5.0 V8 Supercharged 510 CV
El nuevo motor de gasolina del Range Rover Sport es un V8 de 5,0 litros de cilindrada con inyección directa de gasolina. En su variante atmosférica da 375 CV a 6.500 rpm, con un par máximo de 510 Nm a 3.500 rpm. La variante sobrealimentada tiene 510 CV a 6.000 rpm y un par máximo de 625 Nm entre 2.500 y 5.550 rpm. La sobrealimentación es mediante un compresor volumétrico tipo Roots. Tiene unos intercoolers con refrigeración líquida procedente de su propio circuito de enfriamiento.
Es el mismo motor que tienen algunos modelos de Jaguar, como el XFR, pero con variaciones para adaptar su funcionamiento a las necesidades de un todoterreno. También está presente en el Range Rover.
Con respecto al de Jaguar, el cárter de aceite es más grande y el alternador, el compresor del aire acondicionado, la bomba de la dirección asistida, el motor de arranque y las correas transmisoras están impermeabilizados. El mantenimiento tiene que realizarse cada 20.000 km, mientras que en los modelos de Jaguar ha de hacerse cada 24.000 km ó 12 meses.
Tiene distribución variable (62º en admisión y 50º en escape). La relación de compresión es 9,5 a 1 en el caso de la versión sobrealimentada y 11,5 a 1 en la del atmosférico. La inyección trabaja a una presión de 150 bar, suministrada por dos bombas de accionamiento mecánico.
El circuito de refrigeración del motor comienza en las culatas, sigue por el bloque y termina en el radiador. De este modo se disminuye la posibilidad de que haya autoencendido, lo que permite adelantar el encendido y lograr una mayor eficiencia energética.
Para que el motor se caliente antes y el consumo sea menor en la fase de calentamiento, hay un intercambiador de calor aceite-agua. Land Rover afirma que, de este modo, el aceite alcanza la temperatura adecuada un 14% más rápido.
El bloque está realizado en aluminio fundido a alta presión. Las culatas también son de este material, mientras que las bielas son de acero forjado. Este motor mide 24 mm menos de largo que el 4.2 V8 de 390 CV al que sustituye en la gama Range Rover Sport porque se ha modificado la ubicación de la bomba de aceite. Lleva un alternador que recarga la batería principalmente cuando el coche no está ganando velocidad, con lo que no resta potencia en esos momentos.
Este motor cumple la normativa anticontaminación Euro 5 que entrará en vigor en 2011.
Bastidor
Los amortiguadores son nuevos. Según Land Rover, el «DampTronic Valve Technology» es «el primer sistema del mundo producido en serie que utiliza una tecnología de predicción basada en modelos para optimizar continuamente la configuración de los amortiguadores en función del más amplio abanico de posibles condiciones». La presión del amortiguador se analiza 500 veces por segundo. Dispone de dos configuraciones: blanda y dura.
Todos los Range Rover Sport, salvo las versiones V8 de 510 CV, llevan discos de freno ventilados de 360 mm de diámetro y pinzas flotantes de hierro fundido de dos pistones en el eje delantero. En el trasero, tienen discos ventilados de 350 mm con pinzas flotantes de aluminio de un solo pistón.
Los frenos del 5.0 V8 son Brembo de 380 mm de diámetro en las ruedas delanteras, con pinzas monobloque de aluminio y seis pistones. Los traseros son de 365 mm con pinzas flotantes de un solo pistón.
El sistema eléctrico es nuevo. La información entre algunos componentes se trasmite por una red de alta velocidad de fibra óptica, una tecnología que ya utilizan muchas otras marcas, como Citroën en el C4.
«Terrain Response» es el nombre del dispositivo que permite seleccionar cinco programas diferentes, en función del tipo de terreno por el que se circule. Cada uno de ellos adapta el funcionamiento del motor, la suspensión, la transmisión, el control de estabilidad (DSC) y el cambio automático.
Mantiene los cinco programas que ya tenía (conducción general, hierba/gravilla/nieve, arena, barro y surcos, y rocas) pero con algunas modificaciones.
En el modo arena, una nueva función reduce en lo posible el patinamiento de las ruedas para evitar que se hundan. El programa para rocas acciona con menor intensidad los frenos (en primera o marcha atrás a menos de 5 Km/h) y así se reduce la tendencia del vehículo al balanceo y la intervención del control de tracción, con lo que el avance por este tipo de terrenos resulta más estable.
El control de velocidad en los descensos («HDC») tiene un funcionamiento diferente al del modelo anterior. Cuando el coche baja por una pendiente muy pronunciada y el conductor levanta el pie del freno, el sistema mantiene la presión de frenado y la va liberando paulatinamente.