Consumo
La información que hay a continuación es referente a la versión del Nissan Ariya menos potente (218 CV) y con la batería de menor capacidad (63 kWh). Además de esta, hay versiones del Ariya con 242 y 306 CV, que tienen una batería de 87 kWh (y dos motores en vez de uno en el caso de la de 306 CV). Conviene tener en cuenta que las temperaturas durante los días de prueba han sido favorables (templadas) y, salvo en alguna ocasión puntual, no ha hecho falta usar ni la calefacción ni el aire acondicionado.
Con 63 kWh de batería útil, la cifra de referencia que hay que tener en la cabeza cuando se viaja con el Ariya es de 300 kilómetros (lo que equivale a un consumo medio de 21 kWh/100 km). Es decir, con cada 10 % de capacidad se pueden recorrer 30 km. Esa distancia cambiará obviamente según el entorno y el tipo de conducción. O por circunstancias que a veces pueden no tener explicación evidente. De hecho, durante la prueba, en uno de los trayectos por autovía el consumo fue de 26 kWh/100 y no he sido capaz de averiguar cuáles fueron los motivos.
En ciudad, tras más de 150 km de trayectos acumulados con todo tipo de tráfico, el consumo medio que indicaba el ordenador de viaje era de 16,3 kWh/100 km. Con este gasto energético se pueden llegar a recorrer casi 390 km, que son muchos si solo se conduce en ciudad. Quien conduzca de manera agresiva, tanto al acelerar como al no anticiparse en las frenadas, verá reducida esa distancia. Y lo mismo pasará cuando se conduzca con clima frío o cálido debido al consumo del sistema de climatización.
Sobre este aspecto me parece muy interesante la idea que Nissan ha implementado en el menú de la climatización. Existe un botón llamado «Fan only». Al pulsaro, el sistema no produce ni frío ni calor, solo deja que entre aire del exterior. No recuerdo haber usado otro coche eléctrico con esta funcionalidad; en el esos sí es posible desconectar el compresor del aire acondicionado para que no produzca frío, pero si hace falta generar calor para mantener la temperatura seleccionada, no hay forma de evitarlo que no sea apagar por completo la climatización.
Todos los Ariya tienen de serie una bomba de calor como elemento calefactor. Este sistema es más eficiente que una calefacción por resistencias.
Recarga
Hay dos configuraciones posibles para la recarga, que varían la potencia a la que se puede recargar en corriente alterna: 7,4 kW o 22 kW. La potencia en corriente continua, la que se usa cuando se viaja o se necesita estar parado el menor tiempo posible, es de 130 kW. La opción de recarga a 22 kW (cuesta 1000 €) creo que solo será útil para quien vaya a cargar en puntos públicos de esa potencia (que no son los más habituales). Hacer una instalación doméstica de 22 kW es caro y no tiene mucho sentido.
El puerto de recarga está en la aleta delantera derecha, bajo una tapa de grandes dimensiones como las de combustible. La conexión CCS2 tiene tapas independientes para la toma de carga en corriente alterna y la de continua. Junto a la tapa hay un punto de luz que sirve de ayuda de noche o en un garaje con poca luz. Lo que no hay es un testigo luminoso que indique cómo avanza el estado de carga; ese indicador existe, pero está sobre el salpicadero, no junto a la toma.
Cuando se conecta el coche a un suministro de carga primero se enciende en verde mientras se establece la comunicación y pasa a azul intermitente durante el proceso de recarga. Para tener más información sobre la recarga hay que usar la aplicación para el móvil (que no hemos podido probar) o abrir la puerta del conductor, porque al hacerlo en el cuadro aparece la estimación de tiempo restante hasta la recarga completa y un gráfico que indica visualmente el nivel de carga en la batería. Ahí no se ve ni la autonomía ni la potencia de recarga. Si se activa el contacto se puede navegar por los menús del cuadro hasta el que indica la estimación de tiempos por cada 20 % (es muy útil porque permite valorar si tiene sentido seguir cargando a partir de cierto punto o no), el nivel de carga en tanto por ciento y los kilómetros de autonomía.
Hay varios problemas relacionados con la gestión de la carga de la batería que Nissan debería resolver. Para empezar, el cálculo de rutas que hace el navegador es mejorable. No muestra de forma clara cuáles son los puntos en los que hay que parar a cargar, tampoco la potencia de esos puntos de recarga que el sistema propone, ni con cuánta batería vas a llegar y salir de ellos. Además, hemos comprobado que faltan puntos de carga rápida que llevan meses funcionando.
Por otra parte, el Ariya dispone de una función para precalentar la batería y ponerla a la temperatura óptima para cargar, pero hay que activarla a mano porque el coche no lo hace automáticamente, aunque hayas seleccionado un punto de recarga en el navegador. Tampoco hay un menú que posibilite fijar el porcentaje máximo al que se quiere cargar la batería ni regular la intensidad de la corriente durante las recargas en corriente alterna.