La versión F es la más potente de la gama RC, un cupé de tracción trasera, 4,70 metros de longitud y cuatro plazas, si bien las traseras son difíciles de aprovechar por el poco espacio que hay para las piernas y hasta el techo. Tiene un motor atmosférico de ocho cilindros y cinco litros de cilindrada que da 477 CV. El cambio es automático de ocho relaciones.
Está en venta desde 86 700 euros (todos los precios). Hay tres posibles niveles de equipamiento: Executive, Carbon Package y Luxury. Desde el nivel menos costoso, el equipamiento de serie es más abundante que en sus principales rivales de precio similar como son el Mercedes-Benz C 63 AMG Coupé, el BMW M4 Coupé DKG o el Audi RS 5 Coupé 4.2 FSI 450 CV quattro S Tronic 7 vel., si bien este último es de tracción en las cuatro ruedas (listado comparativo). Las imágenes exteriores del RC F de color blanco que acompañan a este artículo corresponden a la unidad que hemos probado que tiene nivel de equipamiento Luxury.
Bajo mi punto de vista, las mejores cualidades del Lexus RC F son su excelente calidad de acabado, impresión de solidez, silencio de marcha y el sedoso funcionamiento de su motor V8 atmosférico.
Me parece un cupé satisfactorio para viajar por vías rápidas y de curvas medias, sea a una velocidad alta o no. En estas circunstancias tiene un aplomo y da una confianza sobresaliente porque no es normal que se aparte de la trayectoria que indica el volante aunque el piso esté en mal estado. En las curvas más lentas no le falta agilidad, aunque los modelos más deportivos de la competencia son más ágiles, como un BMW M4. Para quien no busque arañar la última décima en un circuito, quizá se sienta más a gusto con el Lexus. Los coches muy deportivos, como puede ser ese M4, son más incómodos y difíciles de conducir.
El Lexus RC F tiene muy buena motricidad, se siente bien a través del volante y sus frenos resisten bien el uso intenso y continuado a pesar de que la masa total es elevada (1765 kg; 153 kg más que un M4 Coupé DKG). Quizá el elevado peso sea —en parte— el responsable de que la aceleración máxima no es grande para la potencia del motor y el consumo elevado.
La caja de cambios automática de ocho relaciones me ha producido impresiones contrarias. Me ha gustado su funcionamiento cuando la conducción es relajada porque transmite la potencia del motor a las ruedas con la suavidad propia de una berlina de lujo. Sin embargo, cuando se conduce de forma deportiva, no responde en el momento oportuno a las solicitudes del conductor y su funcionamiento puede ser algo brusco.
El interior, que es de calidad sobresaliente, tiene muchos mandos y botones que aprender a manejar. No todo está pensado para facilitar su uso al conductor. Por ejemplo, la pantalla que hay en el centro del salpicadero se controla desde una superficie táctil (imagen) que obliga a ser muy precisos con los movimientos que se hacen con la punta del dedo, especialmente en marcha.
Entre los elementos de equipamiento que el RC F tiene de serie se encuentran faros de ledes para luces cortas y largas (con función de paso de una a otras automáticamente), equipo de sonido con diez altavoces, reproductor de DVD, navegador, climatizador de doble zona, sensores de aparcamiento delanteros y traseros y un mando que permite seleccionar distintos ajustes para la conducción (Drive Mode Select). Opcionalmente está disponible un programador de velocidad activo con sistema automático de frenada de emergencia o un equipo de sonido de la marca Mark Levinson de mayor calidad.
En nuestro comparador de seguros de coches hemos calculado el precio de una póliza a todo riesto sin franquicia para un hombre casado de 50 años de edad que vive en Madrid y está casado. Esta persona guarda el coche en un garaje individual y recorre hasta 10 000 kilómetros anuales y nunca antes ha declarado siniestros con sus anteriores compañías. Con estos condicionantes, el precio más bajo lo ofrece Qualitas Auto por 1011 euros.