. Hay cosas mejorables pero, en conjunto, no me parece que tengan la entidad suficiente como para descartar su compra, más aún teniendo en cuenta el coste de adquisición (aquí entran en juego los gustos de cada uno y el valor que le de a ciertos aspectos).
Los asientos de la versión Premium están tapizados en cuero sintético y los delanteros están ventilados y calefactados (imagen). Para activar o desactivar esta última función —calefacción— solo hay que acudir a un par de botones que hay entre los asientos delanteros, en la base de la palanca del cambio (imagen). Pero para hacer lo propio con la ventilación es necesario emplear el menú del climatizador de la pantalla multimedia, al que únicamente se accede pulsando alguno de los botones táctiles de la barra que hay bajo las salidas de ventilación.
Bajo la consola que hay entre los dos asientos delanteros hay un hueco portaobjetos de grandes dimensiones y con el fondo de goma que, sin embargo, no resulta especialmente útil porque su acceso es complejo (imagen). En esa zona, muy apartada de la vista, es donde además se encuentran las tomas USB (hay una 2.0 y otra de tipo C) y una toma de 12V (imagen e imagen).
Espacio para los pasajeros y maletero
El habitáculo del Omoda 5 no es amplio, pero cuenta con espacio suficiente para transportar sin demasiados problemas a cuatro adultos de hasta 1,80 metros de estatura. La peor cota es la altura libre al techo en la primera fila de asientos, pues aquellas personas que superen el metro ochenta y cinco aproximadamente tocarán el techo con la cabeza, incluso colocando la banqueta en su posición más baja. No es mucho mejor la segunda fila: según nuestras mediciones, en estas plazas hay menos espacio longitudinal y menos altura libre que muchas de sus alternativas, y se encuentra en un término medio por anchura entre puertas (mediciones del interior).
Los ocupantes de estas plazas, además, viajarán con las rodillas más flexionadas de lo normal porque el piso y la base de la banqueta están relativamente cerca entre sí, algo que es habitual en vehículos eléctricos —para colocar ahí la batería—, pero no en aquellos que se mueven con un motor de combustión (el hecho de que el Omoda 5 tenga una versión eléctrica quizá tenga que ver). A su alrededor, las personas que viajen en esta fila tienen a su disposición unas salidas de ventilación entre los asientos delanteros (sin posibilidad de ajustar la velocidad del ventilador o la temperatura; imagen), una toma USB y huecos portaobjetos en cada una de las puertas, tras los asientos delanteros y bajo el reposabrazos central. Los anclajes Isofix están ocultos bajo unas tapas y son muy fáciles de localizar (imagen). El piso en esta zona es casi completamente plano, lo que facilita el paso de un lado al otro y mejora el confort del posible pasajero central.
El maletero tiene 360 litros de capacidad, que es un dato pobre en relación con el tamaño de la carrocería, aunque hay alternativas que tienen aún menos (listado de SUV de entre 4,30 y 4,50 metros de longitud, ordenados por volumen de maletero). La medida en la que «falla» es en la de altura hasta la cortinilla, ya que la profundidad y la anchura del espacio de carga están en la media frente a sus alternativas (son prácticamente idénticas a las de un Mazda CX-30 o un Hyundai Kona, por ejemplo).
Cifras aparte, se trata de un maletero fácilmente aprovechable porque las formas son regulares. Bajo el piso hay una bandeja de polipropileno expandido amplia pero con poca altura (imagen) y, justo por debajo de la misma, una rueda de repuesto de uso temporal (más pequeña que las otras cuatro) y las herramientas correspondientes para usarla en caso de pinchazo (imagen). Las paredes laterales del maletero están sin tapizar y tienen muy pocos accesorios: un plafón de iluminación (de ledes, da poca luz) y una toma de 12V. El portón de las versiones más equipadas tiene apertura y cierre automatizados (imagen).