El Kia Stonic 2021 es una puesta al día de la gama de motores y del equipamiento del Stonic 2018 (información y prueba del Kia Stonic 2018). Mide 4,14 metros de longitud, lo mismo que antes, y tiene como principales alternativas a modelos como el Citroën C3 Aircross, el SEAT Arona, el Hyundai Kona, el Opel Mokka y el Volkswagen T-Cross, entre otros (listado de SUV de entre 4,1 y 4,2 metros de longitud).
Está a la venta desde 15 860 euros con un motor de gasolina de 84 CV, desde 18 108 euros con uno de 101 CV y desde 18 833 euros con uno de 120 CV (precios de toda la gama). El precio del Kia Stonic de 101 CV es parecido al de un Škoda Kamiq de 95 CV y un Renault Captur de 91 CV y superior al de un Citroën C3 Aircross de 110 CV; ficha comparativa. Como se puede ver en este listado, el Stonic es el único con el distintivo ECO de la DGT (el resto lleva el C). No obstante, tanto del Kamiq como del Captur (así como de otras alternativas como el Ford Puma y el SEAT Arona) también hay versiones con el distintivo ECO. En este listado se pueden ver todas, siendo el Stonic el modelo más asequible.
El Stonic sigue siendo un coche muy recomendable para conducir por ciudad y alrededores: tiene una suspensión que proporciona un buen nivel de confort sin resultar especialmente blanda, el habitáculo es amplio y luminoso, el maletero tiene una capacidad correcta (332 litros) y la mayoría de los mandos quedan a mano y se manejan con suavidad. El autopistas también es un coche estable y de reacciones seguras, pero el ruido que llega al habitáculo (tanto el provocado por el motor como los de rodadura o el aire) es superior al de muchas de sus alternativas.
Una de las novedades de mayor relevancia de la gama Stonic 2021 es que las dos versiones con el motor 1.0 T-GDi —la de 101 y 120 CV— ahora cuentan con un sistema de hibridación ligera, lo que les permite portar el distintivo medioambiental ECO de la DGT. El motor de gasolina de 84 CV no tiene ningún tipo de hibridación y le corresponde el distintivo C. No hay ni habrá versiones Diesel.
Solo hemos probado la versión de mayor potencia (1.0 T-GDi MHEV 120 CV), cuyo motor tiene fuerza más que suficiente para mover el Stonic con agilidad por todo tipo de vías. Su funcionamiento es bastante suave (excepto a muy bajas revoluciones, donde vibra apreciablemente) y la entrega de potencia es lineal, pero el ruido que genera no es especialmente agradable y además llega con claridad al habitáculo. En el recorrido previsto por la organización para la presentación del modelo, de casi 100 km y que transcurrió por vías de todo tipo, el ordenador de viaje indicó un consumo de 6,5 l/100 km, un dato bueno teniendo en cuenta que, en ocasiones, el ritmo de conducción fue alto. No obstante, cuando probemos el coche durante más tiempo, daremos una opinión más certera sobre este asunto.
El sistema de hibridación ligera se deja sentir en dos situaciones concretas. La primera, al levantar el pie del acelerador en fases de deceleración, donde el motor eléctrico pasa a funcionar como generador y la deceleración aumenta de intensidad (no llega a ser molesto, pero se nota con claridad). Y la segunda, cuando el mismo motor eléctrico es el encargado de arrancar el motor (que es casi siempre), pues lo hace con una rapidez y una suavidad fabulosas. Su influencia en la reducción de consumo de combustible es difícil de medir, pues no se puede desconectar.
La caja manual de las versiones que tienen un sistema de hibridación ligera es la misma que Kia utiliza en el Rio y cuya denominación comercial es iMT (de intelligent Manual Transmission). Su característica más novedosa es que tiene un embrague controlado electrónicamente que permite desacoplar el motor de la propia transmisión cuando no se pisa ningún pedal. De esta manera, sin que el conductor tenga que hacer nada especial, es posible circular por inercia y con el motor apagado en algunas situaciones, incluso cuando hay una marcha seleccionada (funciona hasta 125 km/h). Su funcionamiento, además, pasa desapercibido para el conductor y los ocupantes, ya que se produce con total ausencia de vibraciones y ruidos.
La versión de mayor potencia también se puede pedir con una caja de cambios automática de doble embrague y siete relaciones, una opción que tiene un coste de 1600 euros.
Aunque el motor 1.0 T-GDi tiene la misma denominación comercial que en el Stonic 2018, no es el mismo. El nuevo pertenece a la familia Smartstream y el antiguo a la familia Kappa. La principal diferencia es que el nuevo tiene el sistema CVVT (Continuously Variable Valve Duration), que amplía o reduce el tiempo de apertura de las válvulas de admisión en función del régimen de giro y la carga que se aplica con el acelerador. Es un sistema distinto (y puede ser complementario) al de distribución variable habitual. Kia dice que el par motor pasa de 172 a 200 Nm en la versión de 120 CV con cambio automático.
En el interior, la principal diferencia con respecto al Stonic 2018 es que ahora tiene un nuevo sistema multimedia con una pantalla táctil de 8,0 pulgadas. Además, tiene funciones que antes no estaban disponibles, como la posibilidad de conectar varios teléfonos simultáneamente vía Bluetooth (esto es algo habitual en la industria) y la conexión inalámbrica con Android Auto y Apple CarPlay.
En las versiones más equipadas, este sistema multimedia viene asociado a una serie de servicios en línea (bajo el nombre de UVO Phase II), como información actualizada sobre el tráfico, la meteorología, los precios de los carburantes en cada gasolinera y las opciones de aparcamiento en un lugar concreto, entre otras cosas. Adicionalmente, el usuario puede descargar una aplicación para el teléfono móvil que, además de permitir consultar la típica información sobre el vehículo, tiene una función concebida para terminar el guiado hasta un destino cuando es necesario aparcar el coche antes de llegar y seguir a pie.
También hay pequeñas mejoras en la instrumentación, que ahora incluye una pantalla de 4,2 pulgadas con indicaciones a color, y en el asiento del pasajero, que ahora tiene ajuste en altura. Tanto el espacio disponible para los pasajeros como el maletero permanecen sin cambios, por lo que las impresiones del interior del Stonic 2018 son perfectamente válidas para el nuevo modelo.
En el exterior solo cambia el diseño interior de los faros, que ahora pueden realizan todas sus funciones mediante ledes y muy ligeramente el de los parachoques y los faros antiniebla. Además, hay disponibles dos nuevos diseños de llantas de 16 pulgadas, dos nuevos colores para la carrocería (gris Perennial y azul Sporty) y uno para el techo (amarillo Most). En total, el número de posibles combinaciones de doble color asciende a 20.
Hay tres niveles de equipamiento, llamados Concept, Drive y GT Line. Este último es novedad y tiene una serie de aditamentos estéticos (tanto en el exterior como en el interior) que le dan al coche un aspecto más deportivo: una parrilla y unos faros antiniebla distintos, un parachoques posterior con un difusor aerodinámico decorativo, unas llantas específicas de 17 pulgadas, unas cubiertas de los retrovisores pintadas en negro o unos tapizados con motivos decorativos distintivos (es el de color gris que aparece en esta galería de imágenes).
Desde el acabado más sencillo, el equipamiento de serie es abundante. Todos tienen de serie llantas de aleación de 16 pulgadas, un sistema multimedia con pantalla táctil de 8 pulgadas, luces automáticas, programador de velocidad, ayuda de arranque en pendiente o el ordenador de viaje.
Algunos de los asistentes a la conducción son novedosos y otros están mejorados con respecto a los del modelo anterior. Es novedad la posibilidad de combinar el funcionamiento del programador de velocidad activo con el de mantenimiento de carril, de manera que ofrece una función de guiado automático (solo en las versiones con cambio automático). Los sistemas mejorados son el de frenada de emergencia en ciudad, que ahora es capaz de detectar peatones y ciclistas (además de vehículos), y la alerta de presencia de vehículos en el ángulo muerto, que ahora tiene capacidad de intervenir en el motor.