El Mercedes-Benz CLA Coupé 2019 es ágil, estable y tiene un punto de deportividad gratificante en tanto que es rápido respondiendo a las acciones del conductor sobre el volante. Es un coche que se maneja muy bien en las curvas de una carretera de montaña, pero que no está preparado para mantener ritmos fuertes durante mucho tiempo. El rendimiento de los frenos y de los neumáticos desciende notablemente según se van calentando y, además, la dirección transmite poca información del nivel de adherencia de las ruedas.
La suspensión de dureza fija que viene de serie (Tren de rodaje de confort de altura rebajada; más datos en información general) es firme y hace que la carrocería tenga movimientos cortos y rápidos al pasar sobre los baches. No es incómoda y es perfectamente soportable en la conducción diaria. De todos modos, a quien dé prioridad al confort probablemente le convenga pagar la suspensión de dureza variable (de nombre Tren de rodaje con sistema de amortiguación ajustable, cuesta 1371 euros) y quedarse con el nivel de equipamiento de serie, llamado Progressive, porque sus asientos son más cómodos que los que vienen en el AMG Line (el nivel AMG Line es una opción que cuesta 1698 euros).
La versión que hemos probado durante más tiempo es la 200 7G-DCT (motor de gasolina de 163 CV con cambio automático) con la suspensión de serie y unos neumáticos Bridgestone Turanza T005 de dimensiones 225/40 R19 (los más grandes posibles fuera de la gama AMG).
También hemos probado un CLA 220 d Shooting Brake 8G-DCT (motor Diesel de 150 CV) con la misma configuración de suspensión y neumáticos del CLA 200 Coupé 7G-DCT mencionado en el párrafo anterior. A la prueba del CLA Shooting Brake se accede a través de este enlace, aunque en el presente texto utilizaremos los datos de prestaciones y consumo que hemos obtenido con él para compararlos con los de está versión del Coupé.
En la prueba de esquiva (vídeo) fuimos incapaces de lograr una pasada limpia a las velocidades que habitualmente probamos, entre 70 y 80 km/h. Tras muchos intentos y tres personas distintas a los mandos, conseguimos superarla a 66 km/h, una valor muy bajo, inferior por ejemplo al de un Suzuki Jimny 2019. Las ruedas delanteras agarraban muy poco sobre el asfalto del circuito y el coche abría demasiado la trayectoria. Esto hacía que, o bien sobrepasáramos los límites de anchura del segundo carril, o bien no consiguiéramos hacer que el coche girara los suficiente para entrar en el último sector sin tirar conos.
El CLA 220 d Shooting Brake 8G-DCT hizo la maniobra de esquiva a continuación del Coupé. Logramos una velocidad de entrada superior, 71 km/h (vídeo), pero también nos costó más de lo normal completar una pasada limpia y por el mismo problema: las ruedas delanteras parecían tener muy poca adherencia. Más allá de lo descrito, el CLA Coupé (también el CLA Shhoting Brake) reaccionó siempre de forma suave y progresiva.
El habitáculo está bien aislado de las diversas fuentes de ruido, aunque no tanto como el de un Mercedes-Benz Clase C. No hay posibilidad de pedir cristales laminados (los cristales laminados consisten en dos láminas de vidrio unidas por una película de un polímero. Esta construcción hace que pase menos ruido al interior), pero sí unos oscurecidos para las ventanillas traseras y la luneta con el fin de disminuir la entrada de la radiación solar (cuestan 415 euros).
La visibilidad hacia atrás es regular. Mercedes-Benz incluye en el equipamiento de serie una cámara trasera (de muy buena resolución), pero no sensores de proximidad. Por esta razón pensamos que en este modelo es muy aconsejable pedir la opción Paquete de aparcamiento con cámara de marcha atrás. Cuesta 824 euros e incluye los sensores de proximidad delanteros y traseros y el sistema de aparcamiento semiautomático.
Hay otra opción llamada Paquete de aparcamiento con cámara de 360º que equipa al coche con cuatro cámaras (además de la trasera de serie, hay una en cada retrovisor y otra en el frontal) para tener un mejor control de lo que rodea al vehículo (las de los retrovisores son muy útiles para pegarse a un bordillo sin dañar las llantas). Esta opción, cuyo precio anunciado es de 566 euros, exige la instalación de otros elementos como el control de ángulo muerto (aconsejable) y el Paquete Advantage, por lo que al final hay que pagar 2465 euros.
La versión 200 tiene 163 CV y es una buena elección para quien quiera un CLA Coupé con un motor de gasolina que dé buenas prestaciones y tenga un consumo de carburante moderado. Con todo, la versión Diesel 200 d de 150 CV logra una mejor relación entre aceleración y consumo, aunque su precio de venta es sensiblemente superior, 2353 euros (ficha técnica comparativa). El motor Diesel es más ruidoso al ralentí y a baja velocidad, pero a las velocidades normales en carretera apenas hay diferencia. Es más, en ocasiones, como cuando se acelera a fondo y se sube a regímenes altos, el motor Diesel parece menos ruidoso que el de gasolina.
El CLA 200 Coupé 7G-DCT que hemos probado tardó 10,0 segundos en acelerar de 40 a 120 km/h, un resultado bueno para un modelo de su tamaño y potencia. Un CLA 200 d Shooting Brake 8G-DCT (cuya prueba puede leerse aquí) fue todavía más rápido y necesitó seis décimas de segundo menos para realizar la misma aceleración (9,4 s). Es una diferencia que, si bien no es grande, es perceptible cuando se está a los mandos de uno y otro. Tabla comparativa de prestaciones.
Con el CLA 200 Coupé 7G-DCT nos fue imposible realizar el recorrido de consumo que utilizamos de referencia en km77 —es un tramo de autopista de 144 km en el que hay constantes cambios de nivel y que completamos a una velocidad media de 120 km/h— debido a las limitaciones de movimiento decretadas en España por el estado de alarma a causa del coronavirus. Tenemos, sin embargo, el dato de un Clase A 200 7G-DCT, que lleva el mismo motor de gasolina de 163 CV y que puede servir de referencia. Gastó 5,9 l/100 km, un valor muy bajo. El CLA 200 d Shooting Brake 8G-DCT es todavía más eficiente, aunque no mucho más. En el recorrido de consumo gastó 5,4 l/100 km.
Durante el periodo de prueba, conduciendo a un ritmo ágil, nos fue fácil movernos en cifras de entre 5,5 y 6,5 l/100 km en circunstancias favorables y estar, según el estado del tráfico, entre 7,0 y 8,5 l/100 km en ciudad. En conducción deportiva hemos llegado a tener una media de 12-13 l/100 km. El sistema Start&Stop funciona con rapidez y suavidad correcta.
También hemos conducido un CLA 250 4MATIC Coupé 7G-DCT (gasolina de 224 CV), aunque no disponemos de datos propios de aceleración y consumo de esta versión. Tiene un motor que se percibe claramente más vigoroso que cualquiera de los citados hasta ahora y, además, funciona con mayor suavidad (es el más silencioso y el que menos vibra) y produce un sonido más bonito.
Las dos cajas automáticas que puede tener el CLA, 7G-DCT y 8G-DCT (ambas de doble embrague), realizan correctamente su trabajo y tienen un funcionamiento general agradable. No obstante, la 8G-DCT nos parece mejor porque en maniobras a baja velocidad responde con un poco de mayor suavidad (aunque no siempre) y porque es más certera eligiendo las marchas. Hay ocasiones, si bien no es lo común, en las que la 7G-DCT tiene dudas de si ha seleccionado la marcha óptima o no y realiza un cambio rápido que después deshace. En ambas cajas se activa la función de avance por inercia cuando se selecciona el modo de conducción «Efficiency».
Entre los sistemas de ayuda a la conducción que puede llevar el CLA Coupé está el Paquete de asistencia a la conducción. Cuesta 2496 euros e incluye, entre otras cosas, un programador de velocidad activo y un asistente de dirección que trata de llevar el coche centrado en el carril. El programador de velocidad activo mantiene la velocidad y la distancia con el vehículo de enfrente sin problema. Tiene una función que adapta automáticamente la velocidad a la que lee el sistema de reconocimiento de señales de tráfico. Funciona bien, aunque en ocasiones (pocas) ocurre que lee la limitación de velocidad de la vía de servicio que circula paralela a la autopista y pasa esta información al programador de velocidad. Este, en consecuencia, baja automáticamente de 120 km/h a 60 (o a la que esté limitada esa vía de servicio). Esta vinculación entre el programador y el lector de señales de tráfico se puede desconectar.
El asistente de dirección puede tomar las curvas más abiertas de una autovía sin invadir el carril adyacente, aunque en ocasiones se pega mucho a las líneas y en otras se sale. En definitiva, no es un sistema pensado para que el coche conduzca solo y el conductor ha de permanecer en alerta todo el momento. De hecho, emite señales acústicas y sonoras si detecta que el conductor lleva unos 10-12 segundos sin tocar el volante. Las alertas se repiten cada pocos segundos si el conductor continua sin mostrar actividad y, tras unos 50 segundos en esa situación, el vehículo inicia la fase de frenado automático y posterior detención.