Bastidor, tracción total y suspensión
El ahorro de peso del Land Rover Range Rover de 2013 con respecto al de 2010 (más información), de hasta 375 kg, se basa principalmente en que el chasis monocasco es de aluminio en lugar de acero —un 39% más ligero según Land Rover—. Pero hay otros factores que contribuyen, como que las puertas y parte de la suspensión y del frontal también estén fabricadas de aluminio o que Land Rover haya realizado cambios en los muelles, los amortiguadores, la barra estabilizadora trasera y la transmisión para que sean más ligeros.
Además, el soporte frontal del motor tiene piezas fundidas de magnesio de alta precisión, el portón del maletero está realizado de plástico «SMC» —«Sheet Moulding Compound» o lámina compuesta moldeada—, la estructura de los asientos es de acero ligero de alta resistencia y las pinzas de freno de Brembo del eje delantero están hechas de aluminio ligero. También pesan menos las nuevas de aleación.
El coeficiente aerodinámico (Cx) es 0,34, un 10% menor que el del modelo precedente (ficha comparativa). Para mejorar la resistencia aerodinámica al avance, el Range Rover tiene unas lamas en la rejilla de refrigeración que se abren o se cierran en función de las necesidades —cuando permanecen cerradas mejoran la aerodinámica—, los bajos carenados y unos deflectores de aire en la suspensión delantera y trasera.
El sistema de tracción total es mediante un diferencial central acoplado a un embrague multidisco. Cuando está boqueado reparte el par al 50% en cada eje. La reductora de la caja de cambios tiene un valor de reducción de 2,93 a 1. En el modelo anterior era muy similar (2,9 a 1). Es posible pasar de marchas cortas a largas en movimiento, hasta 60 km/h.
La suspensión es independiente en ambos ejes, de tipo McPherson con resorte neumático en el delantero y de paralelogramo deformable con resorte neumático en el trasero. Los amortiguadores son de dureza variable. Las versiones más potentes tienen estabilizadoras activas («Dynamic Response») para disminuir el balanceo de la carrocería.
El recorrido libre de las ruedas delanteras es 260 milímetros y el de las traseras 310.
Motores
Hay disponibles dos motores Diesel, uno de gasolina y una versión híbrida que combina un motor Diesel con uno eléctrico. El Diesel de menor potencia corresponde a la versión 3.0 TDV6. Es un motor de seis cilindros en «V» y 3,0 litros de cilindrada con inyección directa que da una potencia máxima de 258 CV a 4000 rpm. El par máximo (600 Nm) lo da a 2000 rpm. Está sobrealimentado mediante dos turbocompresores colocados en paralelo.
Este motor lo llevan otros modelos de Land Rover como el Discovery 4 o el Range Rover Sport. El sistema de admisión, con dos intercoolers para mejorar la refrigeración, ha sido revisado con respecto al que tienen aquellos.
El otro motor Diesel, de la versión 4.4 SDV8, es de ocho cilindros en «V», 4,4 litros de cilindrada e inyección directa. Da una potencia máxima de 340 CV a 3500 rpm y un par de 700 Nm entre 1750 y 3000 rpm. Como el TDV6, tiene sobrealimentación mediante dos turbocompresores en paralelo. Es una evolución del que llevaba el modelo anterior, donde daba 313 CV. A pesar de ser 27 CV más potente, consume 0,7 l/100 km menos (ficha comparativa). Tiene pequeñas diferencias en la admisión, en el cárter y en los soportes de sujeción.
La versión de gasolina (5.0 V8 Supercharged) lleva el mismo motor que anteriormente, un V8 de 5,0 litros y 510 CV. Es de inyección directa y tiene sobrealimentación por compresor volumétrico. La potencia máxima (510 CV) la da a 6500 rpm y el par máximo (625 Nm) entre 2500 y 5500. Da unas prestaciones mejores y consume menos que en el modelo anterior, principalmente porque es 175 kg más ligero (ficha comparativa).
La versión híbrida combina un motor Diesel de 292 CV con otro eléctrico de 48 CV. La potencia máxima conjunta es de 340 CV y el consumo medio homologado de combustible es 6,4 l/100 km. La batería que alimenta de energía al motor eléctrico es de iones de litio, refrigeración líquida y está colocada debajo del piso del habitáculo. Según Land Rover, no resta espacio a los pasajeros ni al maletero. Con la batería completamente cargada se pueden recorrer hasta 1,6 kilómetros y alcanzar una velocidad máxima de 48 km/h sin necesidad de utilizar el motor térmico (para ello hay que activar el modo de conducción «EV Mode»).