En el habitáculo del Range Rover Sport hay mucha anchura disponible, tanto en las plazas delanteras como en las traseras. La altura es suficiente para personas de hasta 1,90 m, que no es mucho dadas las dimensiones de la carrocería. Tampoco destaca por el espacio para las piernas.
La posición al volante es la característica en un todo terreno, con el asiento muy alto respecto a la calzada y al piso del coche. Los asientos delanteros tienen reglajes eléctricos salvo para el apoyo lumbar, que se maneja con una ruleta; disponen de un apoyabrazos abatible y regulable en altura en el lado interior del asiento. Los que hemos probado estaban tapizados con piel y la sujección que proporcionaban era mejorable si se va a viajar por carreteras con muchas curvas.
El volante tiene ajuste en altura y profundidad (de forma manual); quien vaya con el asiento en una posición muy retrasada echará en falta poderse acercar más el volante. El apoyapié está bien situado y es de un tamaño adecuado.
Todas las versiones tienen cambio automático. El pedal de freno está colocado de tal forma que permite accionarlo indistintamente con el pie izquierdo o derecho.
Detrás pueden ir tres pasajeros por espacio y forma del asiento, aunque la banqueta y el respaldo son algo cortos. El espacio para las piernas no es muy grande pero, como los pies caben por debajo de los asientos delanteros, se puede aprovechar algo mejor el sitio. Los apoyacabezas de estas plazas quedan muy retrasados, por lo que resultan incómodos para hacer viajes largos. Si no se utiliza la plaza central, el respaldo de la misma es abatible y hace las veces de apoyabrazos
El maletero está completamente tapizado y tiene una pequeña luz en el lateral derecho. No hay más luces ni en el techo ni en la parte interior del portón. En el lateral izquierdo hay una toma de 12 V. No hay ganchos para sujetar bolsas, pero sí cuatro argollas metálicas en el suelo.
En el piso hay una tapa que, al levantarla, deja acceder al gato y las herramientas. La rueda de repuesto se encuentra en el exterior del coche, bajo el maletero. Afortunadamente, este neumático es del mismo tamaño que el resto (excepto con la llanta de 20").
Para ocultar el equipaje hay una bandeja enrollable. Tiene dos posiciones: una totalmente extendida y otra en la que queda 20 cm más atrás. La segunda posición sirve para acceder al maletero abriendo únicamente la luneta (imagen); ésta se abre mediante un pulsador que hay entre las luces de la placa de la matrícula. Para hacer lo mismo con el portón hay un pulsador redondo de color negro bajo el logotipo «SPORT». El portón tiene función de cierre automático (que lo cierra cuando está sin terminar de cerrar).
Por el habitáculo hay huecos donde depositar objetos de diversos tamaños (más información). Hay luces en las puertas, en la zona de los pies de las plazas delanteras y en la parte inferior de los retrovisores exteriores. En el techo del habitáculo sólo hay un plafón en la parte delantera (se echa en falta otro para la trasera). Hay luces de lectura para las cuatro plazas exteriores.
Tiene un par de posavasos escamoteables en la parte inferior de la consola. En las puertas hay una pequeña bolsa rígida y en los respaldos de los asientos delanteros hay una elástica. Junto al mando del elevalunas en cada puerta existen unas conexiones para unos auriculares y mandos para manejar algunas funciones del equipo de audio (opcional).
El salpicadero está realizado de un plástico con tacto de goma, tanto la parte superior como la inferior, incluidas las tapas de las dos guanteras. La parte de la consola central es de un plástico duro. Algunos de los mandos tienen un tacto blando (los botones rotatorios de la radio y del climatizador). Hay diversas piezas de plástico pintado (en función de la versión de un color u otro): los marcos de los aireadores del salpicadero, el asa de las puertas, parte de la consola central y el marco del cambio de marchas.
Las puertas están recubiertas en su mitad superior del mismo plástico del salpicadero y con uno duro para la zona de la bolsa rígida porta objetos.
En general, el ajuste entre piezas es bueno pero no sobresaliente: el tapizado del techo presenta una holgura de un centímetro en la zona del parabrisas (en las dos versiones que hemos probado) y las tiras de plástico pintado de la consola tampoco están bien rematadas (en el Supercharged). Hay detalles buenos como los parasoles, que están tapizados y sus espejos iluminados y cubiertos por una tapa.
De serie, hay un ordenador con cálculo de autonomía, consumo medio (no instantáneo), kilómetros parciales y totales. También hay una pantalla en la que pueden aparecer diversas advertencias.
El climatizador es de dos zonas. Es sencillo de utilizar y da un buen resultado. Bajo el volante, entre las piernas del conductor hay una salida de aire. Los pasajeros de las plazas posteriores tienen, además de las salidas de las piernas, otras en la parte final de la consola. Son dos salidas orientables y con una única rueda para abrir o cerrar el paso de aire. No hay mandos en las plazas traseras para regular la temperatura ni la velocidad del ventilador (imagen).
La pantalla del navegador es táctil. A mí me parece más rápida de usar una pantalla de este tipo que una mediante botones. Cuando incide el sol directamente sobre ella puede resultar difícil verla, pero no más que otras. También se pueden utilizar ciertos comandos de voz para manejar el navegador, el equipo de sonido o el teléfono (si lo tiene).
El mando a distancia incluye, además de los dos botones (apertura y cierre) un tercero denominado «botón Land Rover». A este botón se le pueden asignar cinco funciones diferentes: luces de acompañamiento, apertura de la luneta, apertura del portón, altura de la suspensión y «modo pánico» de la alarma. La programación la puede hacer fácilmente el usuario.