Los asientos del Range Rover están a una distancia grande del suelo así que para facilitar a los pasajeros salir del habitáculo es conveniente colocar la suspensión neumática en el «modo acceso». Esto es posible hacerlo de forma sencilla mediante el botón que el conductor tiene en su puerta, junto a los mandos de los elevalunas, siempre que la puerta permanezca cerrada (por tanto hay que acordarse antes de abrirla y ver que el suelo queda muy lejos). Para entrar habrá gente que eche en falta unos asideros en el interior, como los que otros modelos llevan en el montante delantero; serán poco elegantes pero son un excelente punto de apoyo para ayudarse a subir.
Los inconvenientes descritos en el párrafo anterior quedan resuelto a partir de abril de 2015, momento en el que todos los Range Rover activan el «modo acceso» de forma automática de la siguiente manera: cuando se apaga el motor o el cinturón del conductor no está abrochado, la suspensión aproxima la carrocería 35 milímetros al suelo. Si se tira de algunos de los tiradores de las puertas, la altura se reduce nuevamente 15 mm. El tiempo que el sistema emplea en bajar el total de 50 milímetros es tres segundos. Cuando se supera 15 km/h, la carrocería adopta la altura normal.
Las puertas son muy grandes y pesadas. Que sean pesadas sólo se nota cuando se aparca el coche en una pendiente o se necesita salir de él durante la conducción todoterreno en un terreno no horizontal. En el resto de casos no supone un problema; además tienen un sistema que completa el cierre si no se ha empujado la puerta con fuerza suficiente. Las puertas «abrazan» la parte inferior de la carrocería, evitando que esa zona, con la que rozan las piernas al salir del coche, se ensucie de barro.
A diferencia de la mayoría de todoterrenos de su tamaño, el Range Rover solo tiene dos filas de asientos; no puede tener, por tanto, siete plazas. Sí es posible elegir entre dos configuraciones, una con cuatro asientos y otra con cinco (la que tenía el coche que hemos probado). El habitáculo es amplio, tanto en las plazas delanteras como en las traseras. La principal diferencia con el anterior está en estas últimas, ya que ahora el espacio disponible para las piernas es mayor aunque sigue sin ser el que se espera en un coche de su longitud. De hecho, no iguala, por poco eso sí, a otros modelos de menor tamaño como el Lexus RX o el Toyota Land Cruiser.
Lo que sí hay es mucha anchura en las dos filas (es el todoterreno más ancho del que tenemos mediciones). Posiblemente por ello, además del apoyabrazos que hay en la consola, cada asiento delantero tiene otro abatible y regulable en altura (realmente se modifica su inclinación, ya que pivotan sobre el anclaje del asiento). Yo, yendo de pasajero, iba más cómodo sin utilizar el del asiento pero es posible que a personas de menor complexión, el de la consola les quede lejos para apoyar el brazo.
La anchura disponible permite llevar sin estrecheces a tres pasajeros en las plazas traseras, si bien la persona que vaya colocada en la central irá incómoda porque es dura, no recoge el cuerpo y el apoyacabezas no existe como tal (el respaldo tiene una forma abultada en la parte superior). También es posible colocar tres sillas infantiles (solo las de los laterales con anclajes Isofix).
Bajo el apoyabrazos de la consola hay sitio para una neverita (opcional) en la que caben cuatro latas de refresco. También hay una bandeja portaobjetos y conexiones USB y una de vídeo/audio. Por delante de esta zona, se encuentran, además del mando giratorio del cambio de marchas, diversos mandos relacionados con la conducción. Los botones tienen un tamaño grande y resulta fácil accionarlos.
En la parte final de la consola hay mandos para la climatización de las plazas traseras. De serie, el climatizador es de tres zonas y opcionalmente tiene regulación independiente para cada uno de los dos pasajeros traseros (imagen de los mandos). También están los mandos de la calefacción y ventilación de los asientos y unas conexiones para el equipo de vídeo y sonido trasero (opcional). La climatización trasera (incluida la calefacción de los asientos) se puede manejar por el conductor desde la pantalla del salpicadero.
Hay dos configuraciones posibles para las plazas traseras. Una con tres plazas y otra con solo dos (imagen) divididas por una consola fija (imagen), opción que cuesta algo más de 4200 euros. En la de tres plazas, es posible ajustar la inclinación del respaldo (imagen del mando), el central se puede abatir para usar como apoyabrazos y tiene un cajón para guardar objetos pequeños y portabebidas (imagen). Según la versión, estos asientos pueden tener calefacción o calefacción y ventilación. En el caso de la configuración de dos plazas, también tienen función de masaje y un hueco refrigerado para bebidas.
Land Rover ha eliminado muchos botones del salpicadero (dice que hay un 50% menos que antes) y ha centralizado las funciones en la pantalla táctil de la consola (imágenes y más imágenes). En su utilización hay cosas mejorables, como que es necesario cerrar algunas ventanas de los menús pulsando en una cruz que hay en una esquina (como en Windows) ya que si no, no se puede acceder a otro menú distinto. Por ejemplo, tras activar la calefacción del asiento, si se quiere volver a la pantalla del navegador no es posible hacerlo pulsando directamente sobre el botón del navegador, primero hay que cerrar la ventana del menú de los asientos. También es algo lenta de reaccionar, sobre todo cuando se usa el navegador y se quiere introducir una dirección. Más información en al apartado del sistema multimedia.
Esta pantalla puede tener una función que permite a conductor y pasajero ver cosas distintas a la vez. Por ejemplo, el conductor puede ver el mapa del navegador y el pasajero una pelicula mientras la escucha con los auriculares (imagen) que van incluidos en esta opción. Para las plazas traseras también hay disponibles dos pantallas con dos juegos de auriculares (por unos 2500 €).
El cuadro de instrumentos es una pantalla (imagen). Muestra dos indicadores grandes de aguja y dos pequeños para el nivel de combustible y la temperatura del líquido refrigerante del motor. La pantalla se ve bien y resulta muy llamativa pero las agujas del velocímetro y el cuentarevoluciones se mueven a pequeños saltos en vez de hacerlo de una forma suave.
En el espacio entre los dos indicadores grandes aparece información del equipo de sonido, del navegador, del ordenador de viaje y gráficos relacionados con la conducción fuera del asfalto. Aún así me parece que la pantalla está desaprovechada. Por ejemplo no es posible visualizar simultáneamente dos datos del ordenador de viaje (si tenemos seleccionada la autonomía no podemos ver a la vez el cuentakilómetros o el consumo medio) a pesar de que hay espacio suficiente para ello. También es extraño que muestre que se está reproduciendo música mediante la conexión Bluetooth del móvil pero no aparezca el título de la canción.
Desde mi punto de vista, la sensación que transmite el interior del Range Rover es de mucha calidad, sobre todo con el nivel de equipamiento «Autobiography», que es el más alto. En él, el cuero, de calidad, reviste el salpicadero, los paneles de las puertas y gran parte del techo, incluso los asideros que hay en él.
El maletero es muy profundo (99 cm) pero no muy alto (45 cm) y no resulta cómodo de cargar objetos pesados, ya que el borde está a 85 cm del suelo (imagen), que es mucho. Está igual de cuidado que el habitáculo. Una moqueta gruesa de buena calidad reviste las paredes y el suelo pero de serie no hay elementos para poder llevar, por ejemplo, la compra sujeta sin que se desplace. Para separar el equipaje del habitáculo hay una bandeja rígida plegable, no una lona enrollable.
Los asientos traseros —divididos en una proporción 60 a 40— se abaten mediante unos mandos que hay colocados en el lateral derecho del maletero (imagen). Es una operación lenta pero más cómoda que hacerla manualmente. Cuando están recogidos la superficie que queda no es horizontal (imagen) ni está enrasada con la del maletero (imagen).
Land Rover mantiene el portón de doble hoja (imagen), ahora con la posibilidad de instalar un accionamiento eléctrico (unos 660 euros, imagen del botón de la parte superior y del botón de la inferior) que evita hacer esfuerzos para abrir y cerrarlo y ensuciarse las manos (vídeo y fotos con detalles en el blog de Celedonio y Cogolludo). Desde abril de 2015 el accionamiento eléctrico se puede activar pasando el pie por debajo del parachoques trasero, lo que puede ser de utilidad en caso de tener las manos ocupadas.
Hay un sistema de iluminación ambiental del habitáculo mediante ledes, configurable en intensidad y tono de la luz (diez colores). Cuesta casi 400 euros. También es opcional el techo panorámico de cristal (la mitad delantera se puede abrir) que viene con una cortina para tapar parcialmente la luz exterior. Al menos en nuestra unidad de pruebas, la cortina se deslizaba con poca suavidad y de manera algo ruidosa.
Conductor y pasajeros tienen lugares suficientes donde guardar pequeños objetos. Hay dos guanteras en el salpicadero (imagen), otra en cada puerta delantera (imagen), bolsas en las cuatro puertas, los cajones de la consola, los portabebidas y las bolsas de los respaldos.