MG ZS (2022) | Impresiones de conducción
Cuando uno hunde el pie en el acelerador del MG ZS 1.5 de 106 CV, lo primero que piensa es que el coche anda muy poco y que hay una carencia importante de fuerza.
Para que se noten sus poco más de cien caballos se debe usar el cambio de marchas (de cinco relaciones) cuando sea necesario, que es muy a menudo. Hay que reducir una o dos marchas para incorporarse a una vía rápida, para adelantar a un vehículo lento o para subir un puerto de montaña en autopista sin perder velocidad. Es perfectamente posible viajar al ritmo del resto del tráfico, e incluso más deprisa, pero con más esfuerzo y dedicación que con vehículos algo más potentes o con motores más con más fuerza a medio régimen, que son la mayoría.
El motor y la caja de cambios no se complementan bien. El motor da lo mejor de sí a alto régimen, pero los desarrollos de la caja de cambios están elegidos para que el motor funcione la mayor parte del tiempo a pocas revoluciones. Lo que ha buscado MG con esta solución es que el consumo homologado sea lo más bajo posible (lo ha conseguido a medias: no gasta mucho pero tampoco es frugal), al igual que el ruido en marcha.
Los desarrollos son largos. Por ejemplo, en segunda marcha se pueden superar los 100 kilómetros por hora y en tercera se puede llegar a los 150. Por ello, para adelantar a un camión en una carretera de doble sentido es necesario olvidarse de la cuarta y de la quinta, si se quiere completar la maniobra en poco tiempo. Las mejores aceleraciones las hemos obtenido llegando hasta unas 6600 rpm (aunque la potencia máxima es a 6000 rpm), punto que el motor alcanza con mucha fuerza.
Según nuestras mediciones, el tiempo mínimo que necesita el MG ZS de 106 para pasar de 80 a 120 kilómetros por hora (utilizando la segunda y tercera relación) ha sido de 10,0 segundos (más información en el apartado Mediciones propias). Es un tiempo normal para la potencia y suficiente para que se pueda viajar con un mínimo de agilidad aún en vías que no sean sencillas y con algo de carga. Es un tiempo parecido al que necesitó el Dacia Duster dCi de 109 caballos con cambio de marchas automático EDC o un Škoda Kamiq 1.0 G-TEC 66 kW (90 CV). Un Hyundai Bayon 1.2 de 84 caballos fue algo más lento (12,0 segundos).
El MG ZS es silencioso casi siempre. Lo es en ciudad y a velocidad sostenida por autovía, incluso algo por encima de 120 kilómetros por hora.
El consumo de gasolina es normal, no bajo. En un uso variado es perfectamente posible estar sobre 7,0 litros de media y no es sencillo que consuma menos de seis salvo a velocidad baja y sostenida. En nuestro recorrido de referencia en autovía (que tiene una orografía que obligaba a reducir una marcha en varias ocasiones y pisar a fondo para conseguir la media deseada de 120 km/h) ha consumido 7,4 l/100 km. Este dato es el que proporciona el ordenador de viaje pues no he sido capaz de rellenar hasta arriba el depósito para calcular el consumo real.
La suspensión es más bien blanda y no por ello no especialmente cómoda o refinada. Por ejemplo, al pasar sobre las bandas en relieve de limitación de velocidad y otras irregularidades que suele haber en la ciudad, se nota que el eje trasero es algo brusco. También me ha dado la impresión de que en autopista (o vías rápidas en general) en este MG se nota más de lo habitual el viento racheado o algunas turbulencias de aire que producen los vehículos pesados al pasar a nuestro lado.
Hay otros coches (todos ellos más costosos) que pueden llegar transmitir más sensación de solidez y confianza a alta velocidad que el ZS. Sin embargo, la seguridad activa de este SUV es buena frente a posibles imprevistos. Y eso sí lo hemos medido: en nuestra maniobra de esquiva el MG ZS no ha tenido movimientos bruscos o descontrolados. Hemos completado la maniobra a una velocidad de entrada elevada, en parte debido a que el control de estabilidad ha frenado mucho al coche durante el ejercicio. Nuestra unidad de pruebas tenía unos neumáticos de buena calidad, unos Michelin Primacy 3 ST.
El día que medimos las prestaciones el asfalto estaba mojado, por lo que no podemos comparar la frenada del ZS con la de otros coches que hemos probado en seco (que son la inmensa mayoría). Me ha parecido que los frenos tienen una correcta resistencia al calentamiento, más de la que normalmente es necesaria. El tacto del pedal del freno es bueno.