El Maybach es tracción trasera, tiene la caja de cambios delante (junto al motor) y un árbol de transmisión dividido en tres secciones. La caja es necesariamente automática y de cinco velocidades.
Es básicamente la misma caja que la que tiene Mercedes en otros modelos, como el Clase S, pero con las siguientes modificaciones para soportar el par del motor Maybach: engranajes planetarios más anchos (y sus ejes, más largos), convertidor de par más grande, distinto programa de bloqueo para el convertidor, y unidad electrohidráulica modificada.
Hay dos programas de funcionamiento «S» (por «Standard») y «C» (por «Comfort»). Lo que hace este segundo programa es disminuir el número de cambios, y para ello evita la reducción aunque el motor vaya a un régimen bajo.
La palanca de cambio tiene las posiciones normales (P, R, N y D), más un mando secuencial de bloqueo. Este mando sirve para evitar las marchas que el conductor no quiera que sean engranadas, pero no para seleccionar la que él quiera. Es decir, aunque esté en la posición «4», el cambio puede seleccionar cualquiera de las cuatro primeras marchas, no va necesariamente en cuarta.
El escalonamiento del cambio hace que haya un salto muy grande entre primera y segunda, y comparativamente mayor entre segunda y tercera. Da la velocidad máxima en cuarta velocidad, a 5.080 rpm. Incluso si el control electrónico deja llegar hasta unos 255 km/h (que es lo que suele ocurrir en estos coches limitados a 250), no alcanza el régimen de potencia máxima ni en cuarta.
El desarrollo en quinta es 59,2 km/h. Es decir, a régimen de potencia máxima, la velocidad con este desarrollo sería 311 km/h. Es posible que, sin limitación, llegara a esa velocidad. A régimen de potencia máxima (y plena carga), el motor da 737 Nm. Eso, en quinta, supone que las ruedas harían unos 4.600 N de fuerza, si no hubiera pérdidas por rozamiento.
Con el factor de resistencia aerodinámica que tiene el Maybach (0,82 m²), la fuerza de resistencia aerodinámica a 311 km/h es unos 3.700 N. Es decir, quedan unos 900 N para vencer la fuerza de rozamiento interna y la de las ruedas, lo que parece suficiente.