Mercedes-Benz ya tiene lista la versión Cabriolet del CLK, el cupé de la Clase C. Es un descapotable con capota blanda de varias capas, no con un techo duro plegable como el que llevan el SLK y el SL. La capota se puede poner y quitar de manera totalmente automática, bien con un botón en el interior o bien con el mando a distancia. Esta capota puede ser negra, azul oscura o gris clara.
Cuando está plegada, queda completamente escondida bajo una tapa rígida que hay entre los asientos traseros y el maletero. El espacio que hay para guardar la capota roba algo de espacio al maletero, que pasa de los 435 litros que tiene en el cupé a 390 (que tampoco está mal para un descapotable de cuatro plazas).
Como protección para los pasajeros traseros hay un arco de seguridad que se despliega cuando hay riesgo de vuelco. No tiene airbags de cabeza de tipo cortina; en su lugar hay airbags laterales de gran tamaño en los cuatro asientos (los traseros son opcionales), que protegen también la cabeza.
La longitud y la distancia entre ejes del CLK Cabriolet coinciden con las de la versión cupe. El coeficiente de resistencia aerodinámica es más alto (Cx 0,30 contra 0,28), pero se trata de un valor muy bueno para un coche descapotable, que suele tener peor aerodinámica incluso con la capota puesta.
El equipamiento de serie en cualquier versión incluye climatizador, automatismo para las luces y el limpiaparabrisas, programador de velocidad y volante multifunción forrado de cuero. No puede tener ni opcionalmente algunas innovaciones que sí están en el Clase E, como los faros con sistema de iluminación en curva o el excelente sistema de frenos SBC. Como el CLK cupé, no tiene de serie cuatro neumáticos de la misma medida, sino 205/55 16 delante y 225/50 16 detrás.
La gama de motores es la misma que la del cupé, salvo que en el descapotable no hay inicialmente motor Diesel. Hay unidades de cuatro, seis u ocho cilindros. El cuatro cilindros (llamado 200 K) es el 1,8 litros con compresor que da 163 CV. Los dos de seis cilindros son un 2,6 litros de 170 CV (CLK 240) y un 3,2 litros de 218 CV (CLK 320). Los ocho cilindros son el 5,0 litros de 306 CV (CLK 500) y el 5,4 litros de 367 CV (CLK 55 AMG).
Mercedes-Benz no ha dado aún datos sobre el peso del CLK Cabriolet, pero mucho mayor que el del cupé no debe ser, a juzgar por la diferencia de prestaciones y consumo. En el caso de las dos versiones más rápidas, la aceleración de 0 a 100 km/h sólo aumenta 0,2 segundos. Con el motor 1,8 sobrealimentado, el consumo medio del descapotable aumenta poco más de un dos por ciento.