La calidad que transmite el interior del C Coupé no me parece acorde al precio del coche. Esto me ha generado sensaciones enfrentadas, porque las cualidades del chasis, que son muy buenas, están por encima de las del interior. Reparando en los detalles con detenimiento (o, como fue nuestro caso, cuando además probábamos un Audi A5 Coupé para comparar), comprobamos que la atención por el detalle puesto por cada marca dista de parecerse. En un Clase E la calidad está más cerca de lo que esperamos de un coche de este coste.
El diseño del habitáculo tiene un aire sofisticado que puede inferir una sensación de lujo y calidad (aunque ha habido quien, nada más sentarse, lo primero que me ha dicho ha sido «¡uy, qué plasticoso!»). Esta impresión confronta con la que se tiene al toquetear el salpicadero en zonas como el marco de plástico negro que bordea la consola central (imagen), los botones que hay bajo los mandos del climatizador, las salidas de ventilación, la pantalla multimedia o la tapicería del techo.
Sin ser materiales de mala calidad, hay plásticos duros comunes en coches de menor coste (si los encontrase en el habitáculo de un Renault Mégane, lo entendería), que además no parecen estar ajustados con solidez, razón por la que en ocasiones resuenan y vibran al unísono con el motor. La tela que recubre el techo, aunque parece duradera, es de tacto áspero, poco refinado, y en la unión con el revestimiento de los pilares delanteros queda un escalón que denota poco esmero en la realización (en el Audi A5, esta unión queda mucho mejor disimulada y la tela de serie tiene un tacto más suave).
La instrumentación está formada por dos indicadores de aguja circulares que enmarcan una pantalla a color (imagen). Los diales de velocidad son de dos tamaños, por lo que los más pequeños no se leen de un vistazo con facilidad. El sistema de proyección de la información en el parabrisas, «head-up display» (imagen), puede suplir esta carencia por la cantidad y la calidad de la información que da. Cumple su función satisfactoriamente.
El sistema multimedia es el habitual de Mercedes-Benz. Familiarizarse con él es sencillo y también lo es su manejo, que se hace a través de los mandos que hay frente al apoyabrazos central (imagen), que está expuesto a los movimientos del brazo y se puede pulsar por error a veces. El sistema de sonido opcional Burmeister me ha parecido bueno en cuanto a la calidad y definición del sonido y normal en cuanto a la potencia con la que puede sonar (para mi gusto, le faltan graves, aunque admite un nivel de volumen muy elevado sin que llegue a distorsionar).
El Clase C Coupé tiene una amplitud buena en las plazas delanteras y escasa en las traseras (tabla comparativa de mediciones del interior). Hay espacio suficiente a nivel de los hombros para que dos adultos viajen holgadamente adelante. La altura al techo es suficiente para personas de gran estatura, aunque tiene el inconveniente de que el pilar delantero queda cerca del volante, por lo que el habitáculo puede dar cierta sensación de estrechez, dado que la superficie acristalada es pequeña y se viaja con la sensación de estar «rodeado» de plástico y chapa. En el Audi A5 las ventanas son más grandes y los pilares frontales están más alejados, por lo que da más sensación de desahogo.
Atrás sólo es aconsejable que viajen niños o personas de estatura corta. La anchura es buena, con espacio suficiente para que las plazas queden separadas por una superficie compartida donde hay dos portabebidas (imagen). El espacio para las piernas es pequeño (62 cm, dos menos que en el Audi A5 y nueve menos que en el BMW Serie 4). Estos pasajeros disponen de salidas de aireación (imagen), sin posibilidad de seleccionar la temperatura o la intensidad del flujo de aire.
Los asientos de nuestra unidad de pruebas eran los de tipo «confort». Pese a esta denominación, su diseño es muy envolvente porque se asemeja a los asientos de tipo baquet, con los laterales y el reposacabezas muy pronunciados. Pueden tener múltiples posibilidades de regulación eléctrica, dos memorias de posición, calefacción y ventilación (imagen e imagen). Sujetan muy bien, pero tienen un mullido duro y, aunque me parecieron cómodos al principio, tras varias horas de conducción acusé dolor en la zona lumbar y en los muslos. Esta misma sensación la he tenido con los asientos de un Clase A, pero no con los de un Clase E, por ejemplo.
El maletero tiene una capacidad de 380 litros, menos que muchas de sus alternativas. No tiene el suelo plano, la boca de carga es pequeña en comparación a su volumen y en la parte trasera se reduce la altura disponible porque el suelo se eleva y la mampara de separación con el habitáculo se estrecha por arriba (imagen). Esto limita la capacidad de transportar bultos voluminosos, porque aunque por altura quepan, o bien no entran por la boca de carga, o bien topan con la parte trasera del maletero.
El revestimiento del maletero tampoco está hecho con el mismo esmero que el del Audi A5 (imagen del maletero del Audi A5; caben 465 litros, 85 l más que en el C Coupé). El material que lo recubre es más basto y aparenta ser menos duradero, los bordes no están rematados con ningún tipo de embellecedor (por ejemplo, en la zona donde se esconden los soportes del portón) y las piezas ceden fácilmente al jalarlas o presionarlas con los dedos (en este vídeo se muestran estos detalles). Hay una caja de plástico desmontable, que se guarda plegada bajo el fondo (imagen e imagen). Es una solución práctica y diferente a la habitual redecilla que se puede encontrar en otros coches.