Mercedes-Benz E 220 CDi Automático (1998) | El motor es enérgico y económico, pero también ruidoso
El motor del Mercedes-Benz E 220 CDi tiene una buena respuesta desde bajo régimen y resulta muy agradable de conducir, tanto en carretera como en ciudad. Con cuatro válvulas por cilindro, inyección directa, conducto común, turbocompresor de geometría variable e intercooler, alcanza una potencia máxima de 143 CV a 4.200 rpm y un elevado par motor: 315 Nm entre 1.800 y 2.600 rpm.
Sin embargo, lo primero que llama la atención en el momento de arrancarlo es su elevado ruido. Al ralentí, parece un auténtico «taxi», por rumorosidad y vibraciones. Afortunadamente, la cosa cambia en marcha, el motor se vuelve más suave, pero sigue siendo más ruidoso de lo habitual en un Mercedes. Que este motor tenga cuatro cilindros y no seis, como Audi o BMW, se nota por su tacto menos suave y por su ruido.
A partir de 1.800 rpm, el motor empuja con más energía, hasta llegar a 4.500 rpm. Tolera unos desarrollos de transmisión muy largos. Con el cambio automático (si no hemos seleccionado un bloqueo para que no pueda cambiar de marcha) el cambio se realiza como máximo a 4.300 rpm, aprovechando de forma ejemplar la entrega de potencia máxima a 4.200 vueltas.
Las mediciones que hemos realizado con el Correvit desvelan unas buenas prestaciones, adelantando con la misma agilidad que un pequeño «GTi» a pesar del tamaño y peso (1.590 kg) de este modelo. Además, su afinado coeficiente aerodinámico (Cx 0,27) permite mantener ritmos muy elevados con un consumo moderado, y superar 210 km/h de velocidad máxima.
Con relación a otros Diesel de potencia semejante, este motor CDi destaca por su bajo consumo. Rodando a un ritmo ágil, ha gastado 8,2 l/100 km de media en un uso mixto por ciudad y carretera. En una prueba realizada a velocidad mantenida de 90 km/h, el consumo ha sido 5,1 l/100 km. En conducción rápida, exprimiendo las posibilidades del motor, el consumo alcanzó 11 l/100 km.