El habitáculo tiene una amplitud similar a la de un BMW Serie 1, siendo las diferencias poco significativas. El Mercedes-Benz ofrece dos centímetros más para las piernas y tres menos de altura hasta el techo en las plazas traseras que el BMW. Algo similar ocurre con el Audi A3 de tres puertas (nos referimos a esta carrocería porque todavía no hemos podido medir la versión de cinco puertas o Sportback, que es algo más amplia). Entre las plazas posteriores puede haber un reposabrazos (imagen).
El Clase A puede tener asientos delanteros de aspecto tradicional o unos con los reposacabezas integrados en el respaldo (imagen) —incluidos los dos laterales de las plazas posteriores (imagen)—. Estos últimos nos han gustado. Dan muy buena sujeción lateral porque tienen resaltes laterales muy pronunciados, pero a la vez, parece que las personas voluminosas no se sienten demasiado encajadas en ellos (aunque es mejor que cada uno los pruebe). Sus reposacabezas no se pueden regular pero quedan bien colocados: ni lejos de la cabeza, ni demasiado bajos para personas altas.
En general, el Clase A deja mala visibilidad a su conductor. El principal motivo es que la superficie lateral acristalada es pequeña; a eso hay que añadir que los reposacabezas integrados ocupan mucho y contribuyen a quitar visibilidad cuando el conductor mira hacia detrás o en tres cuartos traseros (por ejemplo, para salir de un aparcamiento en batería). En general, un Audi A3 parece más fácil de manejar en sitios con poco espacio o entre el resto del tráfico, pues se controla mejor dónde empieza y acaba la carrocería. En el Clase A, la cámara posterior (imagen) puede resultar muy útil.
La posición al volante es correcta. De alguna forma es intermedia entre la de un BMW Serie 1 y la de un Audi A3. En un Serie 1 se puede ir sentado algo más bajo y con las piernas más estiradas que en el Mercedes-Benz Clase A; en el Audi A3 la posición es algo más elevada que en los dos modelos anteriores y las piernas van más flexionadas.
La instrumentación y los mandos son semejantes a los de otros Mercedes-Benz. En general, todo queda bien ubicado y al alcance del conductor. Las principales funciones se pueden manejar desde unos cómodos mandos en el volante.
Como en el Clase B, la consola puede tener una pantalla. Esa pantalla puede ser de dos tipos; la que viene con el equipo de sonido «Audio 20» y con el navegador más sencillo «Backer MAP PILOT» (imagen) o una de mayor tamaño (imagen) que viene con el navegador más costoso (dentro de un paquete de opciones llamado «COMAND Online»).
Este segundo navegador tiene más funciones (por ejemplo permite acceder a internet, tiene mayor calidad de imagen, un disco duro para almacenar la cartografía y otros archivos, o un sistema de reconocimiento de voz —Linguatronic— muy avanzado). Las diferencias de posibilidades y de calidad de información que dan los dos navegadores son grandes, pero también hay una diferencia importante de precio; a mi juicio, quien desee uno para usarlo puntualmente, quizá el más sencillo sea suficiente. Aquí damos mucha más información sobre este y otros dispositivos multimedia del Mercedes-Benz Clase A.
El aspecto de salpicadero también cambia en función del tipo de cambio de marchas. En las versiones con cambio automático, la palanca va colocada en la columna de la dirección, a la derecha del volante, lo que permite utilizar el espacio de la consola para un cajón porta objetos. Éste es el aspecto del salpicadero con cambio automático y éste con cambio manual. En todo caso, el freno de estacionamiento es eléctrico.
Como en el Clase B, los mandos del aire acondicionado están colocados en una parte inferior de la consola (imagen) y no es fácil accionarlos sin retirar la vista de la carretera. Por lo tanto, el climatizador es una opción a tener en cuenta, porque en teoría (no lo hemos probado), mantiene automática una temperatura constante en el interior, sin intervención del conductor.
Materiales y ajustes son buenos. Hay distintos recubrimientos para el salpicadero, entre ellos un símil cuero, y algunas piezas decorativas del interior —como los aireadores redondos— tienen una terminación metálica. En general, el aspecto del Clase A es muy vistoso y también tiene una calidad de realización muy buena. Sin embargo, me resulta difícil establecer diferencias en este sentido entre un Clase A, un Audi A3 ó un BMW Serie 1.
El maletero, con 341 litros, es menos capaz que el del A3 y el Serie 1 y poco mayor que el de un Volvo V40, que es un coche más largo (ficha técnica comparativa). En general, se trata de un maletero aprovechable porque las paredes forman superficies planas. Digo «en general» porque su boca de carga es algo pequeña, y por ejemplo, no ha entrado la silla de ruedas de niño que habitualmente usamos como referencia (imagen), que sí entró en el Volvo (imagen) y en el BMW (imagen). El maletero tiene, bajo la bandeja, ganchos para bolsas (imagen) y opcionalmente una red bajo la bandeja (imagen).
Bajo el fondo del maletero (imagen) va el kit de reparación de pinchazos (en el caso de que el coche lleve neumáticos normales), elemento que desaparece si el coche está equipado con ruedas pensadas para poder rodar sin presión durante unos cuantos kilómetros.
Si se abaten los respaldos de las plazas posteriores, queda una superficie en ligera pendiente (imagen).