Mercedes-Benz GLA (2023) - Un buen SUV, sin cualidades que destaquen sobre la competencia | Consumo y recarga
Consumo
La autonomía homologada en modo eléctrico es de 70 kilómetros. Es una cifra alcanzable solo en el caso de sumar una conducción muy eficiente a unas circunstancias favorables de trazado y de tráfico. Habría que consumir a ritmo de poco más de 16 kWh/100 km y eso es difícil con este Mercedes-Benz GLA.
El consumo en modo eléctrico suele estar por encima de 20 kWh/100 km y la autonomía, entre 50 y 55 kilómetros. Es un 25 % más de los 40 km que de media hace un Audi Q3 Sportback 45 TFSIe de 245 CV. Esto es así en parte porque la batería del GLA es de mayor capacidad (11,5 kWh frente a los 10,8 del Audi). Con un Clase A 250 e, que tiene exactamente el mismo sistema propulsor del GLA, la autonomía eléctrica que medimos en condiciones similares fue de entre 60 y 65 km.
El modo eléctrico es el que el vehículo activa por defecto cada vez que arrancamos, excepto si la batería está por debajo del 1 %; entonces, el modo predeterminado es el híbrido. En estas condiciones (sin carga en la batería), el GLA 250 e gastó 8,0 l/100 km en el recorrido de autopista que utilizamos como referencia para comparar los consumos, es decir, prácticamente lo mismo que Audi Q3 Sportback 45 TFSIe de 245 CV también sin carga en la batería (8,1 l/100 km). Con un Clase A 250 e obtuvimos un resultado claramente mejor, 7,2 l/100 km.
En recorridos mixtos de autopista, ciudad y vías de circunvalación, yendo a un ritmo normal-ágil, la media de consumo es de entre 7,5 y 8,0 l/100 km. Si hacemos mucha ciudad con atascos y semáforos, no es extraño rondar los 10,0 l/100 km. Si solemos rodar por vías de circunvalación, despejadas de tráfico y a velocidades de hasta unos 100 km/h, es factible quedarse en unos 6,0 o 6,5 l/100 km.
Recarga
El texto que escribí en la sección de Recarga del Clase A 250 e es enteramente trasplantable, sin excepciones, al Mercedes-Benz GLA 250 e.
Como el Clase A 250 e, el GLA 250 e trae de serie un cargador embarcado de corriente alterna de 3,7 kW. En el listado de opciones hay disponible uno de 11 kW (665,50 €), así como la posibilidad de pedir que el vehículo acepte corriente continua de hasta 22 kW de potencia. Para acceder a esta última opción, que también cuesta 665,50 €, antes hay que pagar por el cargador de 11 kW. Es decir, que si quieres cargar tu GLA con corriente continua, has de pagar 1331 €.
El Merceds-Benz GLA 250 e que he probado llevaba la opción de carga en alterna a 11 kW, como el citado Clase A 250 e. Los tiempos de recarga son idénticos: 0 a 100 % en 75 minutos aproximadamente (a 11 kW). En el tiempo que el coche está enchufado a la red eléctrica, la instrumentación muestra información relevante para saber cómo transcurre el proceso: potencia de recarga, porcentaje de carga de la batería, tiempo estimado para la finalización y autonomía eléctrica actual.
Para acceder al puerto de recarga hay que presionar sobre una tapa que hay en la parte posterior derecha (lado del acompañante). La tapa para el depósito de carburante está en el lado contrario y para abrirla hay que presionar un botón que hay en el habitáculo. Si la tapa del carburante está abierta, la de carga eléctrica no se puede abrir. El GLA 250 e dispone de la función Plug&Charge, gracias a la cual, una vez registrado en su sistema, facilita la labor de conectar el vehículo a la red eléctrica, pues es llegar y conectar la manguera al vehículo. No hay necesidad de utilizar ninguna aplicación para móvil o tarjeta RFID: Este sistema no funciona con cualquier cargador, la estación de recarga debe ser compatible con el protocolo Plug&Charge (como lo son las de Ionity y Zunder por ejemplo).
No hay un modo «Charge Battery» con el que elevar la carga de la batería mediante el motor de gasolina. Lo más que se puede hacer es activar el modo «Battery Level», que utiliza el motor de combustión para mantener la carga al nivel que esté, pero no para incrementarla.