El KIA Rio es un coche antiguo, si bien puede parecer resultón tras el rediseño aplicado.
Resulta pequeño por dentro en relación a sus 4,2 metros de longitud. El espacio para las piernas de los pasajeros del asiento posterior es sólo un poco mayor que el de un Peugeot 206, un coche mucho más corto y de los peores en habitabilidad de su categoría. Así que, entre los coches de 4,2 metros, el Rio queda claramente rezagado.
Esta escasez de distancia longitudinal, condiciona la postura de conducción. Para llevar el volante en una posición cómoda para los brazos, las piernas deben ir notablemente encogidas. Especialmente si se pretende utilizar el soporte para apoyo del pie izquierdo.
Los materiales utilizados en el interior son pobres, tiene plásticos duros de tacto mejorable, pero en este caso no hay por qué relacionarlo con la antigüedad del coche, sino con su precio. Es muy fácil poner mejores materiales, pero encarecerían el producto. Mejorar la habitabilidad no es nada fácil, para ello habrá que esperar unos 3 años, hasta que aparezca el sustituto del Rio actual.
Por el contrario, el ajuste de los distintos elementos del salpicadero y guarnecidos de las puertas ha mejorado respecto al anterior modelo, así como el número de guanteras y huecos donde alojar pequeños objetos.
En las fotos del salpicadero (en especial en la más ampliada sobre el volante) se pueden apreciar manchas en el centro del volante y en la tapa de la guantera. No sé si se debe a que se trata de un material que se ensucia con rapidez, especialmente difícil de limpiar o de un descuido del fotógrafo y sus ayudantes. Me inclino a pensar esto último.