Una de las cosas que más llama la atención del Mercedes-Benz Clase C es su diseño interior. Es muy moderno y busca la sensación de flotabilidad de elementos como las pantallas y los reposabrazos de las puertas.
Las posibilidades de configurar el interior al gusto de cada uno son grandes. Se pueden elegir dos tipos de asientos con más o menos regulaciones, diversos tipos de tapicerías, así como molduras para puertas, salpicadero y consola central. También hay un sistema de iluminación ambiente de hasta 64 tonalidades.
No tengo una opinión clara sobre la calidad de construcción, pero la presencia de ciertos crujidos al aplicar presión con los dedos en algunas superficies pueden generar dudas sobre su resistencia al paso del tiempo. Cuando uno se monta en un BMW Serie 3, tiene la impresión de estar en un vehículo de mayor calidad y más sobrio, algo que también ocurre en el Audi A4. La baza del Mercedes-Benz Clase C son las filigranas de su diseño, a quien le seduzcan.
La segunda cosa que me ha llamado la atención es que el asiento del conductor puede ir situado muy bajo, como en las berlinas de hace algunos años y al estilo de algunos cupés actuales. El volante queda casi en la horizontal y, los pedales, más bien alejados. Como los asientos van bajos, hay que hacer un esfuerzo no despreciable para entrar o para salir, especialmente cuando no se pueden abrir por completo las puertas.
Los asientos de serie me han parecido correctos y tienen de serie regulación eléctrica lumbar y calefacción (imagen). Los reposacabezas tienen ajustes para acercarlos a la cabeza (imagen), pero no tienen ajuste en altura y puede que a determinadas personas les queden algo bajos. Opcionalmente hay unos asientos teóricamente más cómodos (Multicontorno) que incluyen ventilación, función de masaje y la posibilidad de cerrar o abrir sus laterales para amoldarse mejor a complexiones distintas.
En las plazas delanteras no se tiene la impresión de ir en un coche que por fuera llega a 4,8 metros. La sensación de espacio es más parecida a la de un Mazda 3 Sedan (que es más pequeño por fuera) que a la de un Mazda 6; a la de un Ford Focus que a la de un Ford Mondeo. El Mercedes-Benz Clase C no parece mayor por varias cosas, como que el montante del parabrisas está muy inclinado, que las puertas están muy curvadas hacia el techo o que el propio techo comienza a caer pronto por su parte posterior.
En todo caso no es un coche escaso de espacio, salvo por altura en las plazas posteriores. Las mediciones que hemos hecho (mediciones propias) confirman que el Clase C 2021 tiene un tamaño interior más o menos normal para sus dimensiones exteriores. Incluso puede ser válido para conductores altos ya que, como es habitual en Mercedes-Benz, el asiento del conductor puede ir muy alejado del volante (además de muy bajo). En las plazas delanteras hay suficientes huecos para depositar objetos y que estén a mano.
El acceso a las plazas posteriores no es muy sencillo porque las puertas no abren mucho y, como están muy curvadas y son gruesas, no dejan un acceso amplio. En las plazas traseras lo mejor es el espacio para las piernas (imagen), mucho mayor que el de, por ejemplo, un Clase A Sedán o un CLA. La unidad que hemos medido tenía techo solar, un elemento que resta unos tres centímetros de altura. El Clase C Estate tiene más espacio hasta el techo en las plazas posteriores.
Como en otras berlinas de Mercedes-Benz, la plaza central es prácticamente de adorno. En la zona del piso hay una gran protuberancia que impide al ocupante colocar los pies con un mínimo de confort. Además, si hay alguien ahí sentado, obligará a los ocupantes de los laterales desplazarse hacia las puertas, donde el respaldo es duro y está orientado hacia el interior (imagen).
Si se elige el climatizador de cuatro zonas, los pasajeros de las plazas posteriores pueden elegir la temperatura y el caudal del aire que les llega (imagen).
El maletero tiene 455 litros de capacidad y me parece que se puede aprovechar bien. Dispone de mandos eléctricos para liberar los respaldos de los asientos posteriores (imagen), así como para cerrar la tapa (imagen). También hay ganchos para colgar bolsas y argollas en los extremos de su base. Debajo del piso hay sitio para guardar accesorios y otros objetos como los triángulos de emergencia y el botiquín (imagen). El tapizado del maletero es muy malo, ya que el de nuestra unidad estaba muy rozado y desgastado, y el coche era casi nuevo.
Multimedia y pantallas
Hay dos pantallas de diseño flotante. Una para la instrumentación (de 12,3 pulgadas; imagen) y otra en la consola dispuesta verticalmente y ligeramente orientada hacia el conductor (11,9 pulgadas de tamaño en diagonal; imagen). La de la instrumentación se puede configurar para que muestre la información en tres estilos distintos (Clásico, Deportivo y Discreto) y, también, hay tres preferencias de presentar los datos (Navegación, Asistencia, Servicio). Ejemplos de algunas posibilidades de configuración.
Mercedes-Benz ha acertado al poner pantallas de gran calidad. La central responde muy bien a las órdenes que se hacen con los dedos y la estructura de menús se comprende bien con un periodo de adaptación que no me parece grande. Además, se pueden configurar atajos. El menú principal del climatizador aparece siempre aparece en la misma posición (imagen). Los iconos son suficientemente grandes con lo que es bastante sencillo hacer cosas básicas como cambiar la temperatura.
Aunque la reducción de botones físicos en la consola es notable, no ha sido total. Justo debajo de la pantalla, hay una moldura alargada (imagen) que cede ante la presión de los dedos, aunque reconoce dónde estamos pulsando (y por eso se activa una u otra función). Desde ahí se pueden elegir los modos de conducción, activar las cámaras de aparcamiento, acceder a los principales asistentes a la conducción y apagar el equipo de sonido o la pantalla. También hay un sistema de reconocimiento de huella dactilar que permite a los usuarios registrarse para tener acceso a su perfil personal (por ejemplo, a destinos recientes del navegador, agenda).
La pantalla central se puede controlar pulsando sobre la misma o con los mandos del brazo derecho del volante (imagen). La primera solución me parece más fácil porque, se haga de una forma o de otra, siempre hay que desviar la vista de la carretera. Lo bueno de pulsar directamente la pantalla es que se puede ir directamente al menú que se desee, cuando desde los cursores del volante suelen ser necesarias varias acciones para conseguir lo mismo. La pantalla de la instrumentación se controla con los mandos del brazo izquierdo.
Aunque todos los mandos del volante parecen táctiles, realmente sólo hay cuatro que lo son. Se distinguen del resto porque están situados bajo una pequeña hendidura, para reconocerlos y accionarlos mejor. Son los que sirven para controlar el volumen del sistema de sonido (hay que deslizar el dedo sobre él), la velocidad del programador de velocidad, y los cursores (dos) para controlar las pantallas. Es la primera vez que me siento cómodo con estos mandos táctiles que Mercedes-Benz lleva utilizando un tiempo en algunos de sus modelos. Es posible que me esté habituando a ellos, pero creo que también están mejorando y responden con mayor precisión a las órdenes.
El sistema multimedia MBUX (Mercedes-Benz User Experience) de segunda generación tiene más capacidad para interactuar con los ocupantes y responder a unos comportamientos en base a datos recabados durante el uso del vehículo. El sistema de reconocimiento vocal funciona muy bien y permite introducir órdenes sin frases fijas ni muy bien pronunciadas. Es muy cómodo para buscar direcciones o lugares en el navegador (creo que esta es la principal ventaja) o, por ejemplo, conectar o desconectar la proyección de información en el parabrisas o HUD (imagen). Hay aspectos que se pueden controlar con la voz, aunque no merece la pena hacerlo porque se hace más rápidamente a mano, como accionar las ventanillas o el techo solar. Normalmente, el asistente MBUX se activa con la frase «hola Mercedes», aunque se puede configurar para que sólo responda cuando se pulsa la tecla correspondiente del volante.
A diferencia del Clase S, el Clase C no tiene el sistema de reconocimiento de gestos basado en un conjunto de cámaras situadas en el techo. No me parece algo muy necesario.
Con el MBUX también es posible gestionar mediante órdenes vocales algunos elementos de la vivienda. El Smart Home permite, por ejemplo, controlar la temperatura, las luces, las persianas o los electrodomésticos. El usuario también puede recabar información de los detectores de movimiento. En el lanzamiento al mercado, la función MBUX Smart Home se podrá comunicar con dispositivos de Bosch (Smart Home) y Samsung (SmartThings) y, más adelante, con otras marcas.
El sistema multimedia del Clase C 2021 tiene la capacidad de realizar actualizaciones a distancia (OTA; siglas de las palabras en inglés Over-the-air). Un ejemplo que Mercedes-Benz nos ha dado es que, más adelante, se podrá actualizar el sistema de iluminación Digital Light para que proyecte señales de advertencia sobre la carretera.